José Requena: “Si cae el acuerdo con Odebrecht, la información en torno a la campaña del 2016, donde Vizcarra participó, podría estar en riesgo”
La inoportuna torpe, y fallida destitución de los fiscales del caso Lava Jato, José Pérez y Rafael Vela ha crispado más el ambiente político.
José Carlos Requena, Socio de 50+1 Grupo de Análisis Político, Magister en Humanidades por la North Carolina State University (NCSU), Estados Unidos; Magister en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP); Comunicador Social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y exeditor de la Sección Regiones, actual columnista del diario El Comercio, y docente en las universidades Científica del Sur y ESAN, y en la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, remarca que este hecho podía ocasionar que todos los casos, incluido el que participó presidente en la campaña presidencial 2016, se encuentre en riesgo.
Mientras tanto, el mandatario sigue viviendo en el mundo de la retórica y los gestos, mientras la ciudadanía continúa esperando avances en la reactivación económica, inseguridad, y justicia.
Ddlc: ¿Cuál es el balance del 2018 y qué se puede augurar para el 2019?
J.C. R: Este año ha sido muy particular, con la renuncia del presidente, y muchos cambios en los consejos de ministros. La principal lideresa de oposición está en prisión, mientras que otro líder se encuentra en serios aprietos judiciales.
El 2018 termina con un presidente popular y empoderado -diría yo- que, sin embargo, puede tener dos caminos: o se anima a aprovechar este espaldarazo de popularidad que le ha otorgado la opinión pública para promover cambios en el sistema político, que ojalá lleguen a buen puerto, o continúa con los gestos y enfrentamientos, que es lo menos inconveniente, porque ahí podría tener la tentación de echar mano a intervenciones en el Ministerio Público, o someter al Congreso a una absoluta subordinación.
Ddlc: ¿De qué va a depender que se concrete alguno de esos escenarios?
J.C.R: Obviamente, de lo que ocurra en las próximas semanas. Ahora tenemos a un presidente del Congreso, con un estilo y actuación diferente a la de sus predecesores, que parece haber leído el momento con algo más de sensibilidad. Esperemos que el 2019 se echen a andar algunas acciones, y dejar este clima de enfrentamiento que no le ha hecho bien al país. Hay muchos proyectos que se han parado, lamentablemente.
Hace un tiempo hablaba con funcionarios y me comentaban que por fin se tenía algo de paz para poder trabajar. Esperemos que ese ambiente se prolongue y de espacio a temas importantes y convenientes, eso va a depender de cómo terminen ubicados los actores políticos. Eso en el nivel macro.
Ddlc: ¿Y en el nivel micro (regional, municipal)?
J.C. R: Van a asumir nuevas autoridades, lo que va a implicar un cambio en la gestión pública, y por lo menos en lo que se refiere a inversión, parece que ésta va a seguir su cauce.
En el caso de Cajamarca, por ejemplo, se va a generar expectativa sobre su relación con la minería, y en el ámbito judicial todo lo que ocurra con el caso “Lava jato” va a afectar nuestra sensible escena política.
Esas son las perspectivas que tenemos para el próximo año, por lo menos hasta el primer semestre.
El presidente Vizcarra tiene pendiente mostrar un celo institucional indudable. Lo que tenemos ahora es un mandatario fortalecido por las encuestas.
Ddlc: Más que fortalecido, envalentonado.
J.C: R: Hace uso de algunas licencias, que quizá en otro momento le hubieran sido muy criticadas, por la situación de precariedad en la oposición pasan por agua tibia.
El mandatario - lamentable y quizás involuntariamente- con sus decisiones quizás termina afectando la institucionalidad. Pero, por otro lado, sus defensores podrán decir que esa está podrida. Ese es un nudo que se va a tener que desatar los próximos meses, y creo que Vizcarra va a tener que optar por una visión más de largo plazo, y no simplemente por manifestarse ante los problemas del momento.
En al caso del referéndum se le concedió a la ciudadanía una herramienta para que se exprese. En términos políticos puede haber sido bien percibido - la mayoría de la gente votó por esa opción- pero en términos institucionales no, porque se han aprobado reformas sin saber en qué consistían.
Ddlc: Quizá la más grave es aquella que establece que los ciudadanos vamos a financiar todos estos partidos que la gente aborrece, al igual que a sus cuestionados líderes.
J.C.R: Se ha votado con un estado de ánimo indignado contra esta clase política que parece haber llegado al límite con la oposición congresal.
En estos dos años no se ha impulsado ninguna reforma importante. Creo que ahí Fuerza Popular tiene una responsabilidad que asumir.
Ddlc: ¿Qué puede hacer el Ejecutivo si las leyes fruto del referéndum se retrasan o se entrampan en el Congreso?
J.C.R: En realidad, el único espacio que tiene el Ejecutivo es el de lograr persuadir al liderazgo parlamentario de concretar los cambios que el sentir ciudadano ha determinado. Para ello, tiene a su favor su mejor posicionamiento en la opinión pública.
Posee, obviamente, el camino de ejercer algún otro recurso (cuestión de confianza, por ejemplo), pero no veo que sea posible, al menos en el corto plazo.
Ddlc: El gobierno no solo se ha enfrentado al Congreso, sino, penosamente, al ente que tiene que investigar estos graves casos de corrupción, como es el Ministerio Público. ¿Cuál es su opinión al respecto?
J.C.R: En el caso del señor Chávarry, ciertamente su presencia puede ser perturbadora e inconveniente para la reforma, pero si fuera el caso, su salida tiene que resolverse por sus cauces.
Por ahora su situación depende del Congreso. Si ahí no se soluciona, tendrá que esperarse que se instale la junta, y esperar algún cambio. Pero forzar la figura me parece complicado e inconveniente.
Ddlc: La destitución de los fiscales Pérez y Vela, pese a estar dentro de las atribuciones del fiscal Chávarry, fue muy cuestionada ¿Qué opina el respecto, y que balance puede hacer de su actuación? En el caso de Pérez se criticó su estilo que se consideró por momentos especulativo, histriónico y sesgado.
J.C.R: Creo que lo no hay que perder de vista es el golpe que se estaba dando al equipo “Lava Jato”. Entre eso, y lo que dijo el presidente en la mañana, que criticado el acuerdo, o las condiciones del mismo, y eso al margen al estilo mediático del fiscal Pérez, por su estilo que pareciera más interesado en figurar que en aclarar los casos.
Lo importante es lo que se estaba negociando y como podría venirse abajo, en parte por lo que dijo el Fiscal, o por lo que podría implicar este proyecto de ley, que lanza o que va entregar el presidente las próximas horas, porque podría considerarse como una intromisión a la autonomía del Ministerio Publico.
Ddlc: ¿Cómo evalúa la reacción del presidente, considerando que está relacionado con el caso Chincheros?
J.C.R: No sé si por ese caso en particular, pero sí por el caso del financiamiento de la campaña del gobierno el 2016, que ha pasado a un segundo plano. Si se cae el acuerdo con Odebrecht, la información en torno la campaña del 2016, donde Vizcarra participó, podría estar en riesgo.
Ddlc: Recordemos que el anterior fiscal, Dr. Pablo Sánchez Velarde, también fue severamente cuestionado.
J.C.R: En su caso, creo que en general tuvo un comportamiento correcto, pero había mostrado muy pocos resultados, y esos fueron sus temas pendientes de resolver.
Estas controversias no deberían afectar el esclarecimiento de estos casos de corrupción, porque eso es lo más importante. Y en ese ámbito lo más imperativo es tratar con la misma rigurosidad todos los casos. Habría que conocer cómo van las investigaciones en los casos de Nadine Heredia, Alejandro Toledo, Susana Villarán.
Todo el empeño se ha puesto en los casos de la Sra. Fujimori y el expresidente García.
Ddlc: En esa lista también se encuentra el expresidente Kuczynski y sus colaboradores.
J.C.R: Justamente, “El Comercio” había revelado una información sobre aportes no declarados de campaña de ese grupo el 2016.
Ddlc: Otro asunto que pregunta e irrita es esta moda de nombrar “Juntas de notables”, designados por Vizcarra y su entorno, para abordar reformas o problemas urgentes, como en los casos de la Justicia y las reformas políticas.
J.C.R: Estas “Junta de notables”, cuyo nombre en realidad es menos pomposo, va a dotarle de pautas de lo que el ejecutivo carece. No debería sustituir ni al gabinete ni al Congreso, el cual definirá los temas concretos.
Ddlc: En estas últimas elecciones, sólo dos partidos tuvieron un desempeño decoroso: Acción Popular y Acción para el Progreso. ¿Qué deberían hacer, de motu propio, para aprovechar esta coyuntura?
J.C. R: Tienen la oportunidad de reivindicarse mostrando caras y estilos nuevos. APP debe trascender el liderazgo familiar que ha tenido siempre, y dar espacios de participación a jóvenes de todas las regiones que desean participar en política.
Acción Popular se revitalizó con la incursión de Alfredo Barnechea el 2016. En 50 +1 observamos que en el 2014 había presentado candidatos en la mitad de las regiones del país, lo cual demuestra que el partido todavía sigue vigente. Ahora están definiendo quién va a tener el liderazgo, creo que tienen la oportunidad de buscar una candidatura con elecciones internas que muestren un movimiento vigoroso.
Para este fin, deben de dar cabida a los jóvenes que quieren afiliarse, motivados por la figura de Barnechea, y que no lo hicieron por temas burocráticos, los cuales parecían ser parte de la resistencia de su vieja guardia.
Ambos partidos tienen que ser proactivos y revitalizarse. Van a gobernar 7 de 25 regiones, lo cual no es poca cosa. El reto no es solo demostrar entusiasmo, sino, fundamentalmente, realizar una buena gestión.
Ddlc: En el caso de Acción Popular, debería empezar por modernizar su doctrina y su discurso, con trazas intervencionistas y estatistas que a muchos no convencen.
J.C.R: Una de sus ventajas era tener una posición de centro: oscilar entre las tendencias que menciona y otra promercado. Sin embargo, en algún momento debe poseer una sola narrativa, y autodefinirse.
Hay que observar también lo que piensa Mesías Guevara, al frente de Cajamarca, con un discurso no antiminero, pero si cuestionador al respecto. El elegido gobernador debería dialogar con Raúl Diez Canseco, un empresario liberal.
Estos matices deberían discutirse no para eliminarse, sino para buscar coincidencias entre sí, siendo saludable que existan, sin llegar a los extremos. Ni de izquierda ni de derecha.
AP con el eslogan del “Perú como doctrina”, que es muy ambiguo, va a tener que forjar una identidad, más allá de personas. Creo que tiene un capital involuntario - que pasa por no haber sido gobierno en estos 18 años- lo ha salvado del deterioro de la política.
Y en el caso de APP, mirar más allá de la figura de César Acuña.
Ddlc: Cuyo nombre también aparece en la lista del caso Lava Jato.
J.C.R: Efectivamente.
Ddlc: ¿Qué debería hacer el gobierno pasado el referéndum?
J.C.R: Hace algún tiempo debió empezar a gobernar. El régimen tiene que mostrar resultados más que gestos. La retórica anticorrupción y la cercanía con la gobernación en algún momento se agotan.
También resulta importante brindar seguridad a los fiscales y a los testigos para que puedan hacer su trabajo con tranquilidad, y exigirles que sean rigurosos en todas sus investigaciones.
Ddlc: De ser necesario, que se contrate personal de apoyo: abogados, expertos en finanzas, auditores. Si esto no se hace, el proceso se va a cuestionar, genera indignación y, consecuentemente, se abre el espacio para radicales.
J.C.R: Tengo entendido que se contemplaba partidas para la fiscalía. La ciudadanía es muy sensible a este escándalo, y es necesario ver a gente investigada, y de ser el caso, con condenas firmes, no con estas prisiones preventivas que muchas veces no llevan a ningún lado.
Ddlc: ¿Peligraba el acuerdo, y consecuentemente, todos los casos con la destitución de Pérez y Vela?
JC.R: La medida de Chávarry puso en peligro todos los casos. Porque si no llega al acuerdo, en términos del acuerdo, la información que puede dar Odebrecht, que incluye a la señora Villarán, al expresidente Kucynski, etc, se pierde. Ahí existe un interés de clase política de que se frustre, y eso era lo peligroso de la medida adoptada por el señor Chávarry.