Participación local
Durante mucho tiempo, las juntas vecinales han sido las organizaciones más usadas, para debatir los temas de interés distrital. Sin embargo, la pugna de poder no escapa a estos espacios que, deberían ser modelos de democracia participativa, empoderadas para influir en una gestión pública eficaz, es decir, con impactos palpables en el desarrollo y prosperidad local.
Últimamente, el debate local se ha centrado en la zonificación urbana o en los cambios de los parámetros urbanísticos, estos últimos relativos al número de pisos que puede tener un edificio de departamentos, alturas, número de estacionamientos, área mínima de terreno en la que es posible la subdivisión de lotes, entre otros aspectos urbanísticos.
Pocas veces, por no decir, casi nunca, estos cambios se explican detalladamente a los vecinos de las urbanizaciones o sub sectores involucrados.
¿Por qué se redujo el número de estacionamientos que debe tener un predio unifamiliar en determinado sub sector? ¿Por qué se variaron los parámetros urbanísticos de un sub sector en el que, se permitía la construcción de edificios multifamiliares de cinco pisos y ahora se permiten seis o más pisos?
Es evidente que, las protestas en el distrito de La Molina (las que lograron dejar sin efecto el cambio de zonificación, aprobado por su Consejo Distrital), Lurín (sobre un conflicto en la playa Arica, por contaminación), Surco o, recientemente en Tumbes (sobre el uso público de sus playas) y en Barranco (nuevas normas de zonificación en su área monumental e histórica), muestran que, las asambleas generales ordinarias de Juntas Vecinales pueden convertirse en meras reuniones informativas, sin ninguna capacidad real para influir en las decisiones de política local.
De modo que, esto explica las movilizaciones vecinales, espontáneas, fuera del ámbito de las juntas vecinales, para influir en un cambio de políticas públicas locales. Solo así fue posible que, en La Molina se anulara la ordenanza que modificaba la zonificación de un sector del distrito, a lo que se oponía un amplio sector de vecinos colindantes con dicha área y que, como puede verse, no fueron escuchados.
En una política local se deben tener en cuenta, no solo los intereses de las constructoras o de las inmobiliarias, sino también los de los propios vecinos o residentes del distrito, quienes tienen su propia visión de desarrollo urbano.