AMLO y las ideologías contra la OEA
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador –AMLO-, que decidió no asistir a la IX de las Américas en Los Ángeles en solidaridad con Cuba, Nicaragua y Venezuela, que fueron excluidos de la reunión hemisférica porque no existe democracia en esos países, es el jefe de Estado que más se ha dedicado a subvertir a la política internacional continental, cuyo escenario natural es la Organización de los Estados Americanos - OEA, incitando su desaparición. En efecto, siempre ganado por sus pasiones ideológicas que ni siquiera son propias de una izquierda pensante y sensata sino de un resentimiento cultural contra España y occidente, está obsesionado con el mayor foro político de las Américas, creado en 1948. Aunque no haya asistido, su influencia sobre otros países y gobernantes de las Américas es inobjetable.
Creo que el presidente azteca está cada vez más desenfocado y actúa de manera irresponsable atisbando para que la OEA no vaya más. Es una completa paradoja en la vida internacional mexicana pues este importante país de América Latina ha sido un ferviente defensor y promotor del panamericanismo junto al Perú. AMLO se ha propuesto destruir a la OEA que comienza a ser amenazada a escala y es mi deber advertirlo. Hay una predisposición a la ideologización de la política internacional americana y eso es un grave error, incluso creyendo que la OEA es una organización internacional de derecha y por eso prejuiciosamente la ataca. Seguiré diciendo en mis clases que el mayor pecado de los gobernantes de nuestro continente es dejarse dominar por las ideologías, unos desdeñando a los Estados que profesan otra distinta, y aquellos dedicados a invitar o excluir a los países y a sus mandatarios.
Todo lo anterior es ponerle cabe a la OEA como foro que reúne a las naciones que integran la unidad geográfica de nuestro hemisferio. Vemos que la ideología política comienza a querer imponer sus caprichos a la ciencia de las relaciones internacionales americanas, al derecho internacional continental, y a la diplomacia de esta parte del globo, y ese escenario es muy peligroso para la estabilidad americana que tanto se requiere. Dado que no existe ideología correcta, exclúyanlas sin subjetividades ni prejuicios de los relacionamientos entre Estados y gobiernos, y más bien concéntrense en los intereses nacionales.