VRAE: Juego de intereses
Desde hace años escuchamos del VRAE, cada cierto tiempo se anuncia una nueva estrategia, se han invertido millones de soles en esa zona, y cada vez con mayor frecuencia miembros de las Fuerzas Armadas son asesinados; muchos analistas dan su opinión al respecto, exponen su diagnóstico, proponen soluciones y hacen diversas proyecciones, pero el ciudadano común se pregunta: ¿Cuántos diagnósticos, planes, dinero, muertes, capturas faltan para pacificar esta zona? En pocas palabras ¿Qué pasa en el VRAE?
Y es que, como todo problema, si conociéramos exactamente lo que sucede, entonces podríamos actuar sobre la causa última que lo provoca y darle solución; metodológicamente esto es sencillo, en el mundo real hacer un diagnóstico certero de la situación del VRAE es bastante complicado. Evidentemente, un diagnóstico errado traerá severas consecuencias.
Existen varias explicaciones sobre lo que sucede en el VRAE. El propósito del presente artículo es contribuir a este conocimiento, analizando la situación desde el punto de vista de los intereses que mueven a los actores de este drama, a fin de conocer qué los impulsa.
Considero que se trata de un enfoque atrevido, debido a la dificultad para determinar con exactitud los intereses de una persona o de un grupo humano, así como, el hecho conocido que “toda generalización es mala”; sin embargo, este camino nos puede conducir a un provechoso debate que ilumine a nuevos estudios orientados a dar una mejor solución a este grave problema.
Sin mayores preámbulos, intentaré presentar los intereses de cada actor:
Cuál es el interés del Gobierno (visión de arriba).
El propio Presidente expuso la posición del Gobierno en Ayacucho: “Acerca del VRAE, tiene que ejecutarse una estrategia distinta que entienda mejor el problema. Esta consistirá en llevar el Estado a esta zona. Sostuvo que el problema en esos lugares es la ausencia del Estado, “de modo que las economías ilegales se han formado en torno al narcotráfico, la tala ilegal de madera, y entonces los remanentes terroristas quisieran que la ausencia del Estado continúe”, comentó. “Debemos tener una estrategia distinta. Vamos a llevar el Estado allí. El Estado no es solamente el Ejército, la policía, también es la Sunat, Osinergmin y otros organismos que deben estar allí presentes. (…) Agregó que se buscarán alternativas económicas de desarrollo a nuestros agricultores cocaleros y a nuestros campesinos”. [1]
Es decir, el interés del Gobierno actual es claro: pacificar y desarrollar la zona, mediante un cambio de estrategia, de cultivos, y de nivel de presencia del Estado.
Cuál es el interés de los pobladores (visión de abajo).
Los aproximadamente 200,000 habitantes del ámbito del Plan VRAE, de manera directa o indirecta, viven de la producción y procesamiento de la hoja de coca, no tienen grandes extensiones de terrenos. La mayoría tiene media o una hectárea, sin embargo, son los que controlan la economía local y, evidentemente, su interés está orientado a mantener el estado de cosas o de ser posible, mejorarlo a su favor, es decir producir y procesar una mayor cantidad de coca.
Los acopiadores o “traqueteros” tienen su interés orientado a lograr una mayor libertad para realizar el transporte de la coca, en bruto o transformada, o por lo menos, mantener la situación actual. Estos acopiadores dan trabajo a los jóvenes “mochileros” y proporcionan un adelanto a los productores, que será cancelado cuando los capos reciban la mercadería fuera del VRAE. Ello hace que los productores y “mochileros” sean los principales interesados en que todas las operaciones de los acopiadores sean exitosas, por lo que los apoyan buscando nuevas rutas y formas de transporte. Todos tienen interés de trabajar en equipo y, a la vez, disponer de elementos que les proporcionen seguridad para burlar la acción militar y policial. Por ello, la población contrata, se alía, o trabaja junto a los grupos armados.
Los grupos armados, en muchos casos, están conformados por elementos que pertenecieron a Sendero Luminoso u otras organizaciones delictivas que han encontrado una forma de vivir en el VRAE, y que – igual que los productores – tienen interés en mantener la actual situación como objetivo mínimo, o mejorarla a su favor como objetivo máximo.
Para los grupos armados que aún mantienen algo de la ideología de SL, los productores son su base social y ellos constituyen el germen de un nuevo Ejército Guerrillero (EGP). Ellos están interesados en lograr el apoyo o, por lo menos, la neutralidad de la población, a fin de llevar adelante su estrategia sin tiempo.
La mayoría de las autoridades locales y miembros de los antiguos Comités de Autodefensa tienen sembríos de coca y obviamente, a pesar de gozar de cierta legitimidad, aparentemente, se suman al interés general de la población, o por lo menos son neutrales.
Las Fuerzas Armadas presentes en la zona, están encuadradas en la Región Militar del VRAE; después de innumerables conversaciones, puedo afirmar que - de una manera general - los miembros de las FFAA, realmente, quieren cumplir su misión de lograr la pacificación; pero adicionalmente, tienen intereses personales según sus convicciones, valores y jerarquía; los oficiales de mayor graduación, además del cumplimiento de su misión, buscan dar un certero golpe a los grupos armados para lograr una felicitación que los promueva a grados superiores.
De igual manera, los oficiales subalternos y tal vez con mayor vehemencia que sus superiores, pero por ser los directos participantes, también buscan sobrevivir y salir íntegros de la zona. Los técnicos y suboficiales (mando medio) de igual forma, pero adicionalmente les interesa el beneficio económico adicional que reciben, y al personal de tropa lo que más le preocupa es cumplir su tiempo de servicio, pues la propina que reciben no es ninguna compensación al riesgo y condiciones en que se encuentran.
La Policía Nacional del Perú, como organización, busca cumplir su labor e impedir el ingreso de insumos y la salida de droga, pero tienen intereses personales similares a los miembros de las FFAA.
Desde este punto de vista, es fácil entender por qué la población apoya a los grupos armados que perciben como sus aliados y mira a los miembros de las FF.AA y PNP como sus enemigos, al afectar sus intereses.
Qué pretenden otros actores (visión de afuera).
Los capos de la droga o firmas están fuera del VRAE, pero es obvio que el narcotráfico tiene interés de mantener la zona tal cual, es decir en franca producción y sin la existencia de programas de sustitución de cultivos.
Para las autoridades fuera del VRAE, su interés varía desde una total indiferencia hasta una genuina preocupación, según este problema afecte su gestión. Por los hechos, aparentemente, los partidos políticos no tienen mayor interés en esta zona poco habitada de nuestro territorio.
En general, considero que la población a nivel nacional no tiene gran interés en este problema. Bastaría preguntar qué sabe del VRAE a una dama piurana, a un botero en Iquitos o a un comerciante de Tacna, lo más probable es que sólo recuerden al último oficial asesinado.
Sobre la presencia del Estado.
Para muchos, el problema en el VRAE es la ausencia del Estado; pero, como hemos visto, para los habitantes del VRAE, el problema es la demasiada presencia de la parte del Estado que afecta sus intereses: las FFAA y PNP.
Para los habitantes del VRAE, el Estado son los policías que impiden el ingreso de los insumos necesarios para transformar la coca en PBC, que dan seguridad a los programas de erradicación, que protegen los cultivos alternativos, que destruyen sus pozas de maceración, y que impiden que el producto de su trabajo llegue a sus compradores. También son las FF.AA enviadas a combatir a los grupos armados que dan protección al procesamiento y transporte de su mercancía. Ése es el Estado que perciben y que obviamente les interesa que se mantenga lo más ausente posible.
Conclusiones Parciales.
El Gobierno, las organizaciones políticas y los medios de comunicación, consideran que el principal problema en el VRAE es la ausencia del Estado. Para la población del VRAE, ése no es su problema. Para ellos, el problema es cómo mantener la estructura económica que les permita subsistir en esas zonas agrestes y casi deshabitadas.
El interés de los habitantes del VRAE está centrado en que su economía basada en la producción y procesamiento de coca no sea afectada, quieren mantener su orden de cosas, perciben que una parte del Estado está demasiado presente - vía FF.AA y PNP - e interfiere con sus actividades.
Los grupos armados que protegen a los productores de coca, cometen los delitos de tráfico ilícito de drogas (TID) y terrorismo, son narco terroristas. Sin embargo, gozan de la adhesión y protección de buena parte de los 200 mil habitantes del VRAE por mutuo interés, en una simbiosis muy conveniente para ellos.
Ante cada éxito de las FF.AA y PNP, se acrecienta el interés por una mayor cooperación entre la población y el grupo armado que da protección a su ilegal fuente de subsistencia, lo que atenta contra el objetivo de una guerra política: ganar la adhesión de la población.
CONCLUSIONES.
Es necesario un detallado y profundo estudio de los actores y sus intereses en el VRAE, a fin de poder reajustar el diagnóstico y la estrategia actual del Gobierno.
Aparentemente, la causa del problema no es exactamente la ausencia del Estado; está más cercana al interés de la población en mantener su economía basada en la coca, ante la palpable ausencia de otra alternativa de desarrollo.
De pronto, se vislumbra una posible solución: cambiar el interés de la población hacia la legalidad, por medios persuasivos y coercitivos, para lo cual, el Estado debe ofrecer una opción de vida más atractiva que la actual; en el entendido que, así se proporcione la infraestructura, el desarrollo y seguridad adecuadas, si la población considera más conveniente seguir produciendo y procesando coca, lo hará en el VRAE o en otro lugar.
Un principio básico de administración nos indica que para realizar un cambio en la organización, todos los involucrados deben estar convencidos que es lo más conveniente, de no ser así, ofrecerán resistencia.
Reflexiones.
De mantenerse el juego de intereses de los actores del drama VRAE, el hecho de incrementar las fuerzas militares en la zona o capturar a un jefe de algún grupo armado, no hará variar sustancialmente el escenario.
Si ampliamos nuestro enfoque en el tiempo, notaremos que en los últimos 25 años, ante la intervención del Estado, la principal producción de droga se ha mudado del Huallaga al VRAE buscando zonas propicias, alejadas y deshabitadas. Ahora, ante esta nueva intervención ¿A dónde se mudará el aparato productor de coca? ¿Será al Putumayo?
El debate está abierto y tiene mucho por delante…
FRASES A RESALTAR.
Debemos estudiar la situación del VRAE, desde el punto de vista de los intereses que mueven a los actores de este drama.
De mantenerse el juego de intereses en el VRAE, el incremento de fuerzas militares, no hará variar sustancialmente la situación.
Se debe buscar cambiar el interés de la población hacia la legalidad, por medios persuasivos y coercitivos.
(*) General de División del Ejército del Perú (r), con cuatro años de servicios en zonas declaradas en Emergencia. Difundido con autorización del autor y publicado originalmente en la Revista Vivir Bien, No 161, Lima, abril 2012, páginas 12 - 14.
[1] El Comercio. Política. 10 Diciembre 2011. http://elcomercio.pe/politica/1346006/noticia-presidente-ollanta-humala-propone-replantear-servicio-militar