A escasos días de las elecciones generales, y en medio de una brutal crisis sanitaria y económica, los peruanos iremos a elegir a nuestras autoridades del próximo quinquenio.

En comparación a otras ocasiones, estos comicios deberán servir, básicamente, para recuperar algo de la estabilidad perdida en estos cinco años, merced, básicamente a las políticas irresponsables y polarizadoras de Kuckynski y Vizcarra. Y nubarrones de neutralidad y en los órganos del gobierno. Desde el Jurado Nacional de Elecciones hasta Canal 7, o “El Peruano”, el cual publicó una entrevista con la candidata Verónica Mendoza. Un hecho que ya debería haber merecido algún tipo de explicación, cuando no de renuncia. En una empresa que, como recordamos en el video de este mes, se maneja con mucha ligereza y donde abundan las irregularidades.

La crisis es tal, que el expresidente de facto ha tenido la osadía de postular a un curul parlamentario, en medio de versiones que hablan de una lentitud en su proceso de inhabilitación política que le corresponde al congreso, y que ha tratado de neutralizar. Además de polémicas decisiones de la fiscal en torno a la orden de prisión preventiva solicitada para él.

La medianía de nuestros candidatos constituye un panorama desolador. El congresista Lezcano, un populista en el mejor sentido de la palabra, intenta captar más votos hablando de corrupción, cuando a su compañero de fórmula se le vincula al corrupto “Club de la construcción”.

El candidato por Renovación Popular presenta ideas fuerza como expulsar a Odebrecht, eliminar la publicidad estatal en los medios, propuestas atrevidas, y que pocos candidatos han hecho. Pero que se le deberá exigir si es que llega a ocupar el sillón presidencial.

Además, es recomendable que morigere su lenguaje. En la política peruana es necesario ser firme y hasta provocador, pero en ningún sentido se debe exceder faltando el respeto. La crítica es bienvenida e imprescindible, pero el insulto no abona. Si es una táctica de campaña, su comando debería evaluarla.

La señora Verónica Mendoza se le escucha decir que "no se va a estatizar nada”. Y en este caso también hay que ver si es otra táctica o responde una evolución ideológica, para, sin renunciar a sus ideales, plantear otro enfoque a los graves problemas del país. Y que personajes como Evo Morales solo sea un buen amigo.

Keiko Fujimori enfrenta esta elección golpeada, pero en pie, y constituye un caso donde si bien fue víctima de muchos abusos, tampoco estuvo a la altura de lo que su movimiento y el país necesitaba.

Por otra parte, las encuestas contribuyen a crear un ambiente de confusión, cuando no de sospecha. En los sondeos publicados en “El Comercio” y en “La República” el candidato López Aliaga. No hay que olvidar que ese candidato ofreció eliminar la publicidad estatal en los medios.

Esos postulantes se han dividido las preferencias. Las listas al congreso, son salvo contadas excepciones, tan pobres como las propias candidaturas. Todo esto, repetimos, en medio de una crisis muy mal manejada por el continuismo vizcarrista, que pretende tapar un atentado terrorista con la muerte anterior de Jorge Quispe Palomino, líder narco o terrorista, según como se vea, y que anuncia como gran logro la vacunación de 485 mil personas en un país de 33 millones de habitantes.

Entre estas personas tendremos que elegir, lo más responsablemente que podamos, a quienes dirigirán el país los próximos cinco años. A quienes deberán detener la caída y de ser posible, impulsar una recuperación.