Detras de la cortina

Fáctico

Ya que el gobierno de hecho le gusta tanto la palabra, muchos ciudadanos podemos decir que:

-Es fáctico que el régimen ha presentado su plan ante dependientes y adulones, a falta de un Congreso del cual forme parte la oposición.

-Resulta fáctico que varias de sus medidas son efectivas y populacheras, como pretender aumentar la cobertura de un SIS que hace sufrir a 18 millones de afiliados.

-También es fáctico y evidente que el Congreso por elegir, no será cualitativamente lo que se espera, en virtud de que, las bases para elegirlos se mantienen intactas. Hasta ahora, se ven personajes cuestionables en el gobierno y la oposición, a la derecha y a la izquierda, y de arriba para abajo.

-Corresponde al campo de los hechos que la ministra María Alva hable de minería, pero no anuncie un plan de impulso de esta actividad, que nos guste o no, representa el 60% de nuestros ingresos; además, por cierto, de presidir un todopoderoso sector que lanza un festival de cifras que cambian casi minuto y minuto, mientras la economía sigue estancada.

-Es fáctico establecer que la inseguridad aumenta día a día, y que el Estado no hace nada eficaz para combatirla, aparte de organizar ceremonias de entrega de patrulleros que poco impacto tienen en su combate, y mucho en el afán de figuración del régimen.

-Fáctico es que este gobierno tampoco tiene cuadros, y que blinda a los que resultan polémicos, como al exministro Jorge Meléndez, por citar sólo a uno.

-Muchos medios se niegan fácticamente a plantear estas razonables críticas y cuestionamientos. Para ellos, sólo se debe criticar de un modo furibundo a la oposición, especialmente a los congresistas licenciados por la medida ilegal del también presidente de hecho.

-Fáctico también es que la justicia dicte prisiones preventivas por doquier, en vez de abrir investigaciones preliminares, y que algunos constitucionalistas esgriman argumentos políticos para -supuestamente- sustentar decisiones jurídicas.

-Resulta fáctico que la lucha eficaz contra la anemia y la inoperancia del Estado peruano no se solucionarán con más partidas, con los pobres índices de ejecución presupuestal que ostenta, y con su pobrísima calidad de gasto, impropia de un país de ingresos medios, y que supuestamente espera ingresar a ese club económico exclusivo que es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).