Nixon: a 45 años de su renuncia
El 8 de agosto, en 1974, en un acto sin precedentes en la historia de Estados Unidos, el republicano Richard Nixon, el 37° presidente del país más poderoso del mundo, renunció. Lo hizo por el escándalo de la práctica de grabaciones sistemáticas digitadas desde la propia Casa Blanca.
Todo había comenzado en junio de 1972, en que cinco personas fueron detenidas en el condominio Watergate, que tenía en uno de sus pisos la sede del Comité Nacional Demócrata, a donde habían ingresado para filtrarles información. Fueron condenados junto a dos asesores de Nixon en 1973, y cuando la causa penal seguía su curso, uno de los acusados envió una carta al juez revelando presiones políticas desde el Gobierno.
El caso llegó a la Cámara de Representantes, que abrió un impeachment -juicio político- a 7 personas, entre ellas al propio mandatario. Nixon quiso valerse de su inmunidad presidencial para no entregar las grabaciones -cerca de 3700- y la Corte Suprema lo conminó a hacerlo. Antes de que el caso pasara al Senado, Nixon decidió alejarse. Lo reemplazó el vicepresidente Gerald Ford, que luego lo indultó.
El caso impactó en el imaginario colectivo de la nación. Brillante estudiante y político espectacular. Vencido en las urnas por el demócrata John F. Kennedy en 1960 -venía de ser vicepresidente durante los dos mandatos del afamado Dwight D. Eisenhower (1953-1961), general de 5 estrellas-, a su turno Nixon (1969-1974) hizo una de las más extraordinarias políticas exteriores del país en su historia, ganándose con creces la calificación de estadista.
Apoyado por el gurú de la diplomacia estadounidense, Henry Kissinger, quien fuera su secretario de Estado, Nixon comenzó la retirada digna de sus tropas en Vietnam y jaqueó a la Unión Soviética abriendo espacios con China. Su jugada maestra para ingresarla por Taiwán en el Consejo de Seguridad y el viaje histórico a Pekín lo llevó al estrellato, pero lamentablemente terminó estrellado pasando, por este caso, a la historia como el único presidente estadounidense que renunció al cargo.
En EE.UU., el engaño político es imperdonable y por eso al que miente el propio sistema lo termina llevando a la tumba política. El costo de la mentira y la falta de transparencia siempre liquidan. Nixon murió en 1994 a los 81 años de edad.