Jorge Nieto: El Perú requiere una reforma política integral
Cuando muchos se concentran en cómo reactivar la economía o en fortalecer el sistema nacional anticorrupción, más bien, a nosotros nos gustaría ocuparnos tratar sobre la necesidad de cambiar nuestro sistema político, quizás la causa principal de la mayoría de estos problemas que nos han arrastrado a la recién pasada coyuntura electoral.
Para Jorge Nieto, sociólogo y politólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú, lo primero que hay que hacer es discutir qué reforma política queremos.
Nieto es sobrino del poeta Luis Nieto, y de los ex congresistas de izquierda Guillermo Herrera y Gustavo Espinoza Montesinos. “Los Montesinos eran conocidos por ser músicos, poetas, locos honrados…hasta que llegó el asesor”, señala nuestro entrevistado.
Ddlc: Luego de un proceso electoral tortuoso y, por momentos, seriamente cuestionado, ¿llegó el momento de la reforma de nuestro sistema político y ya no solo del sistema electoral?
J.N: Se requiere de una reforma política integral, no cambios laterales, pequeños, y para ello se requiere una discusión a fondo, que incluya reformas en el ejecutivo, en el parlamento, en su relación, de la ley de partidos, de la ley electoral, revisar la regionalización y su relación con Lima y el gobierno central, porque hemos sido testigos de procesos de corrupción descomunales antes del proceso electoral. Se requiere hacer un seguimiento a las autoridades locales.
Necesitamos una discusión profunda del tipo de sistema electoral que queremos, tener claro en qué sentido vamos, porque de otro modo planteamos reformas que no tienen una concatenación ni lógica ni política.
Transparencia ha planteado la conveniencia de que los parlamentarios sean elegidos en la segunda vuelta, en el afán de ir despejando el escenario político de partidos que no tienen presencia real, e ir generando consensos y gobernabilidad, y concentrando las decisiones parlamentarias en pocos liderazgos. Si se hubiera aplicado este criterio a la primera vuelta, ¿sería razonable que con criterios así, los ganadores tengan mayor nivel de representación, y con ello la representación de la Sra. Mendoza quede menguada? Entonces, o las medidas ayudan al sistema político y generan gobernabilidad, o generan un conflicto afuera del sistema político, y lo hace menos manejable y menos institucionalizado. Es un razonamiento impresionista de las cosas.
Por otro lado, no observo en las propuestas que se hacen un listado de lo que está fallando. En estos cuatro años en el Perú los gobiernos no han fallado en lograr mayorías en el congreso. El más torpe de todos, el actual, la perdió por su impericia política, casi por capricho, por un liderazgo que está por debajo del promedio. ¿Por qué tratamos de resolver un problema inexistente?
Ddlc: Nuestra tradición política apunta al presidencialismo, pero seguimos con un sistema mixto (ni totalmente presidencial ni totalmente parlamentario). ¿No es esta indefinición la que, nos impide consolidar nuestra democracia?
J.N: En principio, soy más partidario de un sistema político parlamentario. Pienso que un sistema más parecido al italiano, donde existe un jefe de gobierno que maneja cuatro aspectos de la política, y lo demás es sometido a la correlación de fuerzas en el congreso, por tanto, es el primer ministro quien lleva el gobierno del día a día. Con todo lo que ello supone.
Hay que ver y encaminarnos hacia un gobierno donde el congreso tenga más peso, lo que supone elevar la calidad de la representación parlamentaria, lo que nos lleva a mejorar el nivel de los liderazgos, y de los partidos.
Necesitamos un razonamiento político integral, que nos permita establecer una dirección en búsqueda de objetivos claros y alcanzables, y en función de ello hacer los cambios.
Ddlc: No medidas específicas, pero dispersas, aunque correctas.
J.N: Así es, pero hay que resaltar que en las reformas políticas nunca hay nada correcto, porque lo correcto en un momento y bajo una circunstancia, puede ser lo contrario en otro momento y circunstancia.
En 1978 se le dio mucho más poder a la sociedad, y se le restringió a los partidos. Era el signo político de la época. Hoy, 30 ó 40 años después, decimos “eso estuvo mal”, necesitamos darle más espacio a los partidos políticos de voluntades colectivas, respetando, manteniendo, o exigiendo elecciones internas para sus afiliados, para que se procese bien el conflicto político y se generen consensos. La democracia es una conquista cotidiana.
Ddlc: Algunos analistas consideran que, lo más conveniente para la gobernabilidad del país es una victoria de Fuerza Popular, pero ¿cómo contrapesar el ejercicio de su poder, si tendrían el control del Poder Ejecutivo y el del Congreso?
JN: Me parece especulativo hablar de eso, porque al parecer se están emparejando los números, y eso nos hace ver un escenario incierto.
Ddlc: Un porcentaje significativo del electorado habría decidido votar blanco o viciado. La corriente antifujimorista les pide votar por PPK, para asegurar un gobierno democrático. La pregunta es, ¿por qué este movimiento no formó una coalición amplia? Al optar por un gran número de candidaturas, prefirieron sus intereses personales o partidarios, debilitando justamente lo que ahora llaman la opción democrática. ¿Por qué no apostaron, además, por candidaturas nuevas, expresión de una nueva generación de líderes?
J.N: Entre otras razones, porque no existen los incentivos para que se formen coaliciones amplias, como se observó en la primera vuelta, donde se presentaban personajes con la esperanza de lograr dos o tres curules.
Ddlc: Usted diría que es consecuencia del propio sistema.
J.N: De los incentivos que se dan en el sistema político y de la acción de este congreso, que acordó darles un salvavidas a los partidos que para que sigan manteniendo el registro, a pesar que no competían. Si como partido no participo y me permiten mantener la inscripción sin competir, no lo hago, como ha ocurrido en muchos casos.
Ddlc: ¿En su opinión, los discursos de campaña dictadura-narcoestado, transnacionales, sirven, más allá de los cuestionamientos?
J.N: Si se compara la animosidad de esta segunda vuelta con la del 2006 y 2011, ésta resulta menor. El nivel de confrontación de esos procesos fue más intenso y mucho mayor.
Por otro lado, los políticos siempre tienen que dramatizar puntos de vista y argumentos para ganar electores, pero acabada la elección le puedo asegurar que tendrán que sentarse a conversar, porque ése es su trabajo.
Ddlc: Usted vivió en México y fue testigo de los problemas de narcotráfico en ese país. Independientemente del discurso político del momento, ¿Cree que estamos en el camino de ser un narco-estado?
J.N: Pienso que hay un riesgo de una actividad más intensa de la que ya está desarrollando: no hay que olvidar que somos el primer productor mundial de cocaína, y esa droga es exportada, casi en su totalidad. Y para hacerlo, se emplean no solo rutas físicas, sino rutas de corrupción, y económicas. Uno puede observar como se ha mencionado que en las ciudades-puerto la tasa de homicidios se ha disparado en relación a la media nacional, que está en 7 u 8 por cada 100 mil habitantes, y en esas zonas está en 35 por cada 100 mil habitantes.
Es evidente que hay un riesgo que el narcotráfico cobre mayor presencia e importancia y penetre en las estructuras del Estado es evidente por los datos que tenemos.
No por casualidad este congreso ha venido trabajando en el tema y encontrar la relación entre narcotráfico y política. Se ha presentado un informe donde se revela un recuento del modus operandi del tráfico de drogas, y sería bueno que la gente lo leyera porque ahí se menciona claramente los riesgos que se ciernen sobre el Estado peruano, y dependerá de las circunstancias que se materialicen.
Si México vence al narcotráfico, como va a ocurrir en algún momento, éste va a buscar algún espacio para establecerse, porque la demanda está ahí y el negocio sigue funcionando, entonces, en esa cadena, de crimen, hay dos espacios naturales en el proceso: Centroamérica y el área andina, claramente en el área andina Colombia no, porque controló su amenaza interna, aunque la actividad siga, pero las organizaciones criminales han dejado de ser un reto para la seguridad del Estado.
En ese contexto, el Perú es un escenario posible para el crecimiento de esta actividad, pero no es ineluctable que eso ocurra.
Ddlc: Es un problema de estado, no de gobierno.
J.N: Efectivamente. En ese aspecto todos estamos siendo muy negligentes, por lo que observamos, pero si tengo un secretario general investigado por lavado de activos, me tengo que preocupar. Si no lo hago, significa que soy muy permisivo, y no es un asunto sólo de la candidata. En general se observa una frivolidad de los partidos frente al riesgo de penetración del narcotráfico. En la política y en el Estado.
Ddlc: ¿FP puede convertirse, si supera sus problemas de organización, imagen, y sus pasivos, en un partido de masas democrático, popular y de derechas, que de hecho, le ha quitado su público objetivo a la izquierda?
J.N: Ello supone un reto, y cabe recordar que en España el Partido Popular tuvo que desafiliarse del franquismo. Para convertirse en un movimiento moderno, la UDI y Renovación Nacional tuvieron que desmarcarse del pinochetismo. Fuerza Popular va a tener que hacer lo mismo con respecto al fujimorismo como bandera. Ese es su desafío, y todavía no es un movimiento popular.
Fuerza Popular constituye un movimiento fujimorista, un partido en construcción. Todos los problemas que ha tenido están relacionados a esto, con quienes reinvindican al 110% el legado fujimorista, con activos y pasivos, y quienes desean generar una distancia más o menos notoria. Para convertirse en un partido moderno, tiene que olvidarse del apellido.
Ddlc: ¿Por qué la derecha, en lo general no empatiza con el electorado, y establece una conexión más intensa y permanente?
J.N: Primero, porque creo que no le interesa mucho. Si se revisa una carta que le escribe Pedro Beltrán Espantoso al Sr. Gildemeister en la década del 50, cuando va a fundar “La Prensa”, le dice, no lo cito de memoria pero el sentido es ese, “el APRA está soliviantando a la sociedad, como no tenemos capacidad de formar un partido, tenemos que fundar un medio de prensa que defienda nuestros intereses”. De esa frase de esa carta-escrita en inglés además- se encuentra una de las incógnitas que usted plantea.
Creo que a la derecha no le ha importado mucho fundar un partido político, y menos de multitudes, además hay temas estructurales, poseemos un conflicto de sensibilidades que deriva de las diferentes etnias de nuestra sociedad, algo que ha ido cambiando en las últimas décadas, pero sin embargo, ahí está.
Parte de la simpatía que puede generar el fujimorismo es porque es un movimiento plebeyo, parte de las dificultades de su adversario fue que no logró PPK con los sectores más pobres de la población, por eso es que las votaciones del Sr. Kuczynski son intensas en sectores altos de la sociedad, un poco menos, pero fuertes en C, pero muy débiles en D y en E. La votación de la Sra. Fujimori es exactamente al revés.
Ddlc: ¿Cómo ve el futuro del presidente y su esposa?
J.N: Van a pasar largo tiempo en los pasillos judiciales.
Ddlc: Cree, como otros analistas, que existe el peligro de una fuga.
J.N: No creo que su torpeza llegue a tanto.
Ddlc: Y del partido dependerá de cómo puedan sortear las dificultades relacionadas a las investigaciones a que sean sometidas.
J.N: Mire a Toledo. Ël todavía no sale de los pasillos judiciales. ¿Y dónde está su partido? No existe.
Ddlc: Se está haciendo costumbre que los presidentes salientes concluyan su mandato judicializados y en medio de escándalos. Y eso ocurre de derecha a izquierda.
J.N: Tenemos a un presidente preso, otro investigado, el hermano preso del actual presidente, y él y su esposa investigados. Terrible como sociedad, como país. Tenemos una vida pública miserable, donde la corrupción está cercenando varios liderazgos.
En todo este panorama, aparece y brilla la figura de Valentín Paniagua.