< Detras de la cortina

La dolce vita (è finita)

La crisis mundial que ha hecho estragos en todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Japón, ha golpeado especialmente a la Europa mediterránea. Y si es verdad que ha habido malas práctica corporativas, con los bancos de inversión, es verdad también que el “estado de bienestar”, creado por los suecos, tiene importancia capital en este fenómeno. Estado de bienestar que los propios suecos empezaron a desmontar.

El siguiente artículo de “El Comercio”, que glosamos, brinda mayores detalles sobre una crisis que bien podríamos llamar “quiebra”. 

…Se ha vuelto un lugar común decir que la crisis que atraviesa Europa es una crisis del capitalismo…es lo contrario...

La crisis europea es una crisis del estado de bienestar…producida por el convencimiento al que fueron llegando numerosísimos europeos, y especialmente mediterráneos, de que podrían tener cada vez mejor y más costosa calidad de vida mientras trabajaban - y producían menos – porque la diferencia la pondría el Estado.

Para solventar sus gastos, lo que el estado no toma de lo que producen los ciudadanos (vía impuestos), o lo imprime (vía maquinita) o lo consigue vía préstamos.

Como en la unión europea la maquinita la maneja el Banco Central Europeo y cada estado no puede decidir cuándo imprimir euros, el único camino para los países que quieren gastar más de lo que generan sus economías es prestarse, y eso es exactamente lo que han venido haciendo muchos estados europeos. Prestarse y volverse a prestarse para pagar los préstamos anteriores y poder sostener las semanas de trabajo reducidas y los retiros anticipados, al tiempo que sus ciudadanos disfrutaban de los niveles de alimentación, vivienda, educación, salud, infraestructura, pensiones, esparcimiento más altos del mundo…

En Grecia, este retiro anticipado se puede producir alrededor de los 50 años, lo que cobran sus ciudadanos el 90% de su último sueldo, y el estado garantiza un estilo de vida que comprende vacaciones pagadas por fondos públicos para los desempleados.

…estos países han venido ruleteando con sus deudas, exactamente como lo hacen con las tarjetas de crédito las personas irresponsables…a los estados les es más fácil porque cada gobierno que decide incurrir en una nueva deuda, sabiendo que no la pagará él, sino algún otro que vendrá después…así sucedió gobierno tras gobierno en muchísimos países, hasta que la crisis financiera internacional del 2008 hizo que se secara el crédito fácil.

¿Quién iba a seguirle prestando a un país como Italia que ya debía 120% de lo que producía anualmente? ¿O como Portugal, que debe el 107%? ¿O como Grecia, que debe el 165%?

Sin préstamos, sin maquinita y con ciudadanos retirándose de sus cortas semanas laborales en sus cincuenta para cobrar pensiones hasta sus noventa, estos países se quedaron sin poder pagar todas las prestaciones que daban a sus ciudadanos a sus ciudadanos, algo que en economías tan estatizadas (en Grecia hasta el 70% de los ciudadanos recibe ingresos del Estado), tumba el consumo y desalienta la inversión privada.

…En Grecia, si uno quiere hacer una empresa, tiene que aportar el 1% del capital social al fondo de pensiones de abogados griegos. Y si uno compra un ticket de barco, el 10% se destina las pensiones de los trabajadores del puerto.

“Crisis” es una palabra amplia para explicar lo que pasado en tantos países de Europa. El término preciso es “quiebra”. Los estados europeos, con la excepción de algunos pocos presididos por Alemania (cuya edad de retiro anticipado, incidentalmente, puede tener 15 años más que la griega y cuyos jubilados cobran un porcentaje de su último sueldo menor a la mitad del que cobran los griegos), están quebrados. Y están quebrados por la misma razón por la que puede quebrar cualquier hogar: porque vivían muy por encima de sus posibilidades. ¿Crisis del capitalismo?