JVR: Debemos regresar a la Carta de 1979 porque es la legítima, la aprobó la Constituyente presidida en 1979 y se introdujeron instituciones nuevas, muy positivas para el Perú: la Declaración de los Derechos del Hombre, la jurisdicción supranacional, donde cuando uno tiene agotada la vía interna en materia de Derechos Humanos puede ir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que está en San José de Costa Rica, pasando por la Comisión que se encuentra en Washington. Ha habido decenas y centenas de casos que han sido vistos en estos años por esos tribunales protegiendo los derechos de las personas perjudicadas, así que la legitimidad es lo primero, porque la Carta de 1993 es fruto de un golpe de estado y es mediocre, trunca, castrada. La castración reside en que históricamente de los casi 200 años de independencia, en 170 nuestro parlamento ha tenido senado.

JVR: Lo que tenemos ahora es simplemente un congreso unicameral. Lo que debemos hacer es crear una organización que cuente con una Cámara de Diputados y una de Senadores, pero no mellizas. La de diputados tendría un origen provincial y el senado nacional. La de diputados podría ser disoluble y el senado indisoluble. En la de diputados la edad mínima sería 25 años de edad para ser postulante, en cambio en el senado 40 años de edad. Dos tercios del senado deberían ser de origen regional, porque así como la cámara de diputados es elegida por las provincias y departamentos, el senado lo sería por regiones del Perú, y tendría un tercio de su representación vinculada a las funciones de las fuerzas armadas, de las profesiones liberales, de la iglesia católica, evangélica, luterana, calvinista, porque dan una percepción distinta.

¿Dónde funciona una cámara así? En Irlanda, ése es exactamente el modelo. ¿Cuándo nace esta idea de un Senado Funcional en el Perú? En el debate de la Asamblea Constituyente en 1932, la tesis la sostuvo Víctor Andrés Belaúnde. Los compañeros se opusieron en ese momento diciendo que era mejor dejarlo para el futuro, que en ese momento no era conveniente.

JV-R: Yo he luchado con Luis Alva Castro y con otros para restaurar el senado y restituir la carta de 1979. Hemos tenido una veintena de reuniones en el Club Aeronáutico, convocando a todos los grupos políticos, a los humalistas, los fujimoristas, a los del partido de Castañeda y no se llegó a concretar nada, de tal manera que el Perú con el congreso unicameral de estas características y tal como está organizado tiene un mal destino parlamentario, no va a tener el prestigio de algunos viejos parlamentos peruanos, en los que el senado fue un factor de combate, de dialéctica, de inteligencia, y de cultura.

JVC: El partido aprista es fundamentalmente pasado, y eso es muy importante, lo que es la historia. El APRA no nació para una elección, sino como una concepción distinta del Perú, de enfrentarse al imperialismo y al feudalismo. Haya de la Torre fue nuestro candidato el 31, Bustamante el 45, Víctor Raúl nuevamente el 62 y el 63. Alcanzamos el poder con Alan García el 85, que no es un líder histórico del partido, pero que ha logrado la victoria 2 veces, pero resulta que por la decisión equívoca de haber lanzado a Mercedes Aráoz como candidata a la presidencia nos ha dejado acéfalos, con lo que nuestra votación congresal se va dispersar, mientras los que están con Castañeda o Keiko Fujimori votan por sus congresistas y su candidato, y nosotros no lo tenemos, así que la posición del APRA va a ser electoralmente débil, lo que no significa que desaparezca, porque el aprismo tiene mucha pujanza por sus raíces históricas. No es un partido adventicio, recién fundado o electorero.

JV-R: Lo recordará como un aprista de familia heroica, por sus padres que fueron grandes luchadores, que tuvo una juventud simpática, pero que ha terminado en este segundo mandato aburguesado, transigiendo con la oligarquía. Así que no creo que tenga destino, sino más bien un pasado respetable. Fue elegido presidente dos veces en elecciones libres, lo cual es muy meritorio, pero personalmente ha perdido las características de un líder que sacuda a las masas, lo aplauden hoy porque es el presidente, pero no por sus méritos.

JV-R: En este momento no hay un líder, hay gente valiosa dentro del partido como Velásquez Quesquén, Mulder, Mercedes Cabanillas, González Posada, pero no son los que salen a a un balcón y encandilan a una multitud. Puede ser que aparezca, es una incógnita, pero no vaticino nada inmediato, pero el APRA seguirá como idea, como historia, doctrina y como un partido hegemónico en el Perú, porque los otros grupos como el comunismo han desaparecido, el marxismo leninismo ha desaparecido, Humala no tiene una doctrina, Mercedes Aráoz fue alguien que pasó y se fue, Kuczynski es simplemente un tecnócrata, un empresario de obra pública, pero no tiene el contenido ideológico, la savia revolucionaria del partido aprista.