Crecimiento ecónómico: ¿Qué lo afecta?
El principal objetivo de la política económica debe ser hacer crecer la economía; aumentar el crecimiento del producto bruto interno (PBI) entre 4.5% al 5% o más, lo que no ocurrirá por la corrupción y la grave inestabilidad política que genera expectativas de desconfianza en la mediana y pequeña inversión privada.
Tal como lo sostenemos desde DETRÁS DE LA CORTINA la economía del país se ve afectada por la inestabilidad política, la inseguridad, y la corrupción, que es nociva para el crecimiento económico porque desalienta la inversión, al dañar la predictibilidad del sistema jurídico, y hace más riesgosos y menos productivos los emprendimientos.
Adam Smith afirmó que “el Estado debe proteger a los miembros de la sociedad de la injusticia”, y concluía que la riqueza de un país depende de un esquema jurídico eficaz para todos. El economista escocés sostuvo que su administración se relaciona con las disputas sobre los derechos de propiedad y las relaciones económicas. Por tanto, el Estado tiene por objetivo velar por la seguridad de las propiedades. En el Perú, el sistema de justicia es un obstáculo para la competitividad, por ser corrupto e inseguro.
En nuestro país existe pobreza y pobreza extrema, conflictos sociales, difícil acceso a servicios básicos, el ciudadano tiene un inexistente o negativo contacto con el Estado, al igual que con el Poder Judicial, Ministerio Público y la Policía Nacional. La precariedad y la desconexión del mercado laboral viene creciendo por el estancamiento económico.
Últimamente también, hemos podido apreciar entredichos entre el ministro de Economía y el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), quien expresó públicamente que debemos recuperar el manejo técnico, al comentar que el Ejecutivo no observó las leyes sobre retiro de fondos AFP’s ni disponibilidad de la CTS.
Sin embargo, el ministro deseó que el presidente del BCR “no se equivoque tanto” con las cifras proyectadas para la inflación este año, ya que dicha institución señala que era de 2,2%. Asimismo, mencionó que Velarde debería escuchar el pedido del MEF, y ser más proactivo en reducir la tasa de interés real, para reactivar la economía, en razón que se requiere impulsar más el mercado hipotecario y el mercado crediticio.
Estos hechos dan a conocer dos modos distintos de entender la economía. Mientras el mandamás del BCR cree que hay que recuperar el manejo técnico del MEF, y que este considere las recomendaciones de esta institución, Arista sostiene que aquel no viene ayudando a la reactivación, por no reducir más latasa de referencia, que se encuentra en 5.75%? .¿Qué mensaje se transmite a los agentes económicos, y a los ciudadanos?
Es imperativo cambiar la visión política del Estado para que se preocupe por la persona, que proteja – real, no líricamente - sus libertades y derechos, que solo se ha preocupado en reformar aspectos como los contratos de obras, lo cual es correcto, pero ha soslayado la podredumbre del sistema de justicia.
Como sabemos, el gasto público no se distribuye correctamente, ya que tenemos un sector público ineficiente y corrupto, que es incapaz de acompañar e impulsar a nuestra economía, por tener una tramitología o una tramitopatía, como señaló Jaime De Althaus, la cual genera desconfianza empresarial. La inversión pública es muy pobre para crecer. Es necesario invertir con un nivel aceptable, lo que no se observa en las cifras del nuevo Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones Invierte.pe para la ejecución de proyectos.
Arista debe explicar la real situación económica, y que la crisis se puede superar con capacidad y honestidad. Pero ello depende de que se identifiquen y diagnostiquen bien los problemas, y que se busquen soluciones concertadas, que atraigan inversión privada.
Para lograr tal fin, se debe utilizar al planeamiento estratégico como herramienta de gestión, y dejar de responsabilizar únicamente a los gobiernos regionales y locales de no saber gobernar y que no tienen capacidad para ejecutar su presupuesto, ya que también es sabido que muchos sectores del Estado devuelven una ingente cantidad de recursos, en especial de inversión. Es urgente, por lo tanto, diseñar y aplicar un Plan Estratégico de Desarrollo Nacional Concertado Descentralizado con programas y proyectos, gastos racionales redistribuidos con acciones, y metas mensurables para promover un crecimiento del PBI.
Algunos economistas y grandes empresarios afirman que el Estado planificador e interventor fracasó, y que la economía social de mercado es una ilusión. Las funciones del estado ahora son: a) brindar seguridad, b) justicia para todos, c) estabilidad económica que preserve el equilibrio macroeconómico, lo que elimina al Estado como promotor del Desarrollo.
Manfred Neef sostiene que hay postulados que deben sustentar un nuevo sistema económico: la economía es para servir a las personas y no las personas para servirla; el desarrollo tiene que ver con las personas, no con objetos. Crecimiento no es lo mismo que desarrollo.
El MEF debe elaborar un Plan económico anticrisis minucioso, que contenga medidas para reactivar la pequeña y mediana inversión, reducir la brecha de infraestructura, apoyar la exportación no tradicional, reestructurar el presupuesto reasignando partidas y eliminando gastos innecesarios, colaborar ampliamente para que los gobiernos regionales y locales usen mejor su presupuesto. Así mismo, evaluar el modelo económico exportación de materias primas, y al mismo tiempo, promover uno que apueste por valor agregado nacional.
Por su parte, en épocas de recesión, el BCR puede reducir las tasas de interés, lo que producirá un aumento de las inversiones (incluyendo algunas que no serían rentables en otras circunstancias). Esto generaría un aumento del empleo, crecimiento del consumo, disminución del desempleo y una mejora de los salarios.
Debemos preocuparnos -casi obsesionarnos- por tener capital humano de calidad, personas preparadas y capaces de producir más bienes y servicios con los mismos recursos disponibles, y hacer las modificaciones necesarias a la política económica, lo cual nos lleva a poner los reflectores en nuestro desastroso nivel educativo (técnico y profesional).
En suma, todos estos factores y situaciones afectan nuestras perspectivas de crecimiento y desarrollo. Se requiere -como se ha dicho hasta la saciedad- un Estado que promueva inversión privada, que realice inversión pública, que regule eficazmente el mercado, y que cumpla con garantizar educación, salud, justicia y seguridad. Algo que, desgraciadamente, una vez más, se ve muy lejano.