La política de la adrenalina
Cuando hace algunos años comentábamos con nuestras amistades lo ocurrido el 2006 y la vigencia de Ollanta Humala en la escena política, nos decían que estábamos exagerando, que el Perú es otro país, que el consumo se disparaba y nos tildaban de aguafiestas, negativos o con palabras por el estilo.
Hoy, cinco años después, estamos prácticamente en la misma situación. Un tiempo en el que la propaganda estatal nos ha bombardeado de cifras, convenios y gastronomía por doquier, y mucha parte de la prensa ha estado entretenida con los líos de nuestra pseudo farándula.
Mientras esto ocurría y recibíamos la bendición de las entidades financieras internacionales, la caja del BCR reventaba de reservas y Ancash, la región que más dinero recibía por canon minero, era la que menos ejecutaba de su presupuesto público, algo sobre lo que también nos habla nuestro columnista Germán Lench en esta edición.
Pero no sólo eso, ninguna reforma se acometió, la tímida reforma educativa se suspendió, la inseguridad con la subversión y delincuencia aumentó y la convulsión también, espantando la inversión. En fin, la prosperidad y estabilidad se limitaba a pocas zonas, generalmente urbanas.
En el resto del país, especialmente la sierra sur y la selva, y aún en zonas de sierra de Lima, la situación no mejoró. Casi 10 años después de un crecimiento económico con tasas chinas, la pobreza es - si las cifras son correctas - de 30%. Es decir, aproximadamente 9 millones de peruanos se encuentran en esa situación y más de 2 millones no se alimentan bien.
Esos dos bolsones de peruanos marginados son y seguirán siendo un caudal electoral para cualquier aventurero que nos ofrezca un paraíso inmediato con un orden a patadas.
Resulta también increíble escuchar a académicos que ciertas candidaturas no son ya un peligro, olvidándose sus antecedentes populistas, violentistas y autoritarios.
No debe extrañarnos que en este contexto de ineficiencia, se vislumbre el peor escenario: dos posiciones autoritarias, una de derecha y otra de izquierda enfrascándose en un clásico a muerte.
En EE.UU. la discusión actual sobre recortes presupuestales dramáticos, en todos los estados, debido a la deuda fiscal de ¡trillones de dólares! nos demuestra que los excesos fiscales pueden estropear el crecimiento económico. Pero también un sistema político que no logre distribuir la bonanza y mejorar el acceso a las libertades y oportunidades políticas y económicas, como lo han mostrado violentamente varios países árabes y norafricanos.
Nuestra política es pues pura adrenalina y poca o nula democracia, como nos señala nuestro entrevistado, el director de France Press, Luis Jaime Cisneros.
Hay entonces una tarea pendiente, enorme, de poner las bases para el auténtico desarrollo económico e institucional del país, pero sin afectar la estabilidad macroeconómica y nuestro sistema de libertades políticas y económicas que tanto nos ha costado construir.
De aquí al domingo, pensemos bien por quién vamos a votar. No elijamos mal y terminemos con otro sistema peor.
En este sentido, difundimos los planteamientos de los diez candidatos presidenciales en:
Además, podrán encontrar en el siguiente enlace un resumen de los lineamientos de política de los candidatos que participaron en el debate del 3 de abril: