Pocos músicos son tan representativos como Sir Elton John. Y pocos como él han tenido una vida tan agitada y una exitosa carrera. Su inminente llegada a Lima nos permite decir algunas líneas sobre este talentoso y excéntrico personaje.
Reginald Kenneth Dwight (así se llama), nació el 25 de marzo el suburbio londinense de Pinner, y a decir de su madre, Sheila, debía “quitarse de la cabeza esa tontería de la música pop, si no se iba a convertir en un muchacho salvaje”. Afortunadamente, Elton no le hizo caso.
Dos semanas antes de acabar la secundaria, el joven Reg dejó el colegio y formó su primera banda, Bluesology, y según el director de la misma, “no tenía futuro en razón de su timidez”. Aquí muere Reg y nace Elton (tomó los nombres del saxofonista y del líder del grupo).
Después de un tiempo, abandonó la banda y comenzó a trabajar de mensajero en una compañía musical. Aquí conoció alguien decisivo en su carrera: Bernie Taupin. Desde entonces no se han separado.
Taupin escribía la letra en una hora y Elton le ponía música en media hora. Así nacieron Candle in the Wind (un tributo a Marilyn Monroe y luego a Lady Diana), Border song, Cocodrile Rock, Daniel, Goodbye yellow brick road, Rocket man, y Don’t go breaking my heart.
A partir de ese momento, el cantante comenzó a llevar una vida desordenada y derrochadora. Regalaba yates, abrigos y joyas. “No creo tener tiempo para gastar todo mi dinero”, dijo alguna vez. Pero el dinero no era lo único que consumía. El piano man del rock’n roll o el quinto Beatle, como también le decían, cayó en las garras del alcohol y la cocaína (que según propia confesión le impidió crear durante mucho tiempo buena música), intentó suicidarse luego de un fracaso amoroso y tuvo un matrimonio de poco más de cuatro años con la ingeniera de grabaciones alemana Renata Blauer. Años más tarde declararía públicamente -algo inusual en ese entonces- su homosexualidad.
A todo esto se unía su colección de anteojos, sus trajes, sus zapatos, capas y todo lo demás. Es célebre su aparición en un concierto donde apareció disfrazado como el pato Donald. Y también en el Show de los Muppets, donde cantó, literalmente emplumado, Cocodrile Rock.
En los años ochenta, mientras batallaba con esos demonios, dejó algunas piezas efectivas y simples como I’m still standing, bellas como Nikita, You’re my princess y quizás edulcoradas pero exitosas como Sacrifice, tema principal de la película Cocoon, y ópera prima del cineasta Ron Howard, el popular Richie Cullingham de "Días Felices".
En los noventa, con esos fantasmas atrás, y aún cuando lo acusaron de tratar de mantener desesperadamente su vigencia mediante presentaciones en cuanto festival benéfico haya, los niños y el rey León le permitieron aumentar su popularidad. Made in England parece ser fruto de esa etapa.
También apareció en la comedia la comedia "La Nana" con su esposo, el director David Furnish, en la escena de la primera salida de los personajes principales, la Srta. Fine y Sr. Shieffield, sorprendido y exclamando luego de un diálogo ¡Dios mío¡ ¿Es su primera cita?
Después se le vio en una situación similar en un restaurante en la extraordinaria serie Will and Grace, y hace unos meses fue el anfitrión de lujo de Saturday Night Live, programa emblemático de la televisión estadounidense, donde no sólo demostró su talento, sino destiló su sencillez y agudo sentido del humor.
Elton John produce el programa donde es anfitrión Elvis Costello, y el que ha tenido invitados como Lou Reed y James Taylor. Eso, si cuidar al bebé que ha adoptado con su esposo no le quita tiempo.
En los últimos tiempos, el rockero británico ha manifestado su intención de dejar los escenarios, pero antes de eso, nos concede el enorme privilegio de visitarnos. Enhorabuena.