Aprender en países ajenos
Los luctuosos hechos ocurridos en Ecuador nos deben llamar a reflexión. Las macabras imágenes transmitidas por Televisión e Internet nos demuestran, con crudeza, lo que ocurre cuando el Estado se descuida en sus tareas fundamentales, como brindar seguridad.
Por los hechos se puede inferir que los gobiernos de Rafael Correa, el disidente Lenin Moreno, y el derechista Lasso no han abordado correctamente el problema-sea por negligencia, desinterés o incapacidad- que le ha estallado en la cara al recién elegido Daniel Noboa.
En realidad, esta situación es menos probable que se produzca en el Perú, no a ese nivel, por cierto. Pero no queremos ni pensar que hubiera ocurrido con nuestro colapsado sistema de justicia, una fiscalía y un poder judicial sesgado, una policía y un ejército debilitados, y donde muchas veces prevalecen los derechos de los delincuentes, antes que los de hombres de bien.
Ese escenario debería obligarnos a solucionar, o por lo menos empezar a abordar los problemas de la inseguridad y la administración de justicia, pero parece que a las autoridades no les interesa realmente-como en otros sectores-más allá del discurso.
Los peruanos estamos hartos de la delincuencia y la violencia. A este gobierno provisional, mediocre y errático de la Sra. Dina Boluarte no le podemos pedir abordar ni mucho menos solucionar problemas estructurales como son la incompetencia y la corrupción, pero sí actuar protegiendo la vida de los peruanos. Un país que no puede proteger a sus ciudadanos, ni ejercer un control territorial, se convierte en un estado fallido.
Esperamos que el régimen del presidente ecuatoriano Daniel Noboa pueda controlar lo más pronto posible esta amenaza, y que quienes estén a cargo de nuestras instituciones impidan que este drama ocurra acá, al contrario de lo que reza el conocido refrán, y parafraseándolo "nadie aprende en países ajenos”.