¡Contra la recesión acción¡
Finalmente, el MEF redujo de 2,5% a 1,1% su proyección de crecimiento económico del PBI para este año lo que constituye un indicador “insuficiente” para reducir la pobreza y generar más empleos.
El ministro de Economía, Alex Contreras, reconoció que la economía cerrará este año con un crecimiento de 1,1%, de acuerdo con el Marco Macroeconómico Multianual 2024-2027, publicado el 29 de agosto. Aunque el Instituto Peruano de Economía (IPE) proyectó 0.8% y la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP's 0.8%.
Sostuvo que las razones de la reducción del PBI para el 2023 son las protestas sociales, eventos climatológicos como "El Yaku" y "El Niño", que impactó en la producción agrícola e impidió que la primera temporada de pesca de anchoveta se desarrrolle con normalidad. Asimismo, el MEF confirma que la inversión privada culminará el 2023 con una caída de 4,5%. ¿Es algo que se dijo de antemano?
Como lo dijimos en “Detrás de la cortina” reiteradas veces, estamos en una economía estancada al crecer 1% desde hace ya un buen tiempo, 8 o 9 meses. Se conoce una tasa de crecimiento económico anual de entre 2% y 3% se considera como estancamiento, y se caracteriza por alto desempleo y empleo a medio tiempo involuntario.
El Banco de inversión JP Morgan proyectó que la incertidumbre política se encuentra perjudicando seriamente nuestro crecimiento económico, pues si este factor se despejase el país avanzaría.
Mientras tanto, el MEF sostiene que, si “El Niño” se presenta con una intensidad extraordinaria, el PBI caería a 0,5%. Si se tiene en cuenta que impactará entre el cuarto trimestre de 2023 y verano de 2024, sería un golpe para la pesca, el agro y la manufactura, especialmente la pesca, ya que se cancelaría la segunda temporada de anchoveta del año, y la primera del 2024 en la zona norte-centro. Además, tendría una repercusión negativa en la manufactura, porque afectaría el procesamiento de harina de pescado.
En el sector agropecuario, el exceso de lluvias y las altas temperaturas generarían pérdidas de cosechas, aparición de plagas, y alterarían el ciclo vegetativo de algunos cultivos. Además, el ya no fenómeno afectará a los sectores no primarios con daños en la infraestructura, viviendas y carreteras, y en los servicios básicos, como agua, electricidad y saneamiento. El transporte de pasajeros y carga será limitado, lo que dificultará el traslado de personal e insumos. Por tanto, el MEF estima que el fenómeno que restaría 0,5% al crecimiento en 2023 y 1,7%, en 2024, y la inversión privada será de - 4.5%
Como señaló la Cámara de Comercio de Lima, “la inestabilidad política y la incertidumbre que se generan por el enfrentamiento entre los poderes del Estado están afectando la dinámica económica del país. Las inversiones privadas comienzan a detenerse ante la incertidumbre, y son ellas las que constituyen un elemento clave si queremos mantener nuestro crecimiento”. Algo que el régimen debería evaluar, y sobre lo cual debería actuar, y no sólo hablar y manifestar buenas intenciones.
Debemos crecer mínimo 4.5% en el PBI, porque genera empleo adecuado, la producción, se eleva la recaudación tributaria, y la capacidad de gasto del gobierno.
Contreras debe tomar en cuenta que el libre mercado y la política antinflacionaria no generan condiciones rentables a la inversión privada productiva. En el contexto de la liberalización financiera, el libre mercado genera ganancias de corto plazo y no genera condiciones de crecimiento sostenido. Como afirmaron los destacados economistas Papadimitriou, Wray y Nersisyan, "la mejor economía no es aquella que está abandonada a la mano invisible del mercado no restringido”, y que “nuestra seguridad nacional e individual no debe ser dejada a la suerte de la búsqueda privada de la máxima ganancia".
Los ciudadanos quieren saber cuál es la política económica que promoverá la pequeña y mediana inversión en el mediano y largo plazo, que impulse empleo bien remunerado, y -un tema casi insoluble que debería asumir el flamante ministro de Trabajo- cómo se disminuirá gradualmente la informalidad.
Se necesitan pues, mensajes claros, disminuir la confrontación política inútil entre el gobierno y la oposición, y que el congreso-como dicen ahora los jóvenes- “se haga una”, puesto que hasta la fecha no hemos podido apreciar ninguna reforma económica, mientras que los intentos de reformas políticas y judiciales han quedado en promesas inviables, cuando no incumplidas.
El ministro debe entender que su sector debe corregir y mejorar las directivas para elaborar un presupuesto correctamente el presupuesto, de tal manera que al final del ejercicio fiscal no revierta al estado dinero en un país que necesita infraestructura educativa, de salud, de vivienda, de agua, saneamiento, entre otras.
El MEF debe dar a los sectores acompañamiento permanente y seguimiento, además de agilidad en la atención de los requerimientos (consultas, opiniones, aprobaciones en materia presupuestal e inversiones).
Contreras tiene que reformular los planes de inversión nacional, regional y local. Sin embargo, sólo el MEF y el BCR deciden al respecto y no participa el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico - CEPLAN que debería conducir la política de Inversión Pública.
En la tarea de recuperación y reactivación económica deben participar economistas, funcionarios, empresarios, representantes sindicales, así como un representante de alguna organización de defensa de los consumidores.
Esto es lo que urge en el momento. Pero el gobierno se conforma con hacer un mediocre manejo de crisis.
Contra la recesión se requiere acción.