Natale Amprimo: "Vizcarra tiene una forma muy negativa de gobernar, que a la larga pasa la factura"
Experimentado político, exparlamentario y agudo analista de la realidad social política del país, Natale Amprimo es uno de los personajes más lúcidos de nuestro entorno.
Amprimo comparte en esta entrevista su opinión, análisis y su vaticinio de lo que puede ocurrir en nuestro país, dejando clara su posición frente al poder y los medios, fundamentalmente.
Ddlc: ¿Cómo evalúa la situación política actual y la actuación del nuevo Congreso?
N.A: Obviamente, la situación es muy preocupante. Estamos ante un parlamento novato, con poco tiempo de instalado, y cuyo periodo de funcionamiento será muy corto. Entonces, lo que estamos viendo es una suerte de afán populista por adoptar medidas que generen un aplauso fácil e inmediato, sin importar, por ejemplo, afectar o hasta detener las bases de nuestro crecimiento sostenido.
Esto la verdad que ya fue advertido, y penosamente el presidente promovió una campaña de descrédito contra el anterior (que también tuvo una cuota de responsabilidad), y las reformas que el ejecutivo promovió fueron fuegos artificiales. Y hoy en día estamos padeciendo lo que fue oportunamente mencionado.
Ddlc: Sin embargo, el gobierno, sin Congreso ni prensa, se ha manejado también con un criterio populista con el tema de Reactiva, los bonos. Existe una sensación de que están en una lucha constante para ver quién da, o regala, más dinero sin base técnica.
N.A: Sin lugar a dudas. El Ejecutivo anuncia, con razón, que observará la reciente norma aprobada por el parlamento, sobre el retiro de fondos de la Oficina de Normalización Previsional (ONP), pero hay que decir que cuando se dispuso el retiro de fondos de las AFP, esa ley no la impugnó.
Una vez más, parece que el presidente no sustenta sus acciones sobre lo que hay que defender y fijar posición, sino sobre cuánto impacto van a tener las medidas que tome en los resultados de las encuestas. Vizcarra tiene una forma muy negativa de gobernar, que a la larga pasa la factura.
El problema con estas leyes es que estamos hablando de un sistema pensionario, el cual genera un fondo con el que el Estado debe otorgar pensiones a los jubilados.
Ddlc: Pero se puede considerar una acción hasta cierto punto comprensible, por cuanto a se ha obligado a mucha gente a dejar de trabajar por tres meses y medio.
N.A.: Estamos vistiendo a un santo para desvestir a otro, porque llegado el momento de jubilación ¿Cuál es la pensión que van a recibir? No se trata de adoptar medidas de corto plazo, simplistas y populistas, se trata de buscar una solución a la realidad que hoy existe. Si liquidamos los fondos de pensiones, estamos comiendo hoy para no comer mañana, y en una etapa donde la persona se encuentra en situación vulnerable, porque ya no tiene posibilidades de generar algún tipo de ingreso.
Hay que recalcar que los fondos pensionarios son intangibles, y esa condición responde a su objetivo. Ambos deben darse un baño de constitucionalidad, porque si rompemos las reglas de juego, donde se tapan huecos de cualquier forma, y eso no es propio de un país previsible, lo cual genera desconfianza y ahuyenta la inversión.
Ddlc: ¿Qué comentario podría hacer sobre el desempeño del régimen en esta emergencia sanitaria?
N.A: El gobierno, el Estado, no ha sabido siquiera repartir un bono, comprar mascarillas, ni realizar las pruebas moleculares de forma masiva. Entonces estamos viviendo y padeciendo una falta de manejo de políticas públicas, y sufriendo por una absoluta mediocridad por parte de los actores que deberían ser los líderes en estas horas difíciles.
Ddlc: ¿Cuál es el legado que podría hacer, hasta ahora, de los gobiernos de Pedro Pablo Kuczynski, y de Martín Vizcarra?
N.A: Bueno, la verdad es que el balance es muy negativo. Porque las bases que venían generando un crecimiento económico se han erosionado. Somos un país que tiene un Banco Central de Reserva digno de la OCDE, y al mismo tiempo escuelas, hospitales y centros de atención que son propios de países africanos, con el respeto que me merecen estos países. Además, se plantean promesas que no se cumplirán, y que generarán desilusión en el pueblo.
El gobierno de Vizcarra, en vez de dedicarse a su gobernar, se ha preocupado de ver cómo sale en las encuestas de cada mes. Eso es lo que lo aterra, y de esa manera no se gobierna seriamente. Es como un padre de familia que no gasta en la educación de sus hijos, nunca corrige, porque no quiere que nadie esté molesto.
Al final, se consumen los ahorros, los hijos terminan sin una buena educación, y simplemente se ha sacrificado el futuro por un bienestar efímero.
¿Cómo cree que se desarrollen las elecciones del próximo año?
N.A: Dentro de una situación muy precaria, porque estamos en el “todo vale”. Se incumplen los parámetros económicos, las normas constitucionales, y la mayoría se une al aplauso fácil. Es como jugar fútbol, y acostumbrarse a hacer un gol con la mano. En vez de jugar bien y ganar, se busca “hacer la finta”, simular con ese tipo de acciones. Pero al final no se ha ganado limpiamente.
Ddlc: ¿Existe alguna candidatura que le llame la atención o le genere preocupación?
N.A: Preferiría no hacer referencia a ninguna en particular, porque no hay ninguna formal. Lo cierto es que lo que parece que se avecina es una campaña política en la cual la demagogia y el populismo van a ser pan de todos los días.
Ddlc: Más que en otras campañas.
N.A: Sin duda.
Ddlc: ¿En ese contexto, cómo evalúa las próximas elecciones, y qué opinión tiene sobre una posible postulación de Martín Vizcarra?
N.A: Ese es un escenario absolutamente inconstitucional. Sabemos que nuestra Constitución no lo contempla, y yo diría que pareciera que ciertas encuestadoras - dicho sea de paso, recurrentemente contratadas por el gobierno - incluyen en sus sondeos preguntas que ni siquiera deberían ser admitidas, porque se basan en un contexto inconstitucional. Pero pareciera que alguien alienta, peligrosamente, ese tipo de acciones.
La Constitución es una norma jurídica y política que genera un clima de convivencia. Entonces, si los que están en el poder, en vez de promover el respeto a esas normas, lo que hacen es fomentar una suerte de relajación de las mismas, no crecemos como país. Esto genera la sensación de que todo se puede, que la ley puede moldearse a gusto de unos, y se puede pasar de un Estado de Derecho a uno de hecho.
Ddlc: ¿Qué papel juegan para usted en este escenario los medios de comunicación?
N.A.: Los medios en su mayoría, como es sabido, viven del gasto público en publicidad, y lamentablemente muchas veces en vez de alumbrar las zonas oscuras del poder, se han dedicado a mostrar la luz del sol, la que todos vemos. Y asuntos que deberían ventilarse para corregir errores, y evitar excesos en el poder, simplemente varios han pasado por agua tibia.
Ddlc: Y hay varios que han relativizado, por decir lo menos, el cierre del anterior Parlamento.
N.A: Bueno, desgraciadamente en el Perú la historia pasa por el someterse al poder de turno, pero al final, la historia juzgará a quienes se comportan de esa manera. Tenemos el ejemplo de lo ocurrido en años pasados. Hemos tenido un sector de la prensa que ha actuado como parlante de lo que el gobierno quería que se escuche, y que no ha permitido expresar opiniones críticas al régimen.
Ddlc: Las medidas como el Estado de Emergencia, o el toque de queda son cada vez más cuestionadas desde el punto de vista sanitario. ¿En su opinión, se justifican, desde una perspectiva constitucional?
N.A: Toda decisión de gobierno se determina en base a sus atribuciones, y tiene que ser justificada, con un criterio de racionalidad y proporcionalidad. No porque posee una facultad puede emplearla sin sustento.
Por lo menos en el tema de la inamovilidad de los domingos he notado que la justificación es bastante pobre - sobre todo a la luz de la experiencia de los últimos meses, donde hemos sido confinados - y simplemente lo que ha ocurrido es que el gobierno se ha dedicado, por ejemplo, a perseguir a alguien que sacaba su perro en Miraflores, y no ha controlado los mercados, ni tomar medidas necesarias que pudieran implicar una baja en su popularidad.
Cuando quien gobierna lo hace pensando en su popularidad, y no es capaz de aplicar medidas por el bien del país, aunque no siempre puedan ser bien recibidas, simplemente lo que hace es abdicar de su función, y eso resulta penoso.
Ddlc: Y en el caso de toque de queda, si fuera para combatir la inseguridad ciudadana, lo mínimo que se debería esperar es que se obtengan resultados.
N.A: Se supone que la decisión se tomó para combatir el COVID, y si fuera por una razón de inseguridad ciudadana, eso no es constitucionalmente aceptable. Las medidas de excepción están contempladas en la Constitución para situaciones establecidas. Como el Ejecutivo es incapaz de controlar eficazmente la delincuencia, recurre a un argumento de salud pública para someternos a un toque de queda, lo cual resulta terrible.