Invisibles: los niños que viven en los penales
Son 171 niños que viven con sus madres en los penales del Perú. Solo en el centro penitenciario de Mujeres de Chorrillos hay 11 internas embarazadas y 39 niños menores de 3 años. Gracias a alianzas con el Minedu, Mimp, Minsa y Cuna Más, el Inpe busca que los niños tengan un desarrollo lo más integral, lo más normal, en la medida de lo posible.
Como cualquier guardería de la ciudad, las canciones melifluas, los cochecitos, las planchas de corrospún y paredes multicolores. Los niños dicen agú, berrean, manchan pañales, comen papillas. Ríen.
La ventaja aquí es que las madres de los lactantes, pueden venir cada dos horas a darles teta (aquí se promueve la lactancia materna). La desventaja es que, cuando sus hijos cumplan los tres años, tendrán que despedirse de sus madres. Ellas lo saben.
Ellas se quedarán cumpliendo sus condenas, porque transgredieron la ley. Es más duro para ellos: se irán con sus tíos, abuelas, padres. O, si no se dan las condiciones idóneas para su crianza, a algún orfelinato.
La vida en el 1A
Abrimos el macro: sobre los techos de la institución educación inicial María Parado de Bellido hay alambrados de seguridad. La i.e.i. queda en el interior del centro penitenciario (CP) de Mujeres de Chorrillos, el popular “Santa Mónica”. Aquí 811 mujeres purgan condena; 11 están embarazadas. Además, viven aquí 39 niños.
Es primavera. Los niños han salido con disfraces hechos de material reciclado a recorrer con sus madres hasta donde les permitan las rejas, hasta los límites del CP.
Todas las internas con niños menores de 3 años viven en el pabellón 1-A. Las paredes de estas celdas están llenas de corazones, pósters de personajes de fantasía, Mickeys Mouses, Minnies, osos de peluche, pañales, tinas de baño de bebé. Cada una trata de darle algo de calidez a los duros barrotes.
Gabriel es un chanchito de mentira. Va de la mano con su mamá, Tania. Ella es colombiana y dio a luz en el hospital regional de Ica. Estaba embarazada cuando la internaron en el CP iqueño. Luego la trasladaron aquí, para continuar su condena.
A Gabriel no le funciona el riñón izquierdo y el derecho lo tiene obstruido. Ahora que el papá –también extranjero– cayó en la cárcel, un familiar lleva a Daniel al Hospital del Niño para sus chequeos. Le faltan dos años para que lo separen de su mamá y Tania quiere luchar el beneficio de la semilibertad, para así poder dedicarse a preparar a su niño para las operaciones que necesita.
Publicado el 2/10/19 en http://escribidor007.blogspot.com/2019/10/ninos-que-viven-en-penales-peru.html
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