Entre la ficción y realidad
La presentación del presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar, dejó, parafraseando al investigado exmandatario Ollanta Humala, más dudas que certezas.
Fue un discurso ampuloso, con anuncios, con un lenguaje huachafo - como al “decir niños y niñas”- en vez de un recuento de hechos, de cifras y mejoras palpables para la población.
En primer lugar, no es un asunto prioritario de Del Solar opinar sobre el caso Chávarry, ni mucho menos el foro. Si tanto le preocupan estos casos, ¿Por qué no habla de las denuncias contra otro exfiscal cuestionado, como Pablo Sánchez Velarde, o de las revelaciones que apuntan a Palacio?
En vez de dedicarse a reiterar frases efectistas pero huecas, él y el gabinete deberían ya ni exponer, sino ejecutar (de ahí viene el nombre ejecutivo), los planes que-supuestamente- tienen para combatir la pobreza, la anemia y la inseguridad.
En el Congreso, el PCM trató de justificar el sideral monto gastado en consultorías y asesorías, mencionando una complejidad, como seguramente lo es establecer “la misión” del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) (¡), como se apreció en el informe de “Panorama”, que publicamos hoy.
El señor Del Solar debe convencerse, si quiere recuperar algo de credibilidad para él y el gobierno, que no está ahí sólo para hablar, sino para realizar los planes sectoriales que, repetimos, en teoría, tiene este gobierno.
Pero claro, hasta ahora todo para el régimen se soluciona a través de “mesas de diálogo” (el caso Las Bambas es ilustrativo), consejos consultivos, y ese tipo de colectivos, que no llegan a soluciones, y que cuando llegan alguna ésta pasa por la capitulación del Estado. El asambleísmo crece y la acción languidece.
Los ciudadanos esperan y exigen que el ejecutivo comience a gobernar, deje de opinar demasiado sobre las denuncias de corrupción, y permita que investiguen y sancionen éstas en las instancias que correspondan. Que la reconstrucción avance, que se promuevan inversiones, que la anemia se combata con eficiencia.
Ya son más de 7 años de inacción gubernamental. El PCM Del Solar debe entender que esto no es un rodaje, y que su puesto no es un personaje, sino el de un funcionario encargado de la dirección de un gabinete ministerial. Tiene que comprender que no protagoniza el guión de una película, sino la realidad, donde él es uno de los actores principales - aunque desgraciadamente, no se puede esperar mucho por el reparto que lo acompaña - y que la audiencia está a la expectativa de sus acciones, y le pedirá cuentas.