Detras de la cortina

Más allá de la revocatoria

Transcurridas poco más de dos semanas de realizada la revocatoria, es posible realizar un balance. En primer lugar, hay que destacar que la victoria del NO no ha sido pues, arrolladora - pese a los ingentes recursos que dispuso, y sobre los cuales su comité no ha dado hasta una cifra oficial, o extraoficial - como quieren hacer sus partidarios. La alcaldesa se mantiene en su puesto, pero el electorado, especialmente en los sectores populares, ha licenciado de un "anforazo", a más del 50 % del concejo. Y es verdad que se pueden haber obtenido firmas con galletas y gaseosas para llevar a cabo el proceso, pero de haber tenido una gestión más eficiente y dialogante, no se hubieran obtenido 400 mil. Hay que considerar además, que el grupo que sería revocado pertenece al mismo sector que fue desembarcado del ejecutivo. ¿Coincidencia?

En segundo lugar, creemos que los grupos que apoyaron a la Sra. Villarán tampoco ganaron, particularmente en el caso de la señorita Lourdes Flores, quien a lo más, ha logrado mantener el empleo, o mejor dicho, como se dice ahora, la empleabilidad de sus regidores, pero de ninguna manera se puede afirmar que el Partido Popular Cristiano se ha fortalecido, algo que en todo caso, se comprobará en las próximas elecciones. Es muy difícil pensar que sus militantes, que no son muchos, aún en Lima, hayan votado por la permanencia de la alcaldesa y su equipo de regidores.

Otras versiones indican que las cifras de esta votación, que han mantenido en su cargo a la alcaldesa y a regidores pepecistas, se deben también a blogs de Internet como el del periodista Alfonso Baella Herrera, hijo del hombre de prensa Alfonso Baella Tuesta, que inducía a votar, en el caso de los regidores, de esa manera compleja y selectiva.

La interrogante es, sin embargo, porque los militantes del PPC votaron por la permanencia de alguien que para hacerse de la alcaldía no tuvo reparos en aliarse con grupos como Patria Roja y Tierra y Libertad, furibundos opositores a importantes proyectos de inversión, algo que ciertamente no concuerda con los principales postulados económicos de ese colectivo social-cristiano, incapaz de presentarse solo a elecciones, con una propuesta única, de derecha, lo que habla de una debilidad que a estas alturas, es imposible achacar a autocracias y dictaduras pasadas.

Ya lo dijo en estos días el analista Eugenio D’ Medina, y lo expresó, palabras más, palabras menos, Pedro Salinas: "Si alguien quiere perder elecciones, que hable con Lourdes Flores". Y resulta particularmente reprochable que Flores Nano señale que el voto de su partido es el "de la decencia, de la transparencia y del que hace patria". Ése es el tipo de frases y actitudes que buena parte de la opinión pública y el electorado aborrece.

En tercer lugar, disentimos del lugar común según el cual el hijo del ex alcalde Castañeda fue sacrificado, al igual que el señor Danós, esposo de la revocadora Patricia Juárez. En nuestra opinión, esto equivale más o menos a que uno lo inviten a retirarse de una fiesta donde ya no se siente a gusto. Algo que han mencionado varios regidores de la oposición, acerca del estilo sectario del oficialismo municipal, y cómo nos comentaron otras fuentes.

Es evidente, también, que el ex alcalde Castañeda ha salido perjudicado. Sentenciado no por la justicia, sino por un sector de la prensa y la opinión pública, en una actitud antidemocrática, en nuestra opinión, lo mejor que pudo hacer el ex burgomaestre es mantenerse totalmente al margen. Hubiera sido deseable que otro grupo esté al frente del movimiento, (quizá compuesto por alcaldes y ex alcaldes distritales instatisfechos por la actual gestión), y no por personajes tan cuestionables como el alcalde de San Juan de Lurigancho, Carlos Burgos. Ése fue el mayor error del SÍ: ser un movimiento acéfalo y desorganizado. En lo que se refiere al partido aprista, ha asumido un riesgo calculado, y ha logrado empatizar con un grueso sector de la ciudad, con lo cual, hizo, como señaló el regidor Fernán Altuve, una conveniente calistenia política.

A la señora Villarán le corresponde hacer una verdadera autocrítica, rodearse de técnicos, trabajar, ser más dialogante, en lugar de dar balconazos en olor a multitudes. Lo más que ha logrado en esta revocatoria es, apenas, mantenerse en el puesto. Pensar que librarse de la revocatoria es un triunfo holgado y le otorga amplio respaldo, sería algo así como creer que el triunfo de Perú 1-0 ante Chile fue una goleada y nos clasificó, cuando en realidad sólo nos permite mantenernos con "posibilidades matemáticas."

Pero más allá de la revocatoria, hay algo que no se ha analizado en amplitud: la lucha ideológica entre el sector predominante en la política en los últimos años, y que ha basado sus relaciones y su actuación, básicamente, en judicializar - no estamos hablando de combatir sus ideas o de fiscalizar correctamente - sus relaciones con otros sectores (léase aprismo, fujimorismo, y castañedismo, si es que este existe).

Ojalá que más temprano que tarde se configure un sector diferente, y que en una lucha ideológica con el actual, logre un equilibrio en el poder y represente a ese cerca del 50% que votó por el SÍ y que la alcaldesa y su debilitado y precario cuerpo edilicio pretende desconocer. Y que en el colmo de la soberbia, ha expresado la intención de recolocar en las gerencias del municipio. A quienes los ciudadanos echamos por la puerta, la burgomaestre quiere hacerlos entrar por la ventana.

Y los sectores que hablan de la revocatoria, y de lo negativo que es para la institucionalidad municipal, deberían considerar la infinidad de procesos de revocatorias que se han producido al interior del país, y que se sepa, no se han pronunciado en contra, lo que demuestra una vez más la inconsistencia de este grupo. ¿En el interior no se afecta la institucionalidad?

Otros increíblemente, proponen una ley que busca impedir nuevas elecciones para reemplazar a los regidores que serán revocados, con criterio retroactivo, y obviamente antijurídico. En Estados Unidos y Suiza, cuyas democracias se consideran paradigmáticas, constantemente se realizan revocatorias y procesos de consulta de democracia directa. Y nadie dice nada, ni habla de la "inconveniencia" de este proceso, que, ciertamente, necesita mejoras, pero que no es conveniente eliminar. Si es que realmente somos democráticos.