¡Y ahora los peajes!
En su primera gestión como primer ministro, César Villanueva hizo unas declaraciones respecto al incremento del sueldo mínimo que produjeron un choque con el entonces ministro de Economía. Eso terminó con la salida de Villanueva, ante unas declaraciones de la esposa del entonces presidente Humala que lo desautorizaban. Parece que la lección no fue aprendida por el premier Villanueva. El presidente del Consejo de Ministros es el vocero del Gobierno, pero no un vocero autoritario, sino uno que expresa los acuerdos del Consejo de Ministros.
Por el contrario, muy en su estilo, Villanueva sigue declarando buscando contentar a todos, sin coordinar con sus ministros ni preocuparse de las señales que se brinda respecto a la estabilidad del modelo económico. Ante la exigencia de los transportistas del norte del país, el premier Villanueva anunció el 25 de abril que se revisarían los contratos de concesiones viales que contemplen el cobro de peajes. El domingo el ministro de Economía dijo desconocer el tema, y que lo había consultado con el ministro de Transportes, quien le dijo tampoco conocer nada. Entonces ¿cómo así el premier Villanueva hizo esas declaraciones? ¿Con quién coordinó ese anuncio?
En la red nacional vial hay 76 peajes, de los cuales 23 son administrados por el Estado y 53 por concesionarios. El premier ha anunciado revisar los concesionados ¿Y los que administra el Estado? Lo cierto es que el anuncio de Villanueva es violatorio de la Constitución, que en su artículo 62° establece que “los términos contractuales no pueden ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase”. Y eso incluye la voluntad de César Villanueva.
Anunciar que se pretende revisar contratos de concesión restará la confianza que se debe generar en los inversionistas, hoy que la economía está parada y que los anuncios que se esperan irían en sentido contrario de lo anunciado por Villanueva. El problema de fondo es que parece que el Gobierno está preocupado por su aprobación popular, y no por mantener una línea de gobierno. Lo vimos en el caso de las tarifas de agua en Moquegua, y ahora en el caso de los peajes. Es un Gobierno que, por pretender gustar a todos, terminará por no gustar a nadie. Veremos durante la presentación ante el Congreso cómo estas contradicciones se hacen evidentes, entre ellas las que comienzan a surgir con el ministro de Trabajo.
Han pasado 40 días desde que el Martín Vizcarra asumió la Presidencia, y 30 desde que el gabinete Vizcarra juramentó. Ha sido un periodo en el que las dudas y las preguntas se han incrementado. Pero se acabaron los previos y comienza el partido. Estamos advertidos.
*Analista político
Publicado en el montonero.pe
*Reproducido con la autorización del autor