< Detras de la cortina

Hacia dónde vamos

El 28 de julio de 2016, PPK dijo que el principal objetivo de su gobierno era reactivar la economía o hacer crecerla, lo que significaba aumentar la baja tasa de crecimiento del producto bruto interno (PBI). Pasado más 7 meses esto lamentablemente no ha ocurrido. Uno de los  factores es que los escándalos de corrupción vienen remeciendo el ambiente político, y por ende, generando malas expectativas en los agentes económicos. 

Michael Porter, el gurú de la competitividad, en su última visita al Perú mencionó que “la corrupción es una de las deficiencias graves que limitan el desarrollo”; y afirmó que nuestros éxitos de los últimos años pueden irse al demonio si no reformamos- en el mejor sentido de la palabra- el sistema judicial. Además señaló  que se debe alcanzar un Estado de derecho (un sistema judicial efectivo con ausencia de corrupción), instituciones políticas sólidas que generen estabilidad política y un gobierno efectivo. De lo contrario, no podremos retomar al crecimiento.

Adam Smith, padre de la economía moderna, en su célebre obra “La riqueza de las naciones”, publicada en 1776, señala que “el Estado debe proteger a los miembros de la sociedad de la injusticia”. Así mismo concluía que la riqueza de un país depende, entre otros factores, de un esquema de justicia que funcione para todos.

El célebre Smith sostiene, además, que el ejercicio y la financiación de la justicia es una responsabilidad, ya que está implicada en las disputas sobre los derechos de propiedad y las relaciones económicas. Por tanto el gobierno, tiene por objeto velar por la seguridad de las propiedades.

Sin embargo, en nuestro país, hay impunidad, y el sistema de justicia se ha convertido en obstáculo para la competitividad, ya que no otorga niveles de seguridad adecuados a la inversión.

Las autoridades del Poder Judicial solicitan al Congreso más recursos presupuestales para cada ejercicio fiscal con la finalidad de incrementar sueldos. Al respecto mostramos cifras, según el Ministerio de Economía y Finanzas, el Presupuesto Inicial Aprobado PIA del Poder Judicial el 2006 fue de S/. 737´217,174 y el año 2016, fue de S/. 1,871´476,842. Es decir, se incrementó un 100%. ¿Con qué resultados?

Estamos en la obligación de afrontar el flagelo de la corrupción que genera desconfianza, sobre todo, en las pequeñas y medianas inversiones, factor clave para mantener el incremento del PBI en el mediano y largo plazo.

Así también existen otras características por destacar. En primer lugar, las expectativas con PPK eran altas. Se dijo “presidente y gabinete de lujo”. Muchos pensaban que su  presencia bastaba para que todo mejorara. Por alguna razón los inversionistas, pequeños, medianos y grandes no están invirtiendo y por eso no se logra hacer crecer la economía de acuerdo a lo esperado.

La tasa de desempleo llegó en el último trimestre al 7.7% la más alta de los últimos años. Las Cajas Rurales y Municipales advierten enfriamiento de los créditos a microempresas, a la fecha existen 2.3 millones de microempresas con deudas en el sistema financiero. 

En segundo lugar, es verdad que se han cometido graves errores políticos. La población no percibe la solución a los principales problemas que se iban a enfrentar con éxito. La inseguridad ciudadana destaca como un problema que crece y no disminuye, más allá de las estadísticas. 

En tercer lugar, ¿cuál ha sido el efecto de los decretos legislativos? Pues a la fecha ninguno. La población no percibe que el presidente se “conecte”. Aquí el problema pasa por el estilo de gobernar. Tenemos 112 casos de conflictos sociales. 

En cuarto lugar, la inversión pública sigue desplomándose y para crecer hay que invertir con una gestión pública aceptable. Hasta ahora, no se siente el Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones para acelerar la ejecución de proyectos de inversión pública. No hay otra forma. La inversión privada representa el 80% del total de la inversión, mientras que la pública solo el 20%. Cualquier reactivación pasa por la privada. Sin embargo, ésta también sigue cayendo.

Debemos hacer algo para cambiar esta situación con suma urgencia, de lo contrario el crecimiento de nuestra economía tendrá problemas para mejorar sus niveles de competitividad, o la pobreza no disminuirá. O lo que es peor: puede aumentar.