< Detras de la cortina

Cambiar para seguir

Julio Guzmán solo ha sorprendido a los desavisados. En diciembre en GFK tenía 6% en el sector AB. Ya estaba posicionado entre los jóvenes universitarios. En las encuestas de este año ya mostraba una consolidación que lo hacía llegar al mágico 5%, cifra que le permite diferenciar y captar la atención de otros sectores. 

Guzmán no ofrece mucho, pero se presenta como el cambio frente a la vieja clase política. Ollanta Humala también representó un cambio generacional. Junto con la mayoría de sus congresistas no llegaba a los cincuenta años. ¿Qué nos queda de ese recambio? Una serie de adulones que se van a sus casas en estas elecciones. 

El problema de Guzmán es que está solo. No tiene un Estado Mayor, ha incorporado al general Mora y burócrata internacional Francisco Sagasti. Pero los demás solo han dado muestras de inexperiencia y escasa preparación política. Debe producir cambios en su equipo que le permitan demostrar que puede estar en las ligas mayores, y no ser el Reimond Manco de la política nacional, que nos deslumbra en categoría menor, pero no está preparado para asumir las responsabilidades de las categorías superiores. Él ofreció que lo acompañarían los profesionales más capaces. ¿Dónde están? 

En las últimas semanas ha dado muestras de inconsistencias, falta de preparación y mucha ligereza al declarar. Está cometiendo muchos errores que le pueden pasar la factura. Y la gente comienza a mirar a otros que representen un verdadero cambio, que tengan posiciones firmes, y que no se la pasen tratando de agradar a todos los escenarios. Si no cambia, esta habrá sido toda su historia.

*Abogado, periodista y analista político

"Correo", 3/2/16

*Publicado con autorización del autor

 

Publicado en Diario Correo, 3/2/16

Reproducido con la autorización del autor