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Julio C. Tello, ilustración, arte y arqueología peruana

En la Revista de Historia del Arte Peruano, RHIAP, Año I, No. 1, publicada en noviembre del 2014 por el Fondo Editorial de la Universidad Peruana de Arte, ORVAL, se consigna el muy informado artículo del arqueólogo e historiador del arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Gori Echevarría López, autor de la importante nota. 

Reivindica Echevarría López, en su estudio que abarca desde la página 18 a 43, una parte de la extraordinaria devoción del sabio Julio C. Tello por el pasado nacional. El mismo resume: 

"El presente ensayo cubre una faceta poco estudiada de la trayectoria y desenvolvimiento profesional de Julio C. Tello Rojas, el padre de la arqueología peruana y uno de los más conspicuos e importantes arqueólogos de América". 

Transcribimos sus conclusiones y subrayamos que el esfuerzo editorial es notable cuanto que es hora que los peruanos rescatemos de un injusto olvido un pasado forjador para un horizonte superior como el que los antiguos habitantes de estos confines construyeron merced al esfuerzo colectivo, al ingenio puesto al servicio de sus comunidades y a un sentido formidable de sociedad. (hmr

Conclusiones 

Hoy, a la luz de las nuevas evaluaciones del trabajo de Julio C. Tello acicateadas por la publicación de parte de su acervo científico inédito, es posible descubrir aspectos desconocidos o poco explorados de su impresionante y monumental contribución académica y científica. Uno de estos aspectos es el desarrollo de una ilustración arqueológica de alto rango profesional y de un valor artístico implícito sobresaliente. Solamente la propuesta integral del desarrollo de una ilustración de este tipo en la arqueología peruana, que él estaba creando desde la segunda década del siglo XX, constituye uno de los aportes más relevantes de su trayectoria profesional, siendo un ejemplo concreto de innovación científica y académica a favor del Perú. Julio C. Tello no puede verse como un académico formal, simple, las contribuciones de Tello en todos los niveles de la arqueología científica son profundamente innovadoras y compete entenderlas dentro de los parámetros de la creación científica.

Tello no sólo "descubrió" monumentos arqueológicos extraordinarios, descubrió fórmulas intelectuales de entender y articular estos hallazgos, descubrió maneras de hacer elocuente el valor cultural y artístico de estos yacimientos, y descubrió maneras de hacer llegar estos conocimientos a la población peruana. 

Julio C. Tello era ante todo un innovador científico, un intelectual pro activo, cuya creatividad y avidez de conocimiento lo llevaron a desentrañar los secretos del pasado nacional de una manera inaudita para su tiempo. A.L. Kroeber, el más renombrado antropólogo americano de su tiempo, decía de Tello: "Julio Tello, indio de raigambre y dínamo humano, fundador de tres importantes museos y descubridor de cultura tras cultura. El sabe tanto de arqueología peruana como el resto de nosotros juntos" (Kroeber, 1944: 5-6, traducción mía).

Las aportaciones de Tello, por lo tanto, no pueden explicarse con fórmulas nimias como la "intuición" social o científica, que son siempre tan usadas para referirse a sus triunfos académicos, especialmente en el descubrimiento secuencial de extraordinarios yacimientos arqueológicos; "los que hablan de intuición, simpleente no han leído a Tello" (Daniel Morales Chocano, comunicación personal 2010). Tello, como nadie, había racionalizado su propio fondo cultural nativo a favor de una comprensión cabal del mundo del hombre andino, del pasado y del presente, y se nutrió de todas las tradiciones culturales andinas y amazónicas estudiando sus lenguas, sus costumbres, sus ritos y sus mitos; y se hizo acompañar por gente como él, de todos los rincones del país, de quienes aprendió a ver las montañas como él, a hurgar el mundo con la visión inmemorial del hombre andino. Por eso su gran triunfo, de allí su compromiso.

Cuando Tello fue a América y Europa, fue a hacer valer su misión de reedificación histórica; Tello no se convirtió en americano o en europeo, y volvió directamente a la prosecución de un objetivo claro y específico, la reedificación nacional de nuestra historia, la restitución de nuestra milenaria memoria colectiva, la reivindicación de nuestra autoestima. 

Sin duda estamos ante la evidencia de un trabajo de vida dedicado casi exclusivamente a la restauración de nuestra trayectoria histórica. Su profundo compromiso con el Perú, con sus instituciones tutelares como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y por sobre todo con el hombre andino, son en el balance aspectos tan cruciales de su estima objetiva, como lo son los hechos concretos de su actuación académica y científica, y esa es una conclusión de este trabajo. Las motivaciones intelectuales y científicas de Tello, que son sorprendentemente elocuentes en sus hechos puntuales, se funden con las motivaciones ideológicas y morales que guiaron su carrera y su trabajo de la manera en que ésta se dio. Una vida al servicio del país es un indicativo inequívoco de una orientación moral sólida y definida. 

Dentro de estos valores, profundamente arraigados en la ciencia y la moral, se presentan sus trabajos arqueológicos y las ilustraciones que han sido materia de este ensayo. Quizá pueda proponerse que el aspecto técnico de las ilustraciones puede ser relacionado a las motivaciones ideológicas.

No obstante, existe una correlación indivisible, y es seguro proponer que lo técnico y artístico estuvieron presente no como parte de aspectos separados, sino integrales en una visión única, quizá en referencia a la perceción de un acceso al conocimiento científico a través de las obras de arte antiguo, o del arte antiguo a través del material científico antropológico.

Tello tenía una objetiva visión de la perspectiva científica, él decía: "la investigación científica no pertenece al dominio de las ciencias ocultas, no es privilegio de las inteligencias superiores o geniales; no exige necesariamente ingentes sumas de dinero, como se cree a menudo; ella es función casi siempre, de las inteligencias comunes, pero bien equilibradas, y de los caracteres enérgicos que, en cualquier momento, pueden adaptarse a las circunstancias del medio en que actúan; vencer los obstáculos, las resistencias y prejuicios y avanzar resueltamente hacia adelante, hasta lograr el éxito de sus aspiraciones" (Tello, 1922). 

De cualquier forma, la ilustración arqueológica de Julio C. Tello constituye un ejemplo sobresaliente de un trabajo creativo, resultado de un proceso científico sistemático, que fue destinado a graficar de la mejor forma posible los valiosos yacimientos arqueológicos, artefactos y rasgos culturales importantes de la historia académica del país, y en extenso de la arqueología americana, cuya valoración integral y papel en la historia de la arqueología y la historia del arte peruano aún esperan ser completamente desentrañados".

http://www.voltairenet.org/article187276.html?var_mode=recalcul 

noviembre 2014