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Freddie Mercury, In memoriam

Este mes se cumple un año más de la muerte de Freddy Mercury, voz, alma y cerebro de Queen. De origen indio, Farrokh Bulzara (su verdadero nombre) nació en las costas de Zanzíbar (África), el 6 de setiembre de 1946. La familia tuvo que trasladarse a África debido al trabajo de su padre, funcionario de la Colonia Británica. 

Desde muy pequeño, Freddy tuvo afición por la música. De niño, Mercury escuchaba al cantante Lata Mangeshkar a quien pudo ver en directo en la India. Luego de trasladarse a Inglaterra, Mercury se volvió admirador de Pink Floyd, Aretah Franklin,  The Who, Bob Dylan, Elvis Presley, Led Zeppelin, The Rolling Stones, Jimi Hendrix, y los Beatles. Casi nada. 

Ya en Londres, estudió arte y diseño gráfico, y luego de probar suerte y formar varios grupos, en 1970 se junta a Brian May, John Deacon y Roger Taylor. Había nacido Queen. 

Su primer disco no tuvo mayor acogida. Sin embargo, el grupo estaría destinado al éxito, como se demostraría después con temas tan bellos y simples como Killer Queen y You’re my best friend. 

Pero sin lugar a dudas, Bohemian Rhapsody (1975), encumbró la voz lírica de Mercury  - que llegó hacer dueto con la cantante lírica española (catalana) Montserrat Caballé - y al grupo rumbo a la fama. Después vendrían los clásicos Bycicle race, Somebody to love (1976), Were the champions, We will rock you (1977), Don’t stop me now (1979), Play the game y Another bites de dust (1980). El músico era extravagante en el escenario. Muchas veces lucía apretadas mallas, en la que se podía traslucir su sexualidad, o capas con joyas incrustadas, al mejor estilo de Liberace, el genial pianista italo-estadounidense, también muerto de SIDA. 

Aquella época de oro culminaría en 1981 con Crazy little thing called love (donde las deudas con el rock de los 50 y Elvis Presley son enormes) y Flash Gordon, banda sonora de la película del mismo nombre. Era la época donde la lengua de Gene Simmons (y KISS) empezaba a aparecer con fuerza, junto con Donna Summer, la reina del disco que se llevaba el dinero y el éxito en carretilla, y la imagen rubicunda y sexy de Deborah Harry (Blondie), se volvía más mediática. Ambas llegaron a trabajar con el mismo productor, Giorgo Moroder. 

En 1984 Queen reaparece con el disco The world, donde destaca I want to break free, que curiosamente los sacó de las listas estadounidenses, por figurar en el video disfrazados de mujeres, y Under pressure, en el cual canta nada menos que con David Bowie. 

En 1985, durante el festival de Rock en Río I, el grupo repleta el estadio Maracaná y cumple una actuación memorable. Un año más tarde repetiría el plato en Wembley. Pero ése sería el comienzo del fin. En 1986 graba A kind of magic, que incluye un tema caso premonitorio, "Who wants to live for ever", que incluye dibujos difuminados, en un video al parecer hecho para no dejar ver la figura deteriorada del cantante.

En junio de 1989 la banda daría su último concierto, y desde esa fecha, Mercury se iría a vivir a su mansión ubicada en las afueras de Londres. Las fotografías de ese entonces ya lo mostraban frágil, contrastando con su habitual imagen vigorosa y excéntrica. 

Al año siguiente el grupo grabaría su último disco, Innuendo, que contiene una título revelador tema: "The show must go on", el show debe seguir.

Mercury muere de SIDA el 24 de noviembre de 1991, un día después de reconocer públicamente su enfermedad. El Daily Telegraph atribuyó la muerte del cantante a “su vida kamikaze de sexo, drogas y rock ‘n roll”. 

Phil Collins, amigo del músico, mencionó que “sentía mucha pena por él, pero cuando se lleva una vida promiscua – Mercury era bisexual – se corre el riesgo de contraer la enfermedad”. En los años ochenta se le atribuyó innumerables relaciones, y según muchas versiones, frecuentaba bares gays de Río.

El cantante se consideraba un astro solitario. “Debido a que los auditorios me aman, no pueden creer que me sienta solo”, había afirmado en una de sus últimas entrevistas al Daily Express.

Sobre su muerte, comentó: “No pienso en cuando me muera o cómo me recordarán. Es cosa de ellos. Cuando me muera, ¿a quién le importará? Seguramente a mí no”.  

En el concierto homenaje a Mercury, realizado en Wembley, actuaron, entre otros, Robert Plant (Led Zeppelin), Roger Daltrey (The Who), Elton John, Metallica, David Bowie, Tony Iommi (Black Sabbath), y Joe Elliot ( Def Leppard).

Años más tarde, rotarían en nuestro medio Breakthru y Living on my own, temas donde el ex vocalista de Queen coquetea con la música techno y el disco.  

Con su partida, la historia de un grupo símbolo del rock n’ roll, que había vendido 100 millones de copias en 20 años de brillante trayectoria, se había terminado. Queen - La Reina - se había quedado sin corona.