Mario Ghibellini: Hay que diferenciar el mensaje del discurso
El gobierno humalista hizo su presentación en sociedad ante el congreso, donde el presidente de la República brindó un discurso a decir de muchos moderado y conciliador, pero lo que más resaltó fue su alusión a la Constitución de 1979. Mario Ghibellini, destacado analista político, columnista de la revista “Somos” del diario “El Comercio” y conductor de “En voz alta” de radio CPN nos da su percepción sobre lo que puede ocurrir al interior del gobierno, lleno de figuras y fuerzas antagónicas.
Ddlc: ¿Cuál es su balance del segundo gobierno del presidente García?
MG: Bueno, García nos deja crecimiento económico fundamentalmente, pero nada más.
Ddlc: Eso es positivo.
MG: Claro que es positivo, pero tuvo muchas falencias. La suerte de Alan García es que todo el mundo compara este segundo gobierno se compara con el primero, donde si cada uno lo compara con el primero, cualquiera es el rey Salomón.
Ddlc: Es como un examen sustitutorio…
MG: Sí, pero aparte de eso yo no mediría a un gobierno sobre esa base, no de todas las cosas que tiene que hacer, que es permitir libertades y promover un crecimiento económico, sino a las cosas concretas que ofreció, y Alan García se comprometió a un shock de inversiones, un TLC hacia adentro, la reconstrucción de Pisco, al pacto social, sierra exportadora, y en todos esos compromisos expresos la verdad no ha habido un gran avance.
Ddlc: Se ha dedicado fundamentalmente a mantener el equilibrio macroeconómico y promover las inversiones…
MG: Sí, claro. Y también tuvo una seria deficiencia en materia de seguridad. García ha tenido más o menos la misma cantidad de ministros del Interior que tuvo en el sector economía en su primer gobierno. Cada uno peor que el otro.
Ddlc: Un ministro al año y un director general de Policía al año, con resultados nefastos en seguridad ciudadana y en seguridad del estado.
MG: Efectivamente, y además cuando estaban con muy mala imagen, y una desaprobación ciudadana importante el insistía en sostenerlos en el ministerio, eso es particularmente notorio en el caso de Alva Castro, que tuvo el problema de patrulleros, de los bombas lacrimógenas, y sin embargo él lo sostuvo, quiso defenderlo, hasta el final que tuvo que sacarlo. Ésa es la sensación que me deja Alan García.
Ddlc: Sobre el mensaje del presidente Humala, CONFIEP lo calificó como moderado, Enrique Bernales como electoral. ¿Cómo lo califica usted?
MG: Yo haría una distinción entre el discurso y el mensaje. El mensaje que subrepticiamente deja entrever políticamente en su presentación en el congreso, para mí fue haber jurado por el espíritu y valores de la Constitución del 79. A mi manera de ver el mensaje es que él puede haber jurado por lo que sea para ganar las elecciones, pero después que ganó lo cambió según su parecer original.
Sobre el discurso, que es lo que vino después, habló sobre la pensión 65, y de elevar el salario mínimo vital, haciendo la salvedad que lo que iba a hacer de manera progresiva, atendiendo a los 18 distritos más pobres del Perú y todo lo demás, me pareció previsible, ni muy inquietante ni muy alentador, dijo lo que tenía que decir. Desde ese punto de vista el discurso no es preocupante, el mensaje sí.
Ddlc: Sí claro, pero él siempre consideró la Constitución del 93 delincuencial, el ex presidente Alejandro Toledo quiso cambiarla, y varios apristas juraron por la del 79. El ministro de Justicia, Francisco Eguiguren, ha señalado que la actual es revisable y se pueden realizar modificaciones sobre acuerdos según lo establecido.
MG: Se pueden hacer las modificaciones, por supuesto, eso está contemplado en la ley y la constitución. Yo hablo de un tema político, no legal, del compromiso que asumió antes de la segunda vuelta de no cambiar la constitución, cuando juró y dijo eufemísticamente que no era prioritario, y ahora ni bien juramenta lo vuelve a mencionar. Ahora, esto puede verse de dos maneras: como un compromiso político - difícil de realizar porque no creo que los congresistas de Perú Posible lo acompañen en ese esfuerzo, no todos por lo menos -, o un acto para no perder respaldo para sectores radicales.
Ddlc: Eso es lo que se ha especulado…
MG: Es una posibilidad, pero no puede pasarse mucho tiempo satisfaciendo a los sectores contradictorios que tiene en su interior. Eso ocurre también en el gabinete que muchos califican de equilibrado. Un gabinete es equilibrado cuando es homogéneo y apunta en la misma dirección. Este no lo es, porque tiene en su interior a personas como Aída García-Naranjo. Puede funcionar retóricamente por poco tiempo, pero a la larga provoca un conflicto inevitable e insostenible.
Ddlc: Ocasionar discusiones dialécticas muy interesantes, pero también que se tiren cosas por la cabeza y postergar la toma de decisiones.
MG: Efectivamente...
Ddlc: “La Tercera” de Chile señala que Humala tiene el desafío de reformar sin afectar el crecimiento. ¿Cómo lograr ese objetivo con un ministro de Economía que es un funcionario de carrera del MEF que aparentemente no encaja en ese enfoque?
MG: No lo sé, eso es lo que quiero ver. Se ha comprometido a muchas cosas que en el fondo son muy difíciles de satisfacer simultáneamente. Él dice que es posible. Quien no va a querer crecimiento con inclusión. Es como dice el viejo dicho peruano: quiero la botella de vino llena y a la mujer borracha. Pero el problema es que para emborrachar a la mujer primero hay que vaciar la botella…No sé si pueda hacer las dos cosas. No digo que sea imposible, pero quiero ver cómo lo hace.
Ddlc: Y probablemente también la billetera…
MG: Sí, claro.
Ddlc: Economistas como Eduardo Morón, Mercedes Araoz y Alejandro Indacochea han expresado sus dudas sobre el impacto económico del plan de gobierno. En este contexto, ¿Qué se puede esperar del mensaje del primer ministro Salomón Lerner?
MG: Me imagino que será un poco más preciso, porque el del presidente no implica una aprobación o desaprobación congresal, en cambio al primer ministro le dan o no le dan confianza, en vista de eso el discurso de Lerner Ghitis será más detallado.
Ddlc: ¿El gobierno humalista le inspira confianza?
MG: No, pero tampoco me inspiraron confianza los de Alejandro Toledo ni Alan García. En el caso de este gobierno, no tiene claro lo que tiene que hacer. Eso es lo que le ha permitido variar la oferta en gran medida entre la primera y segunda vuelta.
Ddlc: ¿Considera usted que hay confusión al interior del régimen?
MG: Ésa es la versión del limbo. Creo que hay un caos, un ansia de poder, y en función de eso va a actuar. No es algo exclusivo de Humala. Es lo que ocurre generalmente. Depende a quién reclute para hacer las cosas que ofreció.
A Toledo y García les fue relativamente bien en el plano económico. Hay que ver cómo le va a Humala.
Ddlc: Si es que no se produce otra crisis económica-financiera internacional.