La ex candidata de los ricos
No hay nada más alejado de la racionalidad que una campaña electoral. Sólo algunas pocas veces la política se puede medir y evaluar en función de la lógica; pero como en el fútbol, la cuota de pasión, emotividad y subjetividad desbordan todo cálculo hasta convertirlo en anécdota pura.
Es algo de lo que ha padecido y sigue padeciendo mi buena amiga Lourdes Flores. Sigo pensando que tiene todas las de ganar este 3 de octubre. No sólo eso: pienso además que ella se lo merece y que Lima se merecería una política de carrera, de gran capacidad y honestidad, que se haga cargo de la administración de la ciudad.
Es más, estimo que ya es hora de que tenga la oportunidad de exhibir sus dotes de gerente, toda vez que siempre hemos podido valorar o criticar su trabajo desde su rol de fiscalizadora o parlamentaria, en dos oportunidades como candidata fallida a la Presidencia, pero nunca liderando un espacio de gobierno.
Pero lo que vienen demostrando (o mejor dicho confirmando) las últimas encuestas es que Lourdes tiene un tema pendiente que resolver con los sectores de mayores ingresos y aparentemente más educados de Lima, y muy probablemente del país.
De varios focus groups se desprende que el grueso de estos sectores percibe que quien fue su candidata presidencial en los procesos electorales del 2001 y del 2006 no tuvo los suficientes arrestos para lograr el objetivo ofrecido: el triunfo. Para seguir con la comparación, es la desazón que nos generan los delanteros peruanos de fútbol que triunfan en Europa pero "en la selección no la hacen".
Paradójicamente, en las elecciones del 2006, el mote que le endilgó Alan García de ser "la candidata de los ricos" la ubicó en la derecha de las percepciones. Hoy, quienes están a punto de darle la victoria en Lima son los segmentos C, D y hasta un poco del E, y su ex "electorado natural" migra hacia una persona de izquierdas, como Susana Villarán, acaso más por ese despecho irresuelto que por convicciones ideológicas o certidumbres de una futura buena gestión.
Pero lo que vienen demostrando (o mejor dicho confirmando) las últimas encuestas es que Lourdes tiene un tema pendiente que resolver con los sectores de mayores ingresos y aparentemente más educados de Lima, y muy probablemente del país.
De varios focus groups se desprende que el grueso de estos sectores percibe que quien fue su candidata presidencial en los procesos electorales del 2001 y del 2006 no tuvo los suficientes arrestos para lograr el objetivo ofrecido: el triunfo. Para seguir con la comparación, es la desazón que nos generan los delanteros peruanos de fútbol que triunfan en Europa pero "en la selección no la hacen".
Paradójicamente, en las elecciones del 2006, el mote que le endilgó Alan García de ser "la candidata de los ricos" la ubicó en la derecha de las percepciones. Hoy, quienes están a punto de darle la victoria en Lima son los segmentos C, D y hasta un poco del E, y su ex "electorado natural" migra hacia una persona de izquierdas, como Susana Villarán, acaso más por ese despecho irresuelto que por convicciones ideológicas o certidumbres de una futura buena gestión.
¿Podrá Lourdes reconciliarse con los ricos alguna vez?
*Periodista y Consultor en Comunicaciones
Martes de Licencia, Diario "Correo", 31/08/10
Publicado con la autorización del autor.