Estado: Agencia de empleos, que aumenta la burocracia
Nuestra economía debe crecer en su PBI (cantidad de bienes y servicios que produce la economía en un periodo de un año). Sabemos que para ello es clave la inversión pública y privada que produce una mayor demanda de empleo, para lo cual se tiene que tener un estado que brinde confianza y seguridad a las inversiones privadas.
Si analizamos el presupuesto, 7.5 de cada 10 soles de los contribuyentes se emplean en gasto corriente (sueldos, pensiones y pago de servicios), y sólo 2.5 para proyectos de inversión. El gasto corriente consiste en dinero que se usa para mantener la burocracia. Es decir, para que el Estado y sus funcionarios puedan vivir: planillas, contrataciones, mantenimientos, uniformes, movilidad, seguridad, papelería, maquinaria y equipos, etc.Los recursos orientados a mantener la burocracia no son valiosos en sí mismo, debería servir para que ejecute obras, brinde servicios, adquiera productos, bienes y equipos para los contribuyentes. Y el gráfico muestra cómo, en los últimos 12 años, ha crecido notoriamente.
Con el comportamiento del gasto apreciado se podría suponer que la inversión pública en proyectos de infraestructura, servicios, tratamientos médicos, centros educativos, hospitales, transformación digital, puentes, puertos, agua, saneamiento, también avanza al mismo ritmo. Pero no, las tendencias no son ni siquiera cercanas.
El economista francés Claude Bastiat, decía: “La gente empieza a darse cuenta de que el aparato del gobierno es costoso. Lo que aún no ven es que el peso cae sobre ellos.”
Los gráficos muestran, inequívocamente, que cada año contratamos más burócratas, hay más entidades estatales. Aún tenemos 35 empresas del estado, casi todas inútiles y los contribuyentes no recibimos buenos servicios.
El estado viene creciendo irracionalmente en personal, Y estamos frente a su “gran copamiento”. Tenemos una burocracia en manos de gente poco preparada y calificada, con muy baja productividad, que nunca deja de ganar un sueldo, pero no puede diseñar, ejecutar o supervisar un buen proyecto de inversión pública, elaborar, formular presupuestos reales, ni conocen lo que implica la planificación ni mucho menos de su importancia de para que sirve, y además en la mayoría de los casos, corrupta.
Según SERVIR, tenemos 1.4 millones de servidores públicos en los tres niveles de gobierno. El número viene creciendo ostensiblemente a través del amiguismo y compadrazgo.
Para José Beteta, presidente de Contribuyentes, “el tema ya se salió de las manos. El Estado está fuera de control. Incrementamos el presupuesto, aumentamos la planilla estatal, mantenemos empresas ineficientes o casi quebradas, como Petroperú y SEDAPAL, pero los proyectos de inversión en servicios públicos siguen paralizados y la calidad de la atención del Estado en salud, educación, alimentación en trámites ciudadanos no mejora. A esto hay que sumarle que los ministerios, gobiernos regionales, municipalidades coludidas con ONG, plataformas de comunicación y algunos influencers en redes se dan el lujo de atacar la inversión privada y bloquearla”.
SEDAPAL debe ser privatizada, y PETROPERU reorganizada y la mayoría de sus cuadros reemplazados por gente con conocimientos innovadores.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) presentó en 2020 un informe con conclusiones claras: la complejidad reguladora y la burocracia en el Estado son un caldo de cultivo “para la corrupción” y “una amenaza para el crecimiento económico, y que los obstáculos para constituir nuevas empresas son muchos más que en otros países”.
El pueblo pide apoyo al emprendimiento, hay desconfianza con el Gobierno, tenemos una burocracia paquidérmica compleja, y trámites que dificultan la inversión, el Estado es predatorio e ineficiente y cuando se trata de crear las condiciones para generar riqueza a través de la inversión privada, y abdica en sus funciones. No se ve liderazgo, ni un norte. La burocracia usa su autoridad para maximizar sus beneficios personales, y la corrupción es endémica.
La inversión necesaria para el crecimiento, pero tenemos un sistema administrativo burocrático y en la mayoría de los casos corrupto, que se encarga de frenarla, y detiene la ejecución de la inversión pública. El 2022 no se han ejecutado inversiones estatales por S/. 18,226 millones.
Los altos honorarios, de una productividad ineficiente por cobros de consultorías copias, con mucho de teoría y nada de la realidad deben irse a su casa, por su ineficiencia, inexperiencia y falta de compromiso con el país.
Hemos ingresado a un crecimiento bajísimo, de apenas el 0.5%, del PBI con alto desempleo, con el cual no es posible disminuir la pobreza. El sistema administrativo burocrático requiere una urgente cirugía amplia y profunda.
El mundo administrativo está lleno de reglamentos, directivas, textos únicos, y procedimientos con una maraña de trámites, y multas que son obstáculos para los inversionistas.
El Estado debe dedicarse a cumplir sus funciones básicas de brindar seguridad púbica, justicia, para que podamos vivir todos en paz.
El ministro de Economía Alex Contreras, no ha demostrado habilidad técnica para explicar la situación económica. Para ello, debió evaluar los problemas con racionalidad, concertando propuestas a través de una política económica que atraiga la inversión privada.
Tampoco ha dado a conocer cuál es su estrategia para recuperar el dinamismo de la inversión privada, ni como reforzará su plan económico para superar la situación actual.
En conclusión, si los actuales inquilinos del MEF encabezados por él, no pueden efectuar acciones para mejorar la economía en los próximos meses, lo único que le queda al ministro y a su equipo es su renunciar sin responsabilizar a otros.