< Detras de la cortina

¡Con conocimiento se puede crecer!

Lench considera que es necesario erradicar los lugares donde se trafica con el “conocimiento”.

Un factor clave para que un país logre crecer y desarrollarse es tener capital humano de calidad, personas preparadas y capaces de producir más bienes y servicios con los mismos recursos disponibles.

La creación de una sociedad del aprendizaje se ha convertido en herramienta fundamental para los que abogan por políticas gubernamentales que incentiven la ciencia y la tecnología. Joseph E. Stiglitz ha afirmado que el enorme crecimiento del nivel de vida ha sido resultado de cómo hemos aprendido a aprender. 

Como todos sabemos en esta era del siglo XXI, el conocimiento es un nuevo factor de producción. Hoy el trabajo basado en el conocimiento desplaza al manual, según datos, en 1881 09 de cada 10 trabajadores hacían trabajos manuales, y para el 2011 fue 01 de cada 10.

En el último Ranking Global de Competitividad 2018 del Foro Económico Global (WEF) el Perú se encuentra en el puesto 63 de 140 economías. Hemos retrocedido tres casillas con el ranking anterior.  La juventud peruana debería prepararse con una educación y conocimiento rigurosos, para obtener mayor productividad, es decir una mejor formación académica, lo que se traducirá en el incremento del bienestar familiar y de la sociedad.

Los estudiantes deben utilizar sus conocimientos y habilidades en problemas y situaciones reales de la vida. A partir de los resultados obtenidos, cada país diseña y aplica mejoras en los sistemas educativos.

En el Perú tenemos 140 universidades, sin embargo, Inglaterra tiene 80. ¿A qué se debe esto? En esencia, necesitamos construir y/o replantear un plan educativo público de calidad con objetivos y metas claramente identificables y aplicable a nuestra realidad en el mediano y largo plazo.

Todo lo acotado es una alerta que confirma, que tenemos como uno de los problemas más importantes la debilidad en nuestro sistema educativo, lo que se traduce en los resultados del PBI a nivel microeconómico y macroeconómico. No poseemos el capital humano suficiente, ni la productividad necesaria para crecer en el futuro de 4.5% a 5.0 % en nuestro PBI nacional. Por el contrario, podemos llegar al 2% y 3%, lo que sería un escenario desfavorable para el mediano y largo plazo 2019 - 2025.

La forma óptima para ingresar al mercado de competencia es apostando por la I + D + I (inversión, desarrollo e innovación). Nuestro país invierte en este índice un monto bajo, si lo comparamos con Israel que invierte el 5% de su PBI.  

Un país sin educación es un país sin futuro, sin posibilidades de lograr un desarrollo sostenido en el tiempo y por ende sin posibilidades de vencer los problemas de inequidad, pobreza y exclusión. Un sistema educativo debe formar personas y ciudadanos con valores y conocimientos básicos de calidad para lograr un desarrollo personal, profesional, y con ello consolidar el desarrollo sostenible del país.  

Debemos modelar una nueva economía del aprendizaje, para crear una sociedad del aprendizaje se requieren buenas políticas comerciales, industriales, de propiedad intelectual y de otras áreas.  Como señaló Stiglitz: "Las mejoras en los niveles de vida tienen más que ver con el aprendizaje que con la eficiencia de asignación de recursos, cuestión que ha sido la preocupación central de los economistas. Que esto sea así ofrece enormes posibilidades para el bienestar de quienes viven en el mundo en vías de desarrollo: acumular recursos es un proceso lento comparado con la velocidad a la que pueden reducirse las brechas en el conocimiento".

Pongámonos de acuerdo en algo trascendental, y hagamos algo para cerrar los lugares donde se trafica con el “conocimiento” y sin saber porque se llaman “Universidades del Futuro” ofrecen cuando no regalan títulos universitarios títulos fácilmente.

*Economista