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Actualidad de la pobreza latinoamericana

En Latinoamérica, el 4.0% de la población se encontró en situación de pobreza extrema, equivalente a 25 millones de personas al mes de abril. Además de ello, entre junio del 2021 y abril del 2022, se observan aumentos que son superiores en los umbrales de menor ingreso. 

El índice de pobreza tiene por objetivo identificar la cantidad y la proporción, de personas que se encuentran en situación de pobreza y pobreza extrema. Al mes de abril, el Banco Mundial identificó a 8.6% personas a nivel mundial en situación de pobreza extrema; por encima de la línea de pobreza de US$ 1.90.

 

En Latinoamérica, el 4.0% de la población se encontró en situación de pobreza extrema, equivalente a 25 millones de personas al mes de abril. Además de ello, entre junio del 2021 y abril del 2022, se observan aumentos que son superiores en los umbrales de menor ingreso.

El mayor incremento porcentual de la pobreza, según ingresos diarios, se da en personas que subsisten con US$ 1.90 al día, con un nivel de pobreza de 8.70%, seguido por las personas con ingresos de US$ 3.20, con 8.62%.

Estas adiciones porcentuales de la pobreza interanual se ubican en el momento en donde la inflación alimentaria se exacerba por la ruptura de los canales logísticos mundiales. Es categórico que la inflación afecta severamente a la población pobre, dentro de las categorías de pobreza las personas en pobreza extrema son las que más sufren durante una coyuntura de alta inflación.

Para contrarrestar el impacto de la inflación, algunos países adoptaron dos medidas fundamentales: el aumento de los salarios mínimos y el otorgamiento de bonos sociales. En el primer caso, los incrementos salariales solo afectan al sector formal, algo de lo que la población en pobreza y pobreza extrema no sería beneficiaria, pues la mayoría se encuentran en el sector informal.

En el caso de los bonos sociales, esta medida ha sido otorgada desde el estallido de la pandemia en el 2020. Sin embargo, en estos últimos tiempos, muchos países han retirado dichos beneficios dada la coyuntura inflacionaria. Aquí se resalta la necesidad de la articulación de políticas monetaria, fiscal y social, a fin de salvaguardar el bienestar social de las poblaciones más vulnerables.