< Detras de la cortina

Bohemia en pandemia

Se trata de departir con familia y amigos, no de organizar, o asistir a grandes fiestas ni descuidarse. www.blog.redbus.pe

El avance del proceso de vacunación, la disminución de casos, la no llegada del tercer pico de la ola del corona virus, y la imposibilidad de decretar más y mayores encierros ha ocasionado que los ciudadanos empecemos a salir a pasear y vivir. Algunos se van al parque, otros de viaje-con las restricciones del caso- y los más simplemente a caminar.

Han sido muchos meses de un encierro total y estúpido, que además de no evitar muertes, ha generado una crisis económica. Pero la situación empezaría a cambiar.

Un nuevo ánimo, a pesar de los problemas se respira. Pequeños negocios y ciudadanos empiezan a retomar sus actividades (para algunos laborales), para otros lúdicas. Porque la vida continúa, con sus precauciones, por supuesto.

Es en ese ánimo que nos dirigimos a Barranco, buscando lugares donde nos podamos tomar una cerveza y picar algo, nada más. En la plaza de armas de un distrito bohemio recalamos en un local promedio, donde tomamos unas cuantas cervezas, y saboreamos unos tequeños. Las personas y el local cumpliendo las medidas. Distancia y de ser necesario, uso de mascarilla. En general, todos los locales que pueden, aprovechan al máximo los espacios al aire libre.

Fueron un par de horas que estuvimos ahí, y de verdad hace mucho bien, salir y disiparse. Otra vez recalamos en un local más grande donde había un joven cantautor cantando manida música de los ochenta. El ruido de su presentación no nos dejaba conversar, así que nos retiramos.

En general, observamos gente con ganas de celebrar y vivir, aun con pandemia y crisis. En esto, el pésimo gobierno de Castillo parece haber comprendido la importancia de la vacunación, y la ineficacia de las medidas vizcarristas. Ojalá que siga en esta línea.

Es realmente muy placentero tomar un café, o una cerveza, departir con familia o amigos responsablemente, u organizar pequeñas reuniones en casa. Nadie está hablando, por cierto, de organizar, ni asistir a grandes fiestas ni descuidarse.

La ciudad y el país parece lentamente retomar su ánimo- con estrictas medidas de bioseguridad- y ojalá que también retomen su dinamismo económico. Por el bien de nuestra salud física y monetaria.

En esta cruzada, vacunarnos (resulta inadmisible y hasta suicida que muchas personas no deseen hacerlo), y protegernos será absolutamente necesario, para seguir viviendo, y poder disfrutar de estas noches, aún de pandemia.