Economía Social de Mercado: aplíquese realmente
Antes del mensaje del 28 de julio los empresarios y algunos economistas afirmaban que el Estado interventor fracasó y la economía social de mercado es una ilusión. Sus nuevas funciones son: a) brindar seguridad, b) justicia para todos, c) estabilidad económica para preservar el equilibrio macroeconómico, lo que evita la ideología del Estado promotor del desarrollo.
Se sostiene que estamos en una economía de mercado, avalada por una Constitución liberal y que nos debemos preocupar del crecimiento del PBI, dicen que la iniciativa individual y no la estatal es la que decide qué, cómo, cuánto y para quien producir. Se afirma que el consumidor es el soberano y el productor se dedica a servirlo. Y no debe haber reducciones tributarias ni subsidios para productores y consumidores favorecidos.
El 28 de julio el Gobierno ha reconocido lo que nuestra Constitución de 1993 establece en sus artículos 58° y 59°, cuando se refiere a que “estamos en una economía social de mercado y que el Estado orienta el desarrollo del país actuando en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura. Así mismo, brinda oportunidades a los sectores que sufren cualquier desigualdad, y en tal sentido, promueve las pequeñas empresas en todas sus modalidades. Es decir, el interviene cuando se considera necesario.
La economía social de mercado se caracteriza por una competencia justa y libre elección del consumo. Posee al mismo tiempo, un orden social, económico, y político integrado, reconoce una política económica de mercado y al mismo tiempo una social que regula a la primera a través del Estado descentralizado.¿Eso realmente ocurre en el Perú?
El estado ahora puede actuar en la creación de un Banco de Fomento de Desarrollo agrario, utilizando como medio al Banco de la Nación, orientado a la pequeña y mediana empresa, que representa el 75% de la población económicamente activa nacional y aportan el 61% del PBI. También puede aplicar acciones contra el monopolio y oligopolio de las farmacias y boticas de las ventas de medicamentos, el oligopolio Bancario controlado por cuatro grandes bancos y las cuatro AFPs, los medios de comunicación, entre otros.
El libre mercado y la política antinflacionaria no generan condiciones rentables a la inversión productiva. En el contexto de la liberalización financiera, genera ganancias de corto plazo y no se encamina a configurar condiciones de crecimiento sostenido. (Papadimitriou, Wray y Nersisyan 2001) nos dicen que "la mejor economía no es aquella que está abandonada a la mano invisible del mercado no restringido. Nuestra seguridad nacional e individual no debe ser dejada a la suerte de la búsqueda privada de la máxima ganancia".
Por esta razón, Michael Camdessus, ex director del FMI, afirmó que "se debe vigilar el mercado”. Es hora de actuar.