< Detras de la cortina

Sobre los Ochenta y Depeche Mode

La década de los ochenta fue una época especial en nuestras vidas. Un punto de inflexión. Salíamos del colegio y queríamos hacernos un futuro. Por esa razón, o porque era lo políticamente correcto, decidimos estudiar en la universidad. Pero como no nos gustaba nada decidimos estudiar todo. Y ese todo y nada estaba representado por el periodismo.

Para aquel entonces, vivíamos nuestra adolescencia entre un aumento frenético de nuestra vida social y los estudios, mientras el país estaba en tinieblas y caos. Tiempos de rituales sabatinos previos a nuestra noche de diversión, como ver “Risas y Salsa”, un programa que nos hizo reír con imitaciones de César Hildebrandt, Olivera, Vargas Llosa, Belmont, y cuanto personaje estuviese de moda. Un humor que a veces considerábamos grotesco, pero que hoy, en retrospectiva, parece de salón.

Nuestra vida estaba marcada por las reuniones y las fiestas, fiestas en las que casi no bailábamos, o en las cuales lo hacíamos mal, con dos pies izquierdos. A la par que hacíamos nuestros trabajos de investigación, tratábamos de “estar en todas”, salir y divertirnos, con presupuesto cero.

La vida social y la música eran entonces mecanismos de evasión frente a los rigores de los estudios y la realidad. Los ochenta fueron épocas muy ricas y variadas musicalmente. La salsa, la música latina de Nueva York con el impulso de Jerry Masucci y Larry Harlow, se colaba en las reuniones de clase media. Los baladistas clásicos como José José, cedían su paso a otros- por lo menos en nuestra opinión- de menor vuelo. Mientras la llamada música clásica o culta (¿?) se había limitado a Solarmonía o Filarmonía, y la criolla o vernacular quedaba restringida a la peñas, también concurridas, por cierto, pero casi siempre ausentes  en el dial y en la TV.  La chicha, de la mano de Los Shapis, conquistaba París y empezaba a sonar en Lima.

El rock como expresión de la vida moderna ya nos había conquistado, y eso se acentuó por aquellos tiempos. En 1980, uno podía escuchar en Radio Panamericana joyas como Train in Vain de The Clash, o You better, you bet de The Who. La propia directora de Filarmonía, Martha Mifflin, declaró alguna vez que ella cuando no escuchaba música clásica escuchaba doble 9, trinchera radial de rock. Cosa que en casa no ocurría, por supuesto.

Los ochenta fueron la decaída del rock progresivo cósmico, escapista y fantástico de Yes y la irrupción de sonidos brutales y simples (“do it your self- hazlo tú mismo”) del punk, la consigna del “no future” (no hay futuro), y del metal, tendencias que aquí dirimían superioridades frente al New Helden-donde uno se podía encontrar con Jorge "Pelo" Madueño o Johanna San Miguel- en el centro de Lima, a punta de cadenazos, con violencia y escándalos. Ambas tendencias aparecieron en Estados Unidos y Europa como respuestas al virtuosismo del rock progresivo, la sicodelia, y también a una crisis económica, política y social. Verdaderas bombas musicales.

También aparecieron un glamoroso Michael Jackson, quien combinaba el soul y disco con capacidad, antes de abordar temas de pandillas y emprender un viaje sin regreso, Madonna, himnos pop como "Every breath you take" de The Police, descripción de un acoso y no poema de amor, Bryan Adams, The Cars, Ramones, bandas de metal, soft metal como Ratt, Bon Jovi, Poison, la pegajosa "Dancing in the Dark" de Bruce Springteen,donde "espontáneamente" baila con la actriz Courteney Cox (Friends). Bueno, si conocía al productor... 

En aquella época ocurrió la trágica muerte de John Lennon, quien dejó para la posteridad “Just like starting over”. Paralelamente, la música disco también tuvo su apogeo en los primeros años de los 80 con los Bee Gees y John Travolta, en aquel tiempo cantante y bailarín. Según sus protagonistas, fue creada para divertirse, porque América (EE.UU) lo necesitaba. El reggae, ritmo jamaiquino, expandido por Bob Marley, también se difundió en nuestras AMs y FMs.

Para nosotros, los ochenta fueron épocas de canciones memorables y de estilos tan diversos como “Close to me” de The Cure, "The Flame" (Cheaptrick), "Amanda"(Boston), "Perfect Stranger"(Deep Purple), “Pretty in Pink”(Psychodelic furs) o “Head On”(Jesus and Mary Chain), “This time” (Inxs), “Pride” (U2), “Love will find a way” de un Yes más pop con violín incluido, de éxitos como “Yanice got a gun” de Aerosmith. En ese período escuchamos canciones que sólo rotaban en Doble 9: “Dirty Boulevard” de Lou Reed, “Veronica” de Elvis Costello y ”Love for sale” de Talking Heads, una de nuestras bandas favoritas, junto a The Stones y The Doors. Fueron las épocas comerciales de Bowie (nos quedamos con Heroes), Iggy Pop, The Who (Who are you), Kiss, AC/DC, banda con nombre de corriente, con pantalones cortos de escuela católica que resucitaba luego de la muerte de Bon Scott, su líder, quien dejó un legado de gaitas y guitarras eléctricas en “Its the long way if you want to get the top of rock and roll”. También de Ozzy Osbourne, quien luego de su “Paranoid” con Black Sabbath, lanzó ”Bark at the Moon” y “Crazy Train”, al tiempo de ser acusado de maltratar animales y admitir haber aspirado hormigas en una de sus endemoniadas juergas,de Metallica, de Iron Maiden y un largo etcétera.

También pasó New Order, banda que formaron los sobrevivientes de Joy Division, después de la muerte de su líder, Ian Curtis, porque “tomaron la decisión de vivir” y crearon “Bizarre love Triangle”, canción de ritmo trepidante y contagioso. The Smiths y su vocalista, Morrissey, se volvieron bandas y músicos de culto. Queen estuvo en su apogeo.

Los ochenta también sirvieron para devolver a circulación a Roy Orbison, Bob Dylan, Tom Petty, Paul Simon, Led Zeppelin y The Who, aunque estos últimos se separaron o se disolvieron luego de las muertes de John Paul Jones y Keith Moon, respectivamente, y han tenido presentaciones esporádicas. Sin embargo, los alaridos de Plant suenan mejor que nunca y The Who se hace conocido y reconocido gracias a CSI.

Esos fueron también los años del boom del rock en castellano. Charly García, Los Prisioneros, GIT, Hombres G y Soda Stéreo ocuparon con altas y bajas nuestras ondas. El rock peruano levantó cabeza gracias a Arena Hash y Pedro Suárez - Vertiz, Micky Gonzáles, y a otras bandas independientes como Mar de Copas, Leuzemia y toda la movida dark y metal.

Toda esa música y muchísima más pasó por nuestros oídos, ocupó nuestras repisas con casetes y nuestras mentes, y ahora se ha digitalizado. Cuando hablábamos de estos grupos y cantantes, había una pregunta recurrente: ¿Cuándo vendrán por acá? Al contrario de lo que ocurría cuando se discutían temas de fútbol  o política, ahí estábamos siempre de acuerdo: nunca.

Pues bien, este panorama ha empezado a cambiar. En los últimos tres años han venido Deep Purple, tremenda banda, B52 con su alegre frenesí, Bjork, Whitesnake, R.E.M, Duran Duran, dos Doors y un extraño, Peter Gabriel, extraordinario músico antecesor de ese discreto y comercial baterista que es Phil Collins, Iron Maiden con Eddie incluido, y ahora se anuncia a Depeche Mode, la banda de David Gahan, quien fue descubierto cantando "Heroes" de David Bowie, y luego de superar problemas personales (léase drogas),-viajaba con su representante y su proveedor de sustancias-tocará en Lima. Los creadores del disco Speak and Spell, cuyo nombre provino de una revista de modas, y creadores de temas como “Dreaming of me”, “Personal Jesus”, “Shake the disease”, “Walking on my shoes” y las comerciales “Just can´t get enough” y “Enjoy the Silence”, tocarán en Lima el 13 de Octubre. El grupo del CD “Violator”, de la portada con la flor roja y en fondo negro. Sobre esto, Gahan dijo: “Lo hicimos a propósito porque no encontramos nada más ridículo”.

Sí. Es cierto, Depeche Mode, que junto con Kraftwerk, New Order y Joy Division lideraron el New Wave (ahora reconvertido en ese ritmo repetitivo y muchas veces incomprensible que es el trance) se presentará en Lima.

Luis Alberto Menacho, empresario que ha traído muchas de estas bandas y solistas, ha mencionado que no se ha ganado dinero. Debería haber sido así. El municipio, el estado, los grupos, y nosotros, aunque no dinero.

Algunos dirán que esto es por el crecimiento económico. Puede ser. Otros malhablados insinuarán que hay capitales sucios, otros dirán que simplemente -  parafraseando a Pedro Cornejo, filósofo y crítico de rock - ya no tenemos un lugar periférico en el mundo. Por lo menos en el rock. Depeche Mode está por llegar,  y está por confirmarse la presentación de AC/DC. Bien por ello.