Detras de la cortina

¿PPK TV?

Próximo a cumplir un año, el régimen hace cada vez más agua. Con una inversión pública y privada en picada -especialmente la minera– ya sea por aliados de los electores de segunda vuelta del gobierno, la izquierda, por errores de las empresas, o por caída de los precios de los metales, es evidente que el gobierno no ha sabido impulsar la economía. El FEN ha sido el puntillazo final, con el señor Pablo De la Flor, encargado de la denominada pomposamente “Reconstrucción con cambios”, quien ha llegado a decir que “nunca antes”, se ha abordado el proceso de esa forma en el norte, cuando poco o nada se ha avanzado. Por cierto, recordemos que fue ex ministro del ahora prófugo Alejandro Toledo.

Por si esto no fuera poco, el caso Odebrecht empieza a aumentar sus ramificaciones. El expresidente Toledo se pasea por Estados Unidos, mientras al régimen se le escapan las tortugas en el trámite, los expedientes son incompletos o fallidos, no se contratan abogados para acelerar su extradición. ¿Por qué? ¿Porque posee información comprometedora del mandatario o del Presidente del Consejo de Ministros? Y se anuncian destapes para este mes, que pueden remecer aún más nuestra política.

En ese escenario el ministro Vizcarra se ve obligado a renunciar. Que el Contralor sea pasible de investigación y sanción está al margen. Tirios y troyanos, analistas económicos y políticos de derecha a izquierda coincidieron que el contrato del aeropuerto de Chincheros estaba mal hecho, y que era lesivo. ¿Por qué se insistió? ¿Para no enfrentarse a una población encolerizada, y que el ministro Basombrío tenga que implantar autoridad, y exponerse al ridículo, tenía un acuerdo con el humalismo, o quería inversión a toda costa? Y ahora se señala que la adenda sigue vigente. De locos.

Pero claro, cada vez que se interpela a un ministro o se le cita se está “desestabilizando al gobierno”. La teoría de la conspiración vuelve a tomar protagonismo. La oposición tiene su juego, puede excederse o no, pero es el ejecutivo el que tiene que dar satisfacciones y exhibir resultados, especialmente en el caso de la seguridad ciudadana, donde el ministro habla de logros mínimos, en medio de una ola delincuencial INCONTROLABLE.

Recordemos que es el mismo ministro que dijo y se desdijo sobre un asunto tan grave como un supuesto comando parapolicial, unos patrulleros comprados con los pies y arreglados, supuestamente, por su cabeza, el tema de Las Bambas (¿opera o no?). Es importante recalcar este asunto, porque si no hay un mínimo de inversión minera, la economía se va al cuerno, y esto lo han dicho, entre otros, Bruno Seminario en esta “Cortina”. Entendámoslo.

Convertir a Fuerza Popular en Fuerza Impopular tampoco sirve, salvo para envenenar a los peruanos, que pueden discrepar, pero no odiar. Ya el flamante ministro de la Producción, Pedro Olaechea, ha destacado la colaboración -no sumisión- del fujimorismo. Que se equivoque y cometa excesos resulta inevitable.

El mismo Olaechea ha señalado a modo de autocrítica que ha habido “mala comunicación” para difundir los logros del gobierno (¿?). Esa puede ser una de las razones del debut televisivo del presidente. Una fórmula usada mayormente por autócratas, que ha servido para poco. Un equipo de producción, estudios y sueldos, para un programa que pagamos todos los peruanos. Pero la publicidad estatal siempre ha sido una herramienta poderosa de comunicación, cuando no de control. Y sería bueno que los encargados de prensa y propaganda del régimen digan cuánto ganan, en qué trabajan y cuáles son sus logros.

Lo hemos dicho antes, lo repetimos ahora: los comunicadores no hacemos milagros ni somos gerentes. Si el presidente quiere hacer populismo mediático, y -en una muestra de intolerancia- "mandar a callar criticones", en vez de dar la cara a la prensa y responder cuestionamientos, que lo haga, pero inaugurar un estilo PPK T.V, para un gobierno que no la VE, no le servirá. ¡Ni Velasco lo hizo!