El Producto Bruto Interno (P.B.I) es el valor de la producción de bienes y servicios libre de duplicaciones durante un periodo dado y dentro del territorio económico. Es un indicador que mide la producción de una economía, cabe señalar que el crecimiento es y debe ser el objetivo importante en un país pobre y con una presión demográfica como el Perú, con una proyección de 33.1 millones de habitantes al 2021. 

En la actualidad existen proyecciones de diversas instituciones efectuadas por investigadores, sobre el crecimiento del PBI nacional 2017, que pueden terminar confundiendo a los inversionistas privados los cuales tienen que adoptar decisiones importantes en sus portafolios de inversiones. El MEF proyectó en el marco macroeconómico multianual  2017 – 2019 4.6%, luego en agosto 4.8%, y en abril 3%. 

Para algunos economistas se proyecta un crecimiento del 2% al 3% Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, según el FMI 3.5%, BBVA Research 2.5%, CEPAL 3.5%. 

Hay analistas, que manifiestan, que con nuestro bajo crecimiento del presente año no podremos dar a nuestra población mejores niveles de vida. Acá surge una pregunta ¿Cuál es la receta, para mantener el crecimiento en el mediano y largo plazo hacia el 2018 – 2021, sin tener un Plan Estratégico de Desarrollo Nacional para encarar el futuro, validado por los principales actores del país donde se establezcan objetivos y metas cuantitativas claras? 

No olvidemos que cuando se menciona que la China puede bajar su crecimiento del PBI   del 10% al 7% y caerán los precios de los minerales, (cobre, oro, plata, plomo, molibdeno, zinc, estaño) que constituyen el 60% de las exportaciones, las proyecciones vuelven generan la caída inmediata del crecimiento del PBI. 

Ante lo acotado tampoco debemos ser tan pesimistas como que entramos a “tiempos de vacas flacas”, luego que se nos dijo que estábamos frente al “milagro peruano”, pero tampoco ser tan optimistas para el largo plazo.   

Debemos preocuparnos por intentar resolver aspectos claves para generar riqueza, tal como Adam Smith decía en 1,776 cuando concluyó que la riqueza de una país dependía de 03 factores básicos: justicia para todos (reforma integral del poder judicial), libre comercio, y competencia abierta (ver caso del oligopolio de las AFP´s por ejemplo). 

Como una crítica a estos diez meses de Gobierno, falta elaborar y aplicar el planeamiento estratégico en el Plan de Gobierno por 05 años, y continuar con una reforma estructural acelerada del Estado. 

Para esto es imprescindible otorgarle un papel de mayor trascendencia al CEPLAN, cuya función es e integrar en forma coherente y concertada las diferentes propuestas y opiniones para la elaboración del Plan Estratégico de Desarrollo Nacional y los planes nacionales, sectoriales, institucionales y subnacionales, así como las orientaciones, los métodos, los procesos y los instrumentos para el planeamiento estratégico -donde se aprueben los estudios de pre inversión pública de los proyectos- y evitar que el MEF sea juez y parte (esta institución absolutamente tecnocrática debe ser reestructurada). 

Asimismo, fortalecer el mercado interno (incremento de consumo de la población, inversión pública y privada, incremento del empleo y disminución de la pobreza), mejorar la distribución de los recursos, invertir en proyectos de rentabilidad económica y social, impulsar con más rapidez el recientemente creado sistema de programación multianual y gestión de inversiones  preferentemente en proyectos para zonas de sierra y selva y sectores sociales, aumentar la inversión en investigación y tecnología, mejorar el capital humano y la productividad para no pasar a crecer del 4% o 5% al 2% o 3%. 

No debemos olvidar que tenemos 1.1 millones de peruanos en extrema pobreza 3.8%, y 6.5 millones en pobreza 20% y que en el largo plazo, la mayor debilidad de nuestra economía es la dependencia de los recursos naturales, lo que es de “alto riesgo” en términos de su dependencia de las exportaciones de materias primas. Debemos evitar vivir sin innovación, diversificación, y programas de productividad para seguir creciendo en el tiempo. 

Recordemos al premio Nobel de Economía Paul Samuelson cuando decía que “la economía no es una ciencia exacta. Cualquier pronóstico basado en evidencias puede salir horriblemente mal”. 

Economista