Lerner
El discurso de Salomón Lerner Ghitis del pasado jueves y algunas de sus declaraciones posteriores dejan entrever una vocación por liderar un gobierno más que moderado, y muestra de momento (ojalá no sea sólo buena voluntad) un real propósito por generar confianza en pos de más inversión y de, al menos, iniciar algunos cambios que pudieran transitar hacia reformas básicas.
Por ejemplo, en el tema del gravamen acordado con el sector minero, no sólo es de destacar el monto o el grado de consenso logrado, sino que todo indica que como contraparte el gobierno ha ofrecido su apoyo directo en destrabar diversos proyectos estancados por diversos motivos. Me pongo a pensar en Conga, Quellaveco, el avance de Xstrata en Apurímac, entre otros. Del mismo modo, pronto veríamos una modificación al régimen de regalías para aplicarlo a las utilidades y no a las ventas como ahora.
Cuando a Lerner se le inquiere por el tema de las empresas públicas y la creación de la línea aérea de bandera, por ejemplo, ha precisado que se vienen evaluando varias opciones, y que sólo una de ellas supondría que el Estado sea accionista minoritario del privado.
Además de señalar que la reforma de la Constitución no es una prioridad, ha ratificado que la erradicación de cultivos ilegales continuará, que el dinero extra de los mineros irá a los rubros educación y salud manejados por el gobierno central, y que propondrán la creación de cinco macrorregiones. Es claro que el actual modelo de regionalización no funciona y que es vital generar circuitos económicos más integrados.
Esta última propuesta si bien puede calificarse como ingenua dado el gran departamentalismo que hay, quizá deba traducirse inicialmente en la creación de una macrorregión piloto donde las resistencias a la fusión sean menores a la espera de resultados.
Por último, el haber eliminado topes salariales para determinados cargos técnicos en el Estado es vital, sobre todo en los rubros sociales, que es donde más necesidades y expectativas hay. Es ahí donde el país requiere talentos bien pagados.
Ojalá la vocación pro inversión y pro reformas de Siomi no termine provocando las iras de los radicales de izquierda y de algunos otros personajes que desearían remar para otro lado. Aunque en este caso, es probable que yo también esté pecando de ingenuidad.
*Analista político, Columnista de Correo, conductor de “A primera Hora”, Frecuencia Latina y Consultor de prensa.
Publicado con autorización del autor. Diario Correo, martes 30/08/11