Siembra y cosecha de agua I
Para Nánez, la labor del Estado debe enfrentar las causas y no las consecuencias, por lo que es necesario trabajar en las zonas altas de las cuencas, a fin de asegurar el agua para los pobladores que viven en las zonas altas, mitigar los desbordes, huaycos y evitar muertes que todos los años afectan a las familias.
La siembra y cosecha de agua es una práctica ancestral que se hace en esta parte del mundo posiblemente desde hace más de 7000 años, y tenía como finalidad recargar los acuíferos con el agua de lluvia haciendo amunas, caminos que la condujeran por las zonas altas, e incorporarlas en las zonas rocosas, con la finalidad de infiltrar para que después por las partes bajas pueda salir un manantial. Otra técnica consistía en hacer zanjas de infiltración.
Por lo tanto, se ha venido haciendo en todas zonas de las cuencas altas de todo el territorio del Tahuantinsuyo. Sin embargo, en los últimos años se ha comenzado a trabajar en forma más técnica, utilizando las tecnologías actuales, con los siguientes propósitos:
1. Acumular agua en subsuelos y acuíferos.
2. Incrementar la humedad y recarga in situ de suelo y subsuelo.
3. Almacenar agua en la superficie.
Se trabaja en las alturas para que el agua infiltrada que recorre 10 cm por día, según lo manifestado por el Ing. Néstor Mendoza, ejecutor de estos proyectos, comience a discurrir, aparezca en formas de ojos de agua o manantiales en las cuencas medias y bajas, lo que es aprovechado para el consumo humano y el riego de los campos de los micro y pequeños agricultores.
En los últimos años se tiene registradas, de acuerdo con el documento “Rumbo a un Programa Nacional de Siembra y Cosecha de Agua: Aportes y reflexiones desde la práctica – MINAGRI – 2016”, trabajos en todos los departamentos de la zona sur, Lima, Cajamarca y San Martín, para cubrir territorios de entre 2 y 25 Ha. Pero a partir del año 2012 se ha comenzado a trabajar en el distrito de Chavín, de la provincia de Chincha (Ica) proyectos de 1000 Ha. de macizos forestales, e irrigar un mínimo de 1000 Ha de tierras de cultivo, lo que hizo la propia Municipalidad distrital con el apoyo de la comunidad campesina.
En la zona se construyeron 52 reservorios en la parte alta de la subcuenca del rio Topara, y posteriormente en la cuenca media para beneficio de 300 familias, reservorios familiares y multifamiliares entre los años 2012 y 2014.
A partir del 2015 en la región Ica, con el apoyo del gobernador se quiso traer el agua del río Pampas, mediante un trasvase a la cuenca del rio Ica, con una inversión de 1000 millones de dólares. Esos estudios hasta la fecha no han sido aprobados por ProInversión. Sin embargo, se trabajó en un proyecto de Siembra y Cosecha de Agua, con el nombre de “Recuperación de los Servicios Ecosistémicos de Regulación Hídrica y Control de Erosión de los Suelos” para las comunidades campesinas de Curis, San Juan de Curis, Quilcanto y Tivillos, donde se construyeron 48 reservorios y 4 qochas que lograron almacenar aproximadamente 2 millones de metros cúbicos de agua de lluvia, y se instalaron 1000 Ha. de macizos forestales.
Los proyectos tienen como objetivo retener el agua de las lluvias en las zonas altas, hacer macizos forestales para que puedan incorporar esas aguas a los reservorios y qochas, recuperar los pastos naturales en las partes altas, para que en las épocas de lluvia no haya escorrentía, y por el contrario, con vegetación esa agua se incorpora al suelo, así evitamos arrastrar y erosionar los suelos, porque ya tiene vegetación. Al contrario, incorporan el agua a los suelos, hecho muy estudiado por los técnicos que han venido trabajando en esa zona.
Posteriormente se han hecho en La Libertad en los últimos cuatro años con el gobernador anterior. Se han construido 48 qochas, 15,000 reservorios e irrigado 7700 ha de bosque, trabajo que han realizado las municipalidades, con lo que el gobierno regional prácticamente ha incorporado una reserva hídrica en sus zonas altas de 5 millones de metros cúbicos, retenidos de agua de lluvia, que están permitiendo que los micro y pequeños agricultores que nunca recibieron nada del estado, hoy tengan agua permanente, y puedan tener dos cosechas al año, además de poder desarrollar la crianza de animales menores, nuevos cultivos, y también poniendo en funcionamiento granjas piscícolas, ganadería, apicultura, e impulsando la artesanía, y pronto el turismo.
Las obras se han realizado en siete provincias y 50 distritos de La Libertad, y han mejorado la vida de miles de personas. En los últimos años hemos enfrentado el fenómeno de la onda Kelvin, que se inició en diciembre del 2016 en Ica y terminó en Tumbes el 25 de marzo de 2017, que provocó una cantidad de inundaciones y pérdidas cuantiosas, por lo cual se tuvo que realizar un Programa especial de reconstrucción con cambios, con una inversión de 25 millones de soles en 3 años para hacer el reencausar ríos (12 cuencas y 5 quebradas) y trabajos de reforzamiento y defensas ribereñas en las partes bajas. Solo para estas actividades se invirtieron cerca de 3500 millones de soles, pese a lo cual en el año siguiente se ha perdió casi el 60% con las lluvias del 2018.
Para poder prevenir esos efectos del cambio climático que están ocurriendo permanentemente, el estado debe elaborar y ejecutar proyectos para construir reservorios y qochas en las partes altas de las cuencas de todo el país para retener el agua de lluvia, forestar, y recuperar los pastos naturales para tener toda la zona alta llena de vegetación. De esa forma, se evita la erosión de los suelos, y se asegura el agua para los pobladores que viven en las zonas altas, asimismo se mitigan los desbordes, huaycos y muertes que todos los años afecta a las familias.
Con los programas y proyectos de gran magnitud que se han realizado en Ica, La Libertad y Cajamarca, estamos haciendo un trabajo de gestión de conocimiento que nos está permitiendo cuidar el territorio, previniendo los desbordes, inundaciones, huaycos, muerte y grandes pérdidas económicas, además de incorporar nuevas tierras de cultivo en las cuencas medias.
Asimismo, las partes bajas de las cuencas también se favorecerán con las aguas que por la ley de la gravedad se incorporan a los acuíferos.
Ninguno de los grandes proyectos de irrigación y energéticos que se ejecutaron a través del INADE incorporó la instalación de macizos forestales ni recuperar los pastos naturales en las partes altas de las represas, es por eso que hoy tenemos muchas represas como Poechos, Tinajones, Gallito Ciego que están colmatadas con sedimentos entre el 40% y 60%, debido a que no se preocuparon de sembrar árboles y vegetar las partes altas, a diferencia de estos proyectos de “Recuperación de los Servicios Ecosistémicos de Regulación Hídrica y Control de Erosión de los Suelos” en los cuales trabajan en forma integral, además de ser sostenible.
Por ejemplo, el Ciclón Yaku empezó en Ecuador, continuó en Tumbes, Piura, Lambayeque, donde se desbordaron los ríos y causaron pérdidas humanas y económicas.
En el caso de La Libertad, no se desbordó ningún río, porque en las zonas altas se han construido 15,000 reservorios y 15 qochas en servicio que almacenaron el agua de las lluvias. La labor del Estado debe enfrentar las causas y no las consecuencias, es necesario trabajar en las zonas altas de las cuencas, con los objetivos ya mencionados.
En nuestro país tenemos 159 cuencas, de las cuales 62 están en la costa, es decir en la vertiente de Pacifico que tienen la probabilidad de desbordarse si hay un fenómeno extremo. Tenemos 13 cuencas en la vertiente del Lago Titicaca, y 84 cuencas en la vertiente de Atlántico. Debemos trabajar en las zonas altas, y esa labor la debe realizar el Estado, y dependiendo de la magnitud de la inversión, las acciones las deben realizar los gobiernos regionales, y por último el gobierno nacional.
Las autoridades elegidas por las comunidades no están cumpliendo con sus demandas, y peor aún, no estamos gestionando en forma óptima el conocimiento para prevenir estos problemas.