Carnavales: Cambios de marcha
Mientras que en Puno las revueltas continúan, en otras ciudades el movimiento tiene otro cariz. Tarapoto, Ancash, Ayacucho Junín, Cajamarca han desarrollado con toda normalidad su vida económica, y también sus carnavales, y celebraciones.
En Cajamarca, por ejemplo, tierra del apresado expresidente, los carnavales-según la prensa-fueron exitosos. La ciudad recibió miles de turistas, en días de baile, música y celebración, y donde abundó también, en un hábito incomprensible para los citadinos, pintura y agua, arrojadas a modo de juego primitivo.
Huancayo también se ha realizado la fiesta de la Ruta de Huaylarsh en el Valle del Mantaro, y su propia versión de la celebración del Ño Carnavalón.
Otra ciudad que se hizo eco del ambiente festivo fue Huancavelica, y en Tayacaja se realizaron celebraciones. Y lo mismo ha ocurrido en Ancash, Ayacucho, y Cusco.
En esta ciudad, Rosendo Bacán, presidente de la Empresa Municipalidad de Festejos de Cusco (Emufec) indicó que al menos 50 delegaciones abarrotaron con música, danza y "q'ashwa" o celebración alegre en castellano, el centro histórico y que la fiesta se prolongó por algunas horas más, debido a la masiva concurrencia.
"Cusco entero, sus autoridades y sus habitantes estamos reactivando sus actividades y la economía. Este carnaval es una muestra de la necesidad de reactivación y lo hacemos junto a los turistas que están volviendo masivamente", expresó.
Por otro lado, luego de dos años consecutivos de cancelación por la pandemia del covid-19, la celebración del Carnaval Huaracino 2023 superó todas las expectativas. Turistas nacionales y extranjeros, junto a los lugareños, bailaron y disfrutaron por más de 20 días con las actividades programadas. Sus rostros pintados de colores fueron una expresión de un divertido espectáculo.
En esta ocasión, el barrio de Nicrupampa fue premiado por su destacada participación en las actividades organizadas por el Patronato del Carnaval Huaracino, que reúne a la Cámara de Comercio Industria y Turismo de Áncash, las municipalidades de Huaraz e Independencia, y cuenta con el patrocinio de diversas instituciones.
Por último, en Ica, se realizó, luego de 3 años, la Vendimia, que comenzó con la tradicional pisado de uvas. Una tradición de alegría, celebración que congregaba muchos visitantes. Son jornadas de baile, alegría y también música. La Vendimia forma parte de las actividades tradicionales más queridas y tradicionales de los peruanos, y a la vez las más concurridas. Estos son solo algunos ejemplos de ciudades que han decidido continuar con su vida normal, y realizar sus actividades económicas que les permiten obtener recursos, a diferencia de Puno, que ha perdido en estas algaradas alrededor de 250 millones de soles. Cifra que a los violentistas no les interesa.
¿La realización de estas fiestas implica que los ciudadanos de estas ciudades estén de acuerdo con el gobierno? Probablemente no, pero no añaden a un problema insoluble y de larga data como el político otro de orden público, que afecta el sensible aspecto económico, y que, a la larga, no provocará ni la renuncia de la presidenta, ni mucho menos el cierre del también odiado congreso.
No es difícil entenderlo, pero parece que para estos grupos ideologizados grupos sí. Mientras tanto, los ciudadanos seguimos esperando que se restituya el orden interno, y que se hagan las reformas políticas mínimas para librarnos de esta casta nefasta de autoridades que sabotea, y trunca los grandes esfuerzos que realizamos los ciudadanos para salir adelante, en un país que, desgraciadamente, no es el de las oportunidades.