EE.UU.: una elección de extremos
En un artículo reciente ('Fiscalía: la cuestión del poder'), el periodista y analista político Rafael Romero advierte de una lucha ideológica global por el control de instituciones estratégicas del Estado (lo que en inglés se ha estado llamando "Deep State" - el Estado profundo, en el sentido de un Estado paralelo, al acecho, preparándose para asaltar el poder). Es también la opinión de Miguel Vidal en 'A las armas ciudadanos', quien insta a una rebelión contra la intolerancia, la intimidación totalitaria e intransigencia del populismo de izquierda, como el que se extiende, según Vidal, en EE.UU. y en otros países.
Pero no menos cierto es que, el populismo no es exclusivo de la izquierda radical. También es notoria en el actual gobierno de EE.UU., con un presidente que evita desmarcarse claramente de teorías conspirativas como la llamada QAnon o que las alienta, como su ya conocida frase del 'virus chino'. Incluso, es hábil en disfrazar su apoyo a soluciones más enérgicas contra los que él denomina agitadores y matones de izquierda. Los hay, por cierto, pero también entre quienes apoyan a Trump desde la extrema derecha.
De modo que, basta con leer o ver los medios abiertamente "progresistas" y "conservadores", así como videos en Youtube, y revisar los comentarios en las redes sociales de EE.UU., para reconocer un creciente protagonismo de las corrientes más extremas y radicales, tanto en el partido Republicano como en el Demócrata.
A estas posturas radicales demócratas y republicanas, se suman corrientes de opinión y movimientos negacionistas, quienes piensan que la pandemia no existe o si existe no tiene la virulencia que tanto se difunde en los medios y que solo es una justificación para minar los derechos fundamentales, para una nueva era de opresión y supresión de las demandas sociales y económicas, o pedidos de cambio, gracias al confinamiento o cuarentena indefinida o intermitente. Otros, tanto en EE.UU. como incluso en países de América Latina, consideran que el virus fue creado o modificado intencionalmente por "elites transnacionales" que quieren librarse de la población pobre y de etnias incómodas.
Este escenario de miedo, conspiraciones, negacionismo y radicalismo es el que está presente en la campaña electoral de EE.UU., a veces alentado desde las mismas bases partidarias o, al menos, consentido peligrosamente por sus dirigentes. Se carece pues de un debate doctrinal o de un esfuerzo por explicar un plan de gobierno consistente, como acaba de ocurrir el 29 de setiembre, en el primer debate de los dos principales candidatos a la presidencia (y es que, hay otros candidatos de menor notoriedad que compiten también en esta contienda electoral, como los 'libertarios' de Jo Jorgensen y los 'independientes' de Brock Pierce o lo de Gloria La Riva).
Y a este escenario político explosivo, llegan las demandas insatisfechas de movimientos como el de "La vida de los negros importa" (Black Lives Matter) infiltrada, regularmente, en muchas de sus protestas, por activistas extremistas. Ha sido el caso de los miembros del movimiento Antifa (anti fascistas) y de los anarco sindicalistas. Del lado de los participantes del movimiento MAGA pro gobiernista (Make America Great Again: Hagamos grande nuevamente a EE.UU.) y de las caravanas o marchas que apoyan la reelección de Donald Trump, no han sido pocos los casos de presencias incómodas y peligrosas en sus manifestaciones, igualmente infiltradas por agrupaciones de la extrema derecha como el de las milicias (paramilitares), los llamados 'Proud Boys' ('Muchachos orgullosos') e incluso del Ku Klux Klan.
Pareciera que, el bipartidismo de EE.UU. se agota cada vez más. El régimen de partidos políticos necesita nuevas alternativas centristas que, promuevan el entendimiento, y que, de haber estado consolidadas en este momento, hubiesen aliviado el enfrentamiento destructivo actual, copado por el extremismo republicano y demócrata.
El votante de EE.UU. está obligado pues a escoger, este 3 de noviembre, de un menú electoral con pocos platos disponibles, dos de los cuales (el demócrata y republicano) están demasiado condimentados por la ira y la furia que podrían ocasionar un malestar crónico a la democracia de EE.UU. Siempre habíamos creído que el sistema en Estados Unidos, con una institucionalidad más fuerte, y una economía de mercado eran las fortalezas del país del norte, pero esta elección nos deja ciertas dudas.
Fuentes:
- Rafael Romero en: https://www.expreso.com.pe/opinion/fiscalia-la-cuestion-del-poder/
- BBC en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-45053116
- Qué es QAnon, la teoría de la conspiración según la cual Trump lucha contra la pedofilia y el "Estado profundo"
- Miguel Vidal en: https://www.actuall.com/medios/el-brief-a-las-armas-ciudadanos/