Detras de la cortina

Crisis del estado y desborde popular II

La delicada situación -que bien podríamos denominar Crisis del Estado y desborde popular II - en la que vivimos hoy, se puede explicar, en nuestra opinión, por una serie de razones:

-        - Un candidato que ofrece, como oferta de campaña, apoyar al agro en desmedro de la minería, ignorando las experiencias exitosas de convivencia entre ambas, y comparando la antigua minería, la del logo de Centromín-Perú, con el carrito minero, la chimenea y el humo, con la moderna, para muchos, híper regulada. 

-         - Un Estado que, en vez de ser garante de la empresa, la abandona a su suerte, y la agobia con reglamentos, papeles, sellos, y funcionarios indolentes. 

-        - Compañías mineras que en ocasiones actúan de manera inconsulta y arbitraria, y que luego piden asesoría a instituciones académicas para ayudar a mejorar su imagen. U otras que desechan un plan de prevención de conflictos de 2 años por uno de 2 meses o seis meses. 

-         - Poblados abandonados secularmente por el Estado, y que por esta razón desconfían de los gobiernos, y muchas veces confunden la labor del Estado con la de las compañías, mientras verdaderos delincuentes o terroristas ganan espacio, y alcaldes o gobernadores hacen poco. Y los partidos que defienden, supuestamente, la democracia y la economía de mercado están ausentes. 

-        - Un ejecutivo titubeante que envía a la policía desarmada y sin recursos, que después la desprotege cuando ésta es atacada por revoltosos o terroristas. que confunde diálogo con capitulación. Y que es incapaz de tomar decisiones audaces para revertir una desaceleración económica, y pese a ello, pide facultades. Un Congreso que posterga debates y asuntos importantes, y que se maneja con un espíritu de cuerpo en casos que atañen a conductas antiéticas y/o corruptas.

-          - Un Poder Judicial y Ministerio Público que no actúa con firmeza para castigar a los delincuentes, actuando contra la policía y la sociedad. 

-        -  Un gobierno que se jacta de luchar contra la corrupción, y de ser íntegro, pero no tiene empacho en insultar fiscales, y presiona para que cambien los jueces y fiscales. según ellos “sesgados”. 

-          Una dirigencia política -llamarla clase es demasiado- a la cual le importa poco los intereses de las mayorías, consolidar un estado de derecho y una economía de mercado. Preconizan el vote y cállese. Ya el actual magistrado del Tribunal Constitucional, José Luis Sardón, nos señaló que en el Perú definimos la democracia como un acto procesal. Nada más. 

-         - Una prensa de alfombra roja que pareciera tener temor de hacer preguntas incómodas, y otra que habla de unas firmas falsas sí, y otras no. 

-        -  Una prensa estatal, que, siguiendo nuestra tradición, no hace ni por asomo periodismo político objetivo, mientras el país sigue atónito e indignado el caso de de Martín Belaúnde, en TV Perú -cuya programación nos parece en otro aspecto interesante- habla de mascotas, terremotos, o algo así. El caso MBL es un caso digno de TV Perú Mundo, ese estupendo programa de la televisión estatal. ¿Qué pensará la conducción y equipo de producción de este asunto, ya binacional?

Estas son, en nuestra opinión, las razones de esta otra Crisis del Estado y desborde popular, de la que ya habló José Matos Mar, en su libro del mismo nombre, que estamos viviendo, y que continuará, nos tememos, más allá del 2016.

 

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