Venezuela: despilfarro irresponsable
Viví más de 20 años en Venezuela y tengo 4 hijos venezolanos. Como mi segunda y muy querida patria, busco enterarme cada día sobre lo que allí ocurre, comparto correspondencia por este medio tanto con amigos muy chavistas como de la oposición.
Todo esto me ha llevado a algunas reflexiones que deseo compartir:
1. Chávez llegó al poder simplemente diciendo la verdad al señalar la trayectoria de la clase política venezolana y sus logros desde 1958, año en que cayó Pérez Jiménez hasta finales del gobierno de Caldera. Eso fue suficiente, pues la realidad era apabullante: Carlos Andrés (Pérez) pasó de ser un tipo en alpargatas a ser uno de los latinoamericanos más ricos con una fortuna que decían llegaba a los 7,000 millones de dólares.
2. A todos los venezolanos, les dijeron que Venezuela era el país más rico del mundo, que su riqueza era tal que no se acabaría nunca. Por eso, eran flojos, pues no sentían necesidades. Chávez, no fue la excepción, tuvo la idea de que la caja fiscal daba para todo, hasta para pagar una parte de la deuda externa argentina solo para ganarse su apoyo incondicional. Desde ese punto de vista, se lanzó a ayudar ¡Hasta a la población pobre del Harlem neoyorquino al regalarle gas!
3. A 100 dólares el barril, a Venezuela ingresa no menos de 300 millones de dólares diarios. Si le quedaran al menos 200 millones líquidos, dispondría de la increíble suma de 73,000 millones de dólares. Se estableció un rígido control de cambios con cambio diferencial. Han pasado 15 años y, hoy por hoy, no hay dólares en Venezuela, se los robaron todos. Los culpables son los ricos allegados al poder y las "empresas de maletín", término que define a allegados al poder que tienen la capacidad de solicitar dólares preferenciales para hacer compras que nunca ocurren. Por ejemplo, Diosdado Cabello, uno de los "pata al suelo" pobres que empezaron esta "revolución" y actual presidente del Congreso, es uno de los hombres más ricos de Venezuela, hoy en día, partiendo, precisamente, de un sinnúmero de empresas de maletín.
4. La confiscación de miles de haciendas, de decenas de industrias "estratégicas o fundamentales" y la incorporación de chavistas en todos los niveles del poder han conseguido que la incapacidad e improvisación los lleven al desabastecimiento que ahora le achacan a la "guerra económica del imperio". Es su propia incapacidad, la idea de que el Estado es súper poderoso y de inacabable riqueza, lo que les hace creer que siguen en el mejor de los mundos.
5. Venezuela fue un país integrado sin divisiones internas ni raciales ni económicas. Uno podía ver en la calle a un ministro almorzando con su conserje, era imposible distinguir a un hombre muy rico de uno de clase media. No era como en el Perú de antes, ni siquiera como el de ahora. Uno a un negro que despachaba gasolina le podía decir tranquilamente: "negro, llena el tanque" y el moreno de ninguna manera se hubiera sentido insultado. En general, el pobre no tenía la menor consciencia de que era pobre, el pueblo era feliz y se sentía cómodo con su nivel de vida y acceso a bienes. Tuve mi empresa 15 años y nunca conocí a un pobre que se sintiera "pobre de solemnidad" ni ajeno al acceso a privilegios normales. Chávez dividió al país en ricos y pobres y, por ayudar a los pobres, hizo que estos se multiplicaran, pues la ayuda no era poca y la flojera es parte de la herencia cultural venezolana. Así, no cabe la menor duda que seguirán ganando las elecciones.
6. El despilfarro ha sido proverbial. La deuda externa venezolana es de las más grandes del mundo en relación con su población. Se ha hipotecado el petróleo, se regalan miles de barriles de petróleo, diariamente, a Cuba por una especie de solidaridad que nadie desea aparte de Maduro como heredero de Chávez. Hay un famoso préstamo chino que ha significado que ya no ingresen divisas suficientes para mantener una economía racional. No hay tal guerra económica del imperio, hay un despilfarro irresponsable que pasará a la historia. Los cercanos al régimen tienen aviones jet y yates enormes de su propiedad. Este es un gobierno militar que sólo tiene mano dura contra sus opositores mientras la delincuencia es tal que la ministra de prisiones, Iris Varela, negocia con los "pranes" o caporales delincuentes que gobiernan las prisiones y hacen lo que les da la gana. En las cárceles, ingresan prostitutas, muebles, de todo. No hay control, mientras en la calle los homicidios se han multiplicado por 6 en una década, convirtiendo a Venezuela en uno de los lugares más peligrosos del mundo.
¡Si esto es una revolución, pues no le veo ni pies ni cabeza, ni se le podrá echar la culpa a imperios o vecinos por lo que ocurre dentro del despelote más impresionante que haya visto la historia venezolana!
Creo que un gobierno de extrema derecha debe ser pésimo, terrible. Ahora, estoy convencido de que un gobierno de extrema izquierda es igualito, solo cambia el nombre.
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*Imprescindible mostrar diferentes opiniones sobre el intríngulis venezolano. En este caso un connacional de experiencia in situ da sus polémicos puntos de vista.
http://www.voltairenet.org/article182352.html?var_mode=recalcul
27-2-2014