¿Es tan importante la lectura?
Cuestionamiento. Hace pocas semanas culminó la 16° Feria Internacional del Libro de Lima con gran éxito. La cantidad de asistentes fue impresionante. Personas de todas las edades llenaban la Feria y muchos de ellos se retiraban alegres con sus adquisiciones. Sin embargo, es frecuente en nuestro país creer que, por lo que indican los medios de información, en el Perú la gente no lee.
Se suele comentar además, y con frecuencia, la necesidad de eventos como los de esta feria, en nuestra capital y en otras ciudades del país. ¿Pero, es acaso real este aparente desinterés nuestro por la lectura? Sin disponer de cifras concretas, me atrevo a decir, y estoy seguro que la mayoría de ustedes coincidirán conmigo, en que el porcentaje de peruanos que no leen o lo hacen muy rara vez debe ser considerablemente mayor que la de los peruanos que sí lo hacen.
Sin embargo, esta característica no es exclusiva de nuestro país. En todos los países, inclusive en los países desarrollados, el porcentaje de personas que habitualmente leen es considerablemente menor con respecto a los que no leen. Por ejemplo, en los Estados Unidos las ofertas de ferias literarias son iguales o menores dependiendo de la ciudad de la que hablemos. Si bien es cierto que el número de librerías y bibliotecas en ese país es considerablemente mayor, su realidad en cuanto al hábito de la lectura merece una observación.
Según una encuesta difundida antes de la crisis económica en ese país y publicada por la Jenkins Group Inc., una de las casas editoriales más importantes de Estados Unidos, se indicaba que el 80% de la población estadunidense no ha comprado o leído un libro en el último año, el 70% no lo ha hecho en los últimos 5 años, el 57% de las personas que empieza un libro no lo termina de leer y el 70% de los libros publicados no recuperan su inversión. Y si hablamos de otra manifestación cultural como es el cine, por ejemplo, podemos mencionar un artículo aparecido en el Philadelphia Inquirer escrito por Carrie Rickey hace apenas un año que señalaba que del total de las películas no americanas (no en inglés) que se exhiben en Estados Unidos al año, éstas apenas representan el 0.75% del total de la taquilla del país en el año. Es importante mencionar que casi la totalidad de estas películas extranjeras que se exhiben en Estados Unidos son películas premiadas en los más importantes Festivales de Cine.
Ahora entonces viene el cuestionamiento. Si los libros son tan importantes para nuestra amplitud de conocimiento, ya que debería proporcionarnos una mayor tolerancia y un análisis más justo e imparcial sobre cualquier particular, ¿por qué un país como Estados Unidos que tiene un hábito tan reducido por la lectura o por expresiones culturales foráneas, es más organizado, más justo y económicamente más próspero que otro país con el mismo aparente desinterés cultural, pero que pertenece al grupo de países en desarrollo como el nuestro? Entendería si las diferencias abismales que existen entre ese país y el nuestro se limitara al aspecto económico y por ende a las mayores oportunidades y comodidades que sus ciudadanos tienen, pero no es así. Es un país sumamente organizado y donde los índices de racismo e intolerancia son considerablemente menores que en nuestro medio.
A eso podemos agregar ese concepto de mayor honestidad e imparcialidad que no será perfecto, pero que definitivamente es muy superior al nuestro, no sólo en cuanto a las responsabilidades de sus gobernantes para con su gente, sino también de sus ciudadanos para con su país.
Por otro lado, quienes han tenido más opciones en el Perú para la lectura son las personas con mayor poder adquisitivo, las mismas personas que a través de los años han estado en el poder, ya sea este económico, social, político o una mezcla de ambos. En el caso político, indiferentemente a qué partido ideológico estas personas pertenecían o de qué institución armada formaban parte, estas personas con mayor promedio de lectura, no han sido con el país y su gente lo suficientemente tolerantes, justos o comprometidos para gobernarnos. Pero culpar a estas personas de todas nuestras carencias es injusto. La falta de compromiso para con nuestro país es una característica de toda nuestra población sin distinción alguna. En este aspecto sólo nos diferenciamos por la proporción de responsabilidad o irresponsabilidad que tenemos para con nuestro país. En fin, sólo me cuestiono.
*Comunicador Social, Universidad de Lima.