En el aspecto económico es positivo que más allá de la crisis se haya mantenido una estabilidad y que, a diferencia de la crisis de 1998, el estado peruano esté saliendo mejor librado, en parte por la inversión pública y privada (concesiones) y también por la expansión de mypes comerciales y de servicios, así como por el crecimiento en el sector de la construcción. Pero, pudo hacerse mejor si se hubiera aplicado el plan anticrisis antes de negar los problemas económicos internacionales, como nos reveló el economista Waldo Mendoza, anticipando en esta página web la cifra de 0% de crecimiento, que frena la reducción de la pobreza.

La política estuvo marcada por la crisis de Bagua de 54 días de duración y 34 muertos, donde al parecer no existe la menor intención de aclarar los hechos ni sancionar a los responsables, más allá de ese nefasto e inútil interés del Congreso (que incluso pretende determinar responsabilidades políticas y penales) y otras comisiones de superponerse a las fiscalías y a la labor policial.

Desafortunadamente, las expectativas en la denominada Comisión Investigadora de los sucesos de Bagua no han sido satisfechas plenamente, pues el informe presentado el 29/12/2009 sólo fue suscrito por dos de los cinco comisionados. Mientras tanto, en la segunda semana de enero se evaluarán los informes de las otras tres mesas de trabajo que integran el Grupo Nacional de Coordinación para el Desarrollo de los Pueblos Amazónicos.

Los hechos de Bagua son representativos sobre la carencia del Estado peruano de una política en comunicación eficaz que acompañe a su acción política, que es menester empezar a diseñar, pues gran parte de las políticas de gobierno se imponen sin un mínimo consenso, en áreas tan importantes como la agraria y medio ambiental (y ese fue el caso de los Decretos Legislativos 1064 y 1090 – ya derogados). Sin embargo, cabe resaltar una vez más que esta política de comunicación no servirá de nada si la gestión sigue siendo mala.

En general, el gobierno ha pasado este año con la política de hacer tiempo, poner en agenda temas no importantes. Para el régimen los temas han sido la ley mordaza, los Juegos Panamericanos, el caso Chile, el espionaje, mientras que para los medios las noticias importantes eran los crímenes de figuras del espectáculo. De las reformas políticas y económicas, poco o nada. Se hace lo de siempre: que el siguiente gobierno se encargue del problema. Patear la piedra.

Es en este contexto - y en medio de una polémica acerca de la ley de exoneraciones tributarias en zonas altoandinas - que Mercedes Aráoz asume la cartera de Economía. Sobre la las razones de este hecho, es sabido que Carranza se oponía a este tipo de medidas, pero lo más probable es que en este tiempo el gobierno ante las críticas de lentitud en el gasto social, necesite una ministra más “permeable” a la situación. Y por lo demás, a Aráoz se la considera inteligente, pero también carismática y atractiva. Atributos necesarios en la política peruana, tan afecto a las imágenes y a las emociones.

Pero desde esta página de análisis y opinión anhelamos que la ejecución del presupuesto público sea tan ágil y efectiva en el cumplimiento de las metas de competitividad, a través de las concesiones - aspecto reclamado vivamente por la CONFIEP - como en los asuntos claves de seguridad interna y externa (la subversión sigue causando muertes y la inseguridad pánico). Esperamos también una mayor focalización de los programas sociales, aumento de la cobertura en salud y mejora en la capacidad estatal para la prevención de conflictos (incluyendo la regional y local), desarrollando una política de comunicación y no solo de información, como lo resalta nuestro entrevistado del mes, el periodista Manuel Súnico.

Los hechos violentos sucedidos recientemente en la empresa azucarera Cartavio, el 21 de diciembre pasado, y el motín en el Penal de Huancas (Chanchamayo) el 31 del mismo mes nos demuestran que la crisis de autoridad y prevención de conflictos continúa latente, a pocos días de iniciado el 2010.

Volviendo a Aráoz, se vuelve específicamente en una ministra funcional (Comercio Exterior, Producción, Economía ). Y también una ministra modular en un año preelectoral. Deberá acelerar el gasto y la inversión pública sin caer en el derroche. Modular el gasto, la frase que puso en boga el ex ministro Valdivieso. Titánica tarea, y esperemos que no imposible de cumplir.

En la agenda del gobierno debería estar también la siempre postergada reforma del estado, de la administración pública y la culminación de la negociación de los tratados internacionales, buscando beneficios para todos los agentes económicos, considerando la experiencia obtenida en la negociación de los acuerdos anteriores.

Más allá de las suspicacias en torno a su desempeño, deseamos sinceramente que la flamante ministra esté a la altura de la circunstancias, y que este año nos encaminemos a la paz social y el desarrollo.