Raúl Chanamé: La falta de ideologías nos ha llevado a un debate jurídico penal: quién es más corrupto
El mensaje del presidente Ollanta Humala ha sido decepcionante, en un año pre electoral y un vendaval de acusaciones sobre él, su esposa y su gobierno.
En la siguiente entrevista, el Dr. Raúl Chanamé, abogado, catedrático, ex decano del colegio de Abogados de Lima, analiza con nosotros las características de nuestra precaria e ineficiente democracia.
Chanamé, magíster y doctorado en la UNMSM, con Postgrado en Derecho Constitucional en la Universidad de Salamanca y de Derecho Comparado en la Universidad de Zaragoza en España, profesor de la UNMSM, ha publicado libros sobre su especialidad, entre los que destacan “Diccionario Jurídico Moderno”, “Diccionario de Ciencia Política”, “Teoría del Estado” y “Derecho Constitucional”, y recientemente "La República inconclusa”, ha sido columnista en los diarios “El Comercio”, “Expreso” y “El Peruano”, y piensa que la clave de nuestros problemas está en los partidos, o mejor dicho, en la falta de éstos.
Ddlc: En el discurso del presidente alarma lo que no se dijo, en especial sobre las elecciones y la transferencia de poder, o prefiere dejar el tema al Premier ¿Cómo lo evalúa?
RCH: La situación política del gobierno es sumamente complicada, y el discurso, a un año de finalizar su mandato se esperaba, por sentido común, que abordara tres temas, seguridad, es el tema más agobiante para la opinión pública, ahí están todas las encuestas para corroborarlo, y existe una sensación de inseguridad alarmante.
El segundo tema es el manejo presupuestal de este año, que requiere que sea equilibrado y realizado con criterio técnico, para evitar caer en una tentación populista de repartir el dinero cuando ya hay signos negativos y aparecen índices de inflación, y cómo se va entregar la economía al próximo gobierno, y el tercero es el de las elecciones que implica varias cosas, responsabilidad, claridad en la gestión, separar al partido del estado, y que las elecciones sean lo menos polarizadas posibles, y de eso depende del ejecutivo, que ha dado señales de nerviosismo, intemperancia, para enfrentar a los adversarios políticos.
Sobre estos aspectos, vemos que hay incertidumbre porque no sabemos cómo se va desenvolver el régimen en relación a las elecciones, mucho más aún, cuando acaba de perder la presidencia del congreso, y carece de un candidato de fuste para poder valerse de un grupo parlamentario que lo pueda blindar de las inevitables futuras investigaciones.
Ddlc. En las últimas entrevistas, el mandatario acaba de culpar a la oposición y los privados, muchas veces con expresiones de grueso calibre, de problemas cómo recesión e inseguridad. ¿Cuál es la cuota de responsabilidad de cada cual?
RCH: El poder ejecutivo tiene la función de gobernar, y si algo sale mal no es culpa de la oposición. La oposición tiene la función de fiscalizar, controlar, y a veces hace cuestión de estado sobre algunos temas. Ése es su papel. El presidente Humala cuando estuvo en esa posición en algunos casos fue radical. Toda oposición se caracteriza por eso, sin caer en el golpismo, pero no es quien marca la agenda política, es el ejecutivo, porque tiene la capacidad de plantear las políticas de estado.
La inseguridad no es un problema de la oposición. Es un problema del país, y que se agrava porque, en general, no funciona el poder judicial, el ministerio público, la policía. Independientemente que la oposición haga cuestión de estado, entonces el gobierno tiene que asumirlo de manera serena, y el presidente tiene que ponerse por encima de las rencillas durante estos meses. Hay temas que deben comprometerlo en su gestión, y buscar dejar un buen recuerdo. Existen graves problemas de inseguridad, y el congreso tiene que emitir decretos legislativos de urgencia que funcionen, y frenen este espiral de violencia que vivimos en los últimos meses.
Ddlc: ¿La elección de Luis Iberico augura un manejo mejor en el congreso, o servirá de poco con un congreso hiper-fraccionado y un presidente de lenguaje y actitudes destempladas?
RCH: Sí el presidente es taciturno, y el primer ministro que ha sido confrontacional, son dos personalidades que no conjugan para la opinión pública. Si es confrontacional, el premier debe ser calmado, y viceversa. Ahí también funciona el equilibrio de poderes.
Humala es desproporcionado en temas familiares, y un político con experiencia debería guardar la ponderación. El gobernante siempre está sometido a críticas duras, y la opinión pública es severa, y así ocurre en cualquier país democrático. Un presidente equilibrado siempre derrota a una oposición desenfrenada La oposición puede excederse, el mandatario no.
Ddlc: Este no ha sido el caso de esta oposición, que ha sido en extremo comprensiva, por decir lo menos.
RCH: Sí, ha sido muy tibia. Lo de Iberico fue inevitable. El oficialismo no pudo presentar ningún candidato mejor, ha caído en descrédito, su manejo del parlamento ha sido pésimo, con políticos como Abugattás, que no han sabido generar una política de consensos mínimos, y han impuesto a personas sin el menor manejo ni experiencia. La votación del Congreso fue contundente. Ni sus satélites han podido ayudarlos.
Ddlc: Entre ellos, grupos como Solidaridad Nacional, que le han lanzado salvavidas, más que el toledismo.
RCH: El toledismo es débil, y Solidaridad se ha prestado para este juego, y ni ése salvavidas ha funcionado.
Iberico puede hacer una mejor gestión y un tránsito adecuado que garantice elecciones limpias, plantear una agenda legislativa mínima, sacar 4 o 5 leyes importantes de aquí hasta julio del 2016. Es una gran responsabilidad en un momento crucial, y una buena presidencia ayudará al ejecutivo, con el cual debe coordinar.
Ddlc: ¿La elección del Defensor del Pueblo debería estar en agenda?
RCH: Creo que sí, en tanto se genere un consenso, y evitarle al próximo gobierno buscar nuevos pactos para encontar uno. El próximo año se demoraría un año más, por lo menos, para elegir uno. La defensoría es una institución que está con interinos, y eso no es posible.
Ddlc: ¿Hay quienes afirman que el haber pasado de un plan de gobierno a otro es la causa del insuceso del régimen? ¿El presidente se ha quedado al medio de su propia Gran transformación?
RCH: Creo que los políticos cambian. Recordemos a Alan García, Fujinori, y al propio Toledo. Una cosa es la promesa, y la campaña, y otra la realidad y el gobierno, pero siempre hay que hacer el mea culpa, y no cambiar de política y ponerse a silbar. El gran error del humalismo fue no encarar y modificar el radicalismo de sus bases, provincianas, de izquierda, regionales, representantes de los segmentos más pobres de la sociedad, con un discurso ultra.
Ese discurso radical era imposible en el gobierno, debieron autocriticarse, y decir que se excedieron en la campaña. ¡Ofrecieron el balón de gas a 12 soles¡ Todo valió para llegar, pero cuando se llegó había que decir que no era posible cumplir ciertas promesas. Si no lo hace, el ciudadano se siente embaucado, y el desengaño es muy grande.
Ddlc: Hizo campaña con la izquierda, y gobierna con la derecha, pero no bien.
RCH: Llega con la izquierda, gobierna con la derecha, pero no le creen.
Ddlc: Llega como un converso, pero no le creen.
RCH: Exacto, pero los conversos autoproclaman su nuevo credo. Los gobiernistas no se llaman liberales, se siguen llamando nacionalistas. El programa es liberal, es lo más frustrante y demoledor para la izquierda, que no se va a poder recuperar en algunos años de este interregno, porque la gente votó por la izquierda.
Ddlc: Desde hace un tiempo un amplio sector de la opinión pública reclama la llamada reforma electoral, de los partidos políticos, o del modelo de descentralización. Para otros, lo que se necesita es un cambio de sistema político. ¿Cuál es su posición? ¿Bastan reformas específicas o nuestro sistema político se agotó?
RCH: Si hacemos una evaluación de nuestra vida institucional, nos damos cuenta que hemos avanzado de a pocos, hemos hecho cambios concretos, básicamente en el sistema electoral, lo que viene fallando es el sistema de representación, no tanto los gobiernos regionales como a escala nacional. Necesitamos identificar el problema electoral, y que se traduzcan en soluciones políticas concretas.
Hay que reformar el sistema electoral, y lo malo es que en el Perú siempre se discute la reforma electoral en el último año de gobierno, el peor momento, porque se sospecha que puedan tener un sesgo o un interés. Lo ideal será discutirlas al inicio, no en los minutos suplementarios. Y esto es válido para cualquier reforma.
Ddlc: ¿Qué modificaciones propone usted?
RCH: En el caso del sistema electoral, creo que la piedra de toque es la necesidad de modificar las circunscripciones electorales, que son la clave del fracaso de todo el sistema político peruano. Tenemos un sistema plurinominal que elige en abstracto representantes, el sistema que funciona en las democracias avanzadas es el uninominal, es decir, el territorial. San Juan de Lurigancho debería tener 3 congresistas, por la densidad de su población.
Si nuestro sistema no cambia, estoy seguro que la situación no va a mejorar. Lo del bicameralismo será más de lo mismo con un sistema fallido.
Ddlc: Hay que evaluar estos cambios antes de pasar al bicameralismo.
RCH: Por supuesto. Con este sistema, el bicameralismo fracasaría igual que el unicameralismo. El sistema no ha fracasado por ser una cámara, sino porque los congresistas no representan a nadie.
Ddlc: Y porque los partidos políticos pierden representatividad, como este gobierno, por desgaste, u otros errores.
RCH: Claro, y el otro tema importante que se discute mucho es el voto preferencial, pero sólo se podrá anular el día existan partidos con una auténtica democracia interna. De lo contrario…
Ddlc: Volvemos a los cacicazgos.
RCH: Así era en los 80. Ésa era la famosa democracia de los partidos. Los elegía el jefe. Los 10 primeros ya sabían que eran los elegidos. ¿Y ahora queremos volver a ese modelo? Insistimos en que el problema de la democracia peruana no es el voto preferencial, el problema está en los partidos.
Ddlc: O la falta de auténticos partidos.
RCH: Los de ahora son grupos lobbystas, que se agrupan bajo intereses privados: movimientos invertebrados, sin programas. La izquierda gobierna como la derecha, los de derecha se pueden hacer llamar socialistas de mercado. Hay una confusión, y el electorado no sabe por quién está votando.
Lo ideal sería que el sistema sea previsible. Si soy de izquierda, voto por alguien de izquierda, y si soy de derecha, voto por la derecha, y sé cuál es su programa, pero acá existe un extraordinario transfuguismo de las cúpulas, en relación a sus planes de gobierno.
Ddlc: A propósito de la publicación de su libro "La República inconclusa” ¿no considera que, lo inconcluso es la formación de una verdadera nación? En todo caso, una forma republicana de gobierno podría contribuir en terminar ese proceso inacabado.
RCH: Sí y no, pero lo inacabado son las instituciones. No hay partidos, y queremos tener una democracia sin partidos. Los que se llaman partidos no son democráticos, sino autocráticos, caudillistas, feudalizados. ¿Esos partidos van a construir la democracia? ¿Con candidatos elegidos a dedo, vamos a tener una democracia avanzada? Eso es puro cinismo.
Ddlc: Es una quimera.
RCH: Tenemos una juventud deseosa de hacer política, como ha demostrado en la marcha contra la ley de empleo juvenil, pero no existen instituciones. Ellos han querido crear sus partidos.
Ddlc: No han encontrado canales de representación que los identifiquen.
RCH: No hay una cuota de jóvenes alta. Lo ideal es que sean menores de 30 años, y sería un avance extraordinario para el sistema político peruano, pero qué partido va aceptar a estos jóvenes. Ninguno, porque en el Perú primero se tienen que morir los líderes
Ddlc: Estos jóvenes están a favor o en contra de algo, pero no de un partido.
RCH: Los partidos de derecha e izquierda los usan, pero cuando un joven quiere llegar a un cargo, chocan con los grandes poderes, que jamás van a darle su lugar. Eso ocurre en todo el sistema político, en el que no están representados los jóvenes ni las mujeres.
Ddlc: ¿Está de acuerdo con quienes, como el ex congresista Javier Valle Riestra, consideran que, en la práctica no tenemos una democracia, sino solo un conjunto de libertades económicas y políticas?
RCH: Creo que es una democracia de baja intensidad, que emerge en un espacio de costumbres, donde hemos tenido una ultraizquierda autoritaria, y una ultraderecha autoritaria, y votamos como un acto procedimental. No hay más democracia que eso.
Ddlc: Pareciera que ahí se terminara el sistema.
RCH: Aquí no hay primarias, como en Uruguay, México, o Chile, ni ejercicio programático, donde exista democracia deliberativa.
Ddlc: Con ideologías. Antes asustaba la del presidente, ahora asusta su falta de ideología.
RCH: Lo peor es la carencia de debates, de ideas.
Ddlc: Bedoya decía “criticamos al APRA por las ideas que tienen, y a Acción Popular por las ideas que no tienen”. A este gobierno se le puede decir algo parecido.
RCH: Sin duda, pero esto se aplica a todos. Las ideas del APRA fueron correctas para los años 20 y 40, pero no para el siglo XXI, y la izquierda antes de la caída del muro de Berlín tenía un discurso aceptado por los jóvenes. En la actualidad, carece de un discurso económico de gestión, alternativo. Entonces, la falta de ideas hace que nos hayamos refugiado en un debate jurídico, de naturaleza penal: quién es más corrupto.
Ddlc: La política se ha judicializado.
RCH: Hemos retrocedido tremendamente, en vez de hablar de Sartori hablamos de Lombrosio, y en vez de hablar de un manifiesto político hablamos de un código penal. Entonces, no es posible organizar una discusión pública bajo esa lógica, quién mató más, quién robó más. La campaña que se viene puede ser así, y eso es peligroso porque vamos a seguir en lo mismo, sin alternativa.
Ddlc: No hace mucho el periodista José María Salcedo decía que el Estado unitario, tal como lo establece la actual Constitución, está caduco. ¿Cuál es su opinión, teniendo en cuenta lo poco eficaz que ha sido el proceso de regionalización en el país?
RCH: Sin duda, el estado unitario fracasó en el siglo IXX. Lo que ha dinamizado el país ha sido el mercado, La carretera Panamericana jugó un papel extraordinario, y ahora la tecnología, pero necesitamos una estructura carretera, caminera. Y el papel del estado es brindar la infraestructura, aparte de los servicios. ¿El problema del Perú lo ha creado el mercado o la carencia de mercado? La extrema pobreza aparece donde no hay mercado, ni infraestructura.
Ddlc: Aspecto en el que tenemos del déficit monstruoso.
RCH: Por supuesto, la única zona moderna del país es la costa por la Panamericana, y en los andes, los productos cuestan el doble.
Ddlc: Y en la selva ni que se diga.
RCH: La regionalización no ha funcionado por esa razón. Lo que produce San Martín, Iquitos, o Puno no tiene como transportarse, para ofrecerse a precios adecuados, y se produzca un intercambio que enriquezca a las regiones. Mientras no se cree una infraestructura básica, la postración y la desigualdad se va a mantener. La regionalización como idea no está mal, pero necesita obras y presupuestos.
Colombia en los últimos 50 años, a pesar de sus problemas, ha tenido la capacidad de crear infraestructura, burguesías provincianas y regionales que han dinamizado el mercado. En el Perú el único Metro está en Lima, Chile tiene 3 Metros en provincia, Colombia tiene 3 en el interior.
El Metro acá es un tema de agenda de hace 80 años. La capital sigue siendo el centro de la infraestructura moderna. ¿Por qué no construimos uno en Arequipa o Cajamarca? Porque somos centralistas. El 80% del presupuesto lo tiene el ejecutivo, el 20% lo tiene la municipalidad y las regiones.
Si no invertimos esa lógica, ni con regionalización, ni con el federalismo, no acabamos con el centralismo.
Ddlc: ¿Cómo ve el panorama de aquí al 2016? ¿Habrá outsiders o anti sistemas a la derecha o izquierda?
RCH: Hay 3 espacios cubiertos, pero la mesa tiene 5 patas: una es Keiko Fujimori, la otra es Alan García, Pedro P: Kuckynski, faltan dos, el candidato del oficialismo, y el contestatario, de izquierda.
Pareciera que el cuadro está completo, pero cualquier cosa puede ocurrir, porque el electorado peruano es volátil.
Ddlc: El sistema político favorece eso.
RCH: Si, pero si hacemos un análisis de las tendencias de los últimos cuatro años, vemos que electorado quiere votar por candidatos conocidos, y entre los tres suman el 70% de la población.
Según una encuesta sobre fidelidad del votante, en la mayoría de los casos, la fidelidad se está manteniendo en 70%. Antes no era así. Hace 10 años uno votaba por un candidato pero su fidelidad llegaba al 10%, y en cualquier momento podía cambiar. Eso le da poco oxígeno a un outsider o un anti sistema que pueda acumular y representar las frustraciones de la gente.