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Acción Popular: ¿Lampa enterrada?

Johnny Lescano, exmilitante de izquierda, y principal responsable de la grave crisis en Acción Popular. Foto:Caretas.

Lo ocurrido en Acción Popular no debería sorprender a nadie. Más bien, lo que debería sorprender es que este grupo se haya mantenido unido tanto tiempo.

Formado en los años 60, el partido tuvo su momento en los 60, y 80, la verdad es que con muy pobres resultados. Nuestra madre, que no era politóloga, nos dijo alguna vez: No me gusta Belaúnde. Primero nos dejó a Velasco, y luego a García 1. Y no le faltaba razón.

Ya Bedoya, a quien se le vinculaba al partido de los gerentes, decía: “criticamos al APRA por las ideas que tienen, y a Acción Popular por las ideas que no tienen. Y es que, entre derecha e izquierda, tampoco se ubica realmente en el centro. También se le definió como “una federación de independientes”. 

En los últimos años, sin embargo, entró en un proceso de izquierdización, primero apoyando al expresidente Humala -que luego éste haya realizado un viraje a la derecha es otro asunto-y luego entró en devaneos sobre la actividad empresarial del Estado, y la verdad, muchas veces, como furgón de cola de la izquierda, aquella con la que, a pesar de su posición no definida, siempre se desmarcó Belaúnde.

Esta es la bancada de Lescano, un antiguo militante de ese sector, que por momentos parecía lejos de un partido de centro, cuestionando el mercado, entre otros aspectos.

Obviamente, esto se fue concretando en tendencias: los de Barnechea, García Belaúnde, o Diez Canseco, más derecha, o los de izquierda, como Lezcano y compañía. La bancada es el reflejo de una entelequia de lo que fue el ambiguo belaundismo, un movimiento no modernizado de pobres resultados, y la deficiente gestión del exalcalde Jorge Muñoz fue una muestra más de ello. En otras palabras, inacción e indefinición.

No olvidemos que en la primera administración tuvo severas denuncias de corrupción, la más grave de la página 11, que terminó con el golpe del estado de Velasco -dictador increiblemente añorado por muchos- y en el segundo, entre otros, por el caso Guvarte y el de la Compañía Peruana de Vapores. Tampoco fue capaz de manejar el orden y la seguridad interna. Desde las revueltas de Luis de la Puente en los años sesenta hasta la aparición de Sendero y el MRTA en los ochenta.

Sin embargo, en esta ocasión el asunto ha sido más grave. A la mitad de la bancada se le sindica de haber recibido prebendas y hasta dinero del entorno de Pedro Castillo, a cambio de respaldar a su régimen.

Hasta el momento, 8 han renunciado al grupo parlamentario y el causante de esta crisis, Darwin Espinoza, no ha dejado a su puesto de “vocero” de bancada. Uno de los más cuestionados legisladores encumbrado a un puesto de gravitante importancia. 

Fernando Belaúnde, encabezó un gobierno ineficaz pero a él siempre se le reconoció su honestidad. Se le pueden- y se le deben hacer- todas las críticas por el nefasto paso de Acción Popular por la administración pública, pero su partido merecía una reestructuración, tal vez un nuevo ideario, pero no que se le califique por toda una bancada- finalmente reflejo de sus votantes- por todo un grupo de patético de aventureros, por decir lo menos.