Nuestra ilusión por viajar empezaba por la visa a Italia. Estamos en un mundo globalizado, pero algunos ponen barreras, con razón o sin razón. En nuestro caso, fue un trámite engorroso donde adjuntamos un expediente con los requisitos exigidos por la embajada y la entrevista que no es otra cosa que una sola pregunta ¿Tiene familiares o amigos en Italia? Familiares directos ninguno, sólo algunos amigos. Cuando regresamos después de tres días un señor al que ni siquiera se le veía la cara nos entregó el pasaporte y dijo ¡Feliz viaje! No lo podíamos creer. Caminamos aproximadamente 3 cuadras y volvimos a revisar hasta que nos convencimos. Compramos el pasaje y cuando llegamos al aeropuerto de Barajas en Madrid estuvimos preocupados porque un pasajero nos dijo que cuando se viaja por primera vez suelen haber problemas en migraciones, pero eso no ocurrió. No tuvimos problemas, sólo unas horas de retraso de vuelo al Aeropuerto de Boloña. Llegamos el 24 de diciembre en la mañana, donde nos esperaban peruanos en el aeropuerto y luego nos dirigimos a Florencia (Firenze) donde pasamos la noche de Navidad con una cena, que no se celebra a las doce de la noche como en nuestro país.
En Italia respetan mucho los días festivos: no hay un solo negocio abierto, los museos están cerrados, no hay servicio público, además esos días estuvo lloviendo, nevando y hubo demasiado frio. No hubo un día que dejara de llover, entonces no quedó más que abrigarnos y con paraguas en mano comenzamos a recorrer la ciudad de Florencia que por cierto es una ciudad turística, de gran belleza arquitectónica, donde nos impresionaron los museos de La Basílica de Santa Maria dei Fiori que es la Catedral (Duomo en Italiano) de la archidiócesis católica romana de Florencia. Es una de la obras maestras del arte gótico y del primer Renacimiento italiano, símbolo de la riqueza y del poder de la capital Toscana. La Catedral Florentina es uno de los edificios más grandes del cristianismo. Ponte Vecchio (puente viejo en castellano) es un puente medieval sobre el río Arno en Florenci. Se afirma que construido de madera por los romanos, quedó destruido por una inundación en 1333 y luego se reconstruyó, esta vez enteramente de piedra en 1345. Su diseño se atribuye al arquitecto y pintor italiano Taddeo Gaddi.
La impresión que nos hemos llevado de Italia es que su gente posee una cultura formidable. Es respetuosa y amable. Además hay tranquilidad mientras se recorre la ciudad, sin temor a que nadie le arranche la cartera o le corte el bolso. Las joyas se pueden lucir, algo que difícilmente se puede hacer en Lima.
El 26, 27 y 28 de diciembre del 2009 estuvimos haciendo turismo en Roma, donde se encuentra el Coliseo de la época del Imperio Romano, que según relatan fue construido en al Siglo I. Está ubicado en el centro de la ciudad de Roma, bajo la jurisdicción de la ciudad del Vaticano y es uno de los monumentos más famosos de la antigüedad clásica, fue usado durante casi 500 años. A pesar que su estructura está dañada debido a los terremotos y a los picapedreros, el Coliseo Romano siempre ha sido visto como un ícono de la Roma Imperial. Es uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad además de haber sido llevado al cine en múltiples ocasiones y es una de las nuevas siete maravillas del mundo. También visitamos la Plaza de España, el Museo Nazionale Emigrazione Italiana, la Basílica di Santa Maria Maggiore, el Teatro dell Opera, la Basílica Santa María degli Angeli e del Martiri, donde observamos que todos están construidos a base de mármol, adornados con con unas pinturas bellísimas a través de las cuales describen sus vivencias y que impresionan a cualquier turista. Nunca habíamos visto algo tan pintoresco y a la vez tan hermoso.
Siena - ubicada en las colinas de Toscana - es otra ciudad que tuvimos ocasión de conocer- y no prosperó bajo el gobierno romano sino cuando se convirtió en un gran centro financiero y de comercio de lana. La Universidad de Siena, famosa por sus facultades de Derecho y Medicina, aún se encuentra entre las más importantes de Italia. Es una zona muy concurrida por turistas. Nos quedamos impactados con sus grandes obras de arquitectura y pintura, sus construcciones antiguas, con calles angostas y edificios inmensos, donde hace demasiado frío a pesar que hay un radiante sol que no calienta nada.
Además visitamos Volterra, una linda ciudad donde abunda la plantación de olivo y viña, con mucha vegetación, y donde se respira un aire puro.
Ahora, a la distancia, creemos que la odisea de la visa valió la pena.
*Abogada, USMP.