< Detras de la cortina

Liderazgo y la alegría de lo simple en Villa El Salvador

Cuando se invitó al Club de Conversación en Alemán (una agrupación promovida por la Red Alumni América Latina Alemania – RE@L en Perú) para que participe en una actividad navideña para niños y niñas de Villa El Salvador, nos preparamos para una caminata en el arenal. Sin embargo, ese 26 de diciembre llegamos a nuestro destino en uno de los numerosos buses que recorren el distrito en toda su extensión.

Aunque el sector 9 (El Oasis) es una de las áreas menos desarrolladas del distrito, y por lo tanto, tiene carencias en servicios públicos como agua y saneamiento, sí tiene transporte público rápido y efectivo, lo que permite a la población acceder a los distritos limítrofes e incluso llegar hasta el mismo centro de la capital.
 
No menos sorprendente fue encontrar la alegría desbordante de niños y niñas en su local comunal, a pesar de no tener las comodidades que otros locales tienen. Sin embargo, lo que para nosotros son carencias, para ellos, no son más que circunstancias. Este ambiente de entusiasmo es construido y alentado por varios jóvenes, comprometidos con el desarrollo de su comunidad y apoyados decisivamente por los padres. Sin duda, un caso ejemplar de liderazgo local.
 
Hace mucho que no nos alegraba lo simple, y fueron estos niños quienes nos lo recordaron. Gracias a esta iniciativa y a ellos pudimos disfrutar de un dar y recibir continuo. Estos son los lugares propicios para que los niños tengan un espacio para su creatividad, sin ser necesarios los “juegos en línea” o el “wii”. Bastaron montoncitos de papel higiénico de colores (a falta de sillas) para jugar a “El que se fue a Barranco perdió su banco” o rollos del mismo papel para competir por cuál grupo es más rápido en convertir a su invitado en una momia.
 
De un lado, la alegría de lo simple, del otro lado una muestra más de liderazgo local, allí donde el Estado tarda en llegar o lo hace de manera insuficiente.
 
Tenemos que estar atentos a estas iniciativas locales para contribuir con ellas, aportando nuestra cuota de tiempo o recursos, según nuestra disponibilidad. Es una forma concreta de ser solidarios.
 
Ya la dinámica propia de la actividad, iniciativa o proyecto seguirá generando resultados, y con suerte, multiplicará su ejemplo en las comunidades vecinas, fortaleciendo el liderazgo local y recordándonos la alegría de lo simple.