< Detras de la cortina

Jorge Guillén: “Falta conciliar la ejecución del gasto con los gobiernos regionales”

Con una economía desacelerada, la aparición de un fantasma de inflación, un dólar en alza, un anunciado aumento del déficil fiscal para el próximo año al 3%, un fenómeno de El Niño inminente, y una campaña electoral que, como es de suponer, traerá propuestas populistas, el economista Jorge Guillén, profesor de la Universidad ESAN, PhD en Economía de West Virginia University, Master en Quantitative Economics de la Universidad de Alicante, economista de la Pontificia Universidad Católica del Perú, analiza algunos aspectos de la coyuntura económica, y destaca la necesidad de mejorar la ejecución del gasto, aunque mencionando lo complejo que puede ser ese aspecto, a juzgar por nuestra historia.

Guillén, economista con Especialización en métodos cuantitativos aplicados a economía y finanzas, ha sido consultor del Ministerio de Economía, y profesor visitante en Portland State University, consultor nacional e internacional en temas económicos, señala además que, como es obvio, el 2.5 % que se anuncia de crecimiento para este año, no será suficiente.

Ddlc: ¿La reciente emisión de bonos soberanos por parte del Estado para financiar las obras de prevención ante el fenómeno del Niño, tendría algún efecto, sobre el monto de deuda externa, por ejemplo, de la cual ya casi nadie habla?

JG: La deuda externa peruana es una deuda manejable, la emisión de bonos es una manera de financiarse, un instrumento que no cobra una tasa de interés muy alta, porque estamos muy bien clasificados por Standars and Poor's, es una opción de financiamiento, y nuestra deuda es un 15% del P.B.I

Ddlc: ¿A cuánto asciende exactamente? Hasta hace unos años era de 30 mil millones de dólares.

JG: Es una cifra similar, más o menos, bordea los 40 mil millones de dólares. Es manejable, si cada peruano pone mil dólares, saldríamos de la deuda. En el caso de Grecia, es 200 % del P.B.I, en el nuestro es 20% del P.B.I.

A nivel macro estamos muy bien, los problemas son la liquidez de bolsa, la fuga de capitales, la ejecución del gasto, y la incertidumbre política. Esos son los retos por resolver. A nivel macroeconómico las cifras están perfectas.

Ddlc: ¿40 mil millones de dólares es una cifra manejable? Pensamos que en estos años se había reducido ostensiblemente.

JG: En realidad suena fuerte porque no es una empresa poderosa, sino un mega estado, pero el P.B. I. peruano es de 180 mil millones de dólares, no es una cifra muy elevada. Una persona puede tener una deuda de 1000 dólares, insostenible, y para otra que gana 10 mil es manejable.

La deuda externa es relativa en función al tamaño. Brasil tiene una deuda mucho mayor, pero su tamaño es de1 trillón de dólares en Sudamérica.

Ddlc: A principios de año usted publicó una nota en la web de ESAN, donde mencionaba que con una economía lenta en recuperarse, el gobierno debería ejecutar algunas reformas, además del impulso al turismo y gastronomía. ¿Cuáles podrían ser éstas, en el corto tiempo que le queda de mandato?

JG: Bueno, parece que van a eliminar el impuesto a bienes de capital que desalienta la inversión en bolsa, que es una buena medida, y otras medidas tributarias para tratar de aliviar al sector corporativo e industrial que genera bastante empleo, y falta conciliar  la ejecución del gasto con los gobiernos regionales, porque necesitamos mayor demanda por inversión pública, y si no es así, con las justas vamos tener un crecimiento de 2 o 3 %, cifra muy reducida para combatir la pobreza con eficacia.

Ddlc: ¿Considera que los decretos legislativos publicados hasta el momento, como el que reduce el tiempo de entrega de bienes estatales para proyectos de inversión privada, contribuirán a ese esfuerzo de innovación y reforma que usted propugna?

JG: Sí, hay una serie de proyectos de diversificación productiva, y tratan de incentivar la producción del sector no tradicional de la economía, sectores no  mineros. Cualquiera de estas medidas son positivas, hay muchos temas de “tramitología” y permisología, con la cual no se puede fomentar mucha inversión extranjera. Eso también debería trabajarse.

Ddlc: ¿En esos aspectos, usted coincide con muchos economistas, que se ha desbordado en estos años, o siempre ha estado ahí?

JG: Sí, pero principalmente en gobiernos locales y regionales. El ejemplo de la telefonía celular y la colocación de antenas es clarísimo, los municipios no sólo le ponen 50 mil trabas, sino que además las empresas son sancionadas por OSIPTEL, el regulador de comunicaciones. Estos factores hacen que se retrase la ejecución de la inversión, y la inversión en bolsa con los impuestos a ganancia de capital.

Ddlc: En cuanto los programas sociales, ¿qué aspectos podrían mejorarse o apuntalarse en un contexto económico de desaceleración?

JG: Este asunto es preocupante, porque el gobierno se ha caracterizado por realizar una serie de programas sociales que son financiados por ingresos temporales, y a la larga esto puede afectarnos y generar una situación fiscal insostenible. Ya no disponemos de tantos ingresos para tantos programas sociales, algunos como Pensión 65 sólo otorgan un subsidio, y otros no enseñan un oficio para salir de la pobreza. No es cuestión de darles dinero sin enseñar nada.

Ddlc: No fomentan emprendimientos, ni desarrollo de capacidades.

JG: No les permiten salir de la trampa de los ingresos bajos.

Ddlc: Habría que modificar el esquema.

JG: Sí, y The Economist decía que la pobreza en Latinoamérica ha descendido por el crecimiento, y no por los programas sociales, porque eso nos permite luchar contra la pobreza, y generar bienestar, y el Estado debe enfocarse en la ejecución del gasto y reducir la tramitología.

Ddlc: Usted mencionó los problemas en los gobiernos regionales. ¿Cómo mejorar la ejecución del gasto en esos niveles?

JG: Ahí tiene que conversar mucho el gobierno central, que empezó un discurso y luego lo cambió. Ahora se están bloqueando inversiones mineras y petroleras, y eso perjudica a los que bloquean y a los bloqueados, que somos todos. Hay que concertar y negociar de la mejor manera con esos sectores, por más difícil que eso sea.

Ddlc: ¿Pero cómo mejorar el gasto: con cuadros, partidas, capacitación?

JG: Hoy en día, por ejemplo, el canon no regresa a la zona afectada, sino simplemente va a una universidad, y de repente la universidad no ejecuta bien ese gasto, se distancia completamente del sector afectado, por ahí aparecen muchas veces los conflictos sociales. Se afecta, contamina, o destruye una zona, y la compensación va a otro sector, más grande, pero lejano de la zona afectada. Por ahí se podría empezar.

Ddlc: ¿Cuál es su opinión sobre el acuerdo Trans-Pacífico, y los problemas que se han presentado en su negociación, como en el caso de los medicamentos genéricos? 

JG: Es un acuerdo extra que en realidad, y sobre el TLC nos falta mucho porque tenemos problemas de infraestructura. Cuando Estados Unidos se recupere, hay muchos cuellos de botella que van a aparecer: escasez de puertos, aeropuertos, brechas en telecomunicaciones.

Se ha complicado la negociación en medicinas, y hay otros productos sensibles que deben discutirse con mucho tino para que el tratado pueda avanzar y aplicarse sin problemas, si no nos van a suspender el TLC.

Ddlc: ¿Los entrampamientos se han originado, principalmente, por discusiones de medidas arancelarias y parancelarias?

JG: Efectivamente.

Ddlc: ¿En general, usted diría que en estos últimos años hemos avanzado, o hemos retrocedido un tanto?

JG: El gobierno ha tenido mala suerte. Se ha topado con los precios bajos de los commodities -principales productos de exportación-, y metales por la menor demanda de China, y no ha podido obtener mayores recursos. Eso nos ha perjudicado en estos años, porque estamos creciendo muy poco, y las cifras de desempleo han aumentado.

Ddlc: ¿Es verdad que en los años 70 los metales se cotizaron a precios más altos?

JG: En algún momento hubo mejores precios en términos relativos, del oro, por ejemplo. Chile, en los 80, tuvo mejor perspectiva.

El Perú tuvo varias décadas perdidas con la expropiación de las minas, durante el gobierno de Velasco Alvarado, la creación de Centromin-Perú, Minero-Perú, Hierro-Perú. Fue un retroceso, porque no se invirtió en investigación ni en desarrollo. A partir del 2000, es cuando recién el sector se empezó a modernizar.   

Ddlc: ¿No empezó a mitad de los 90?

 

JG: En los 90, durante el gobierno de Fujimori se trató de privatizar y ordenar, después se invirtió un poco más, y recién con los altos precios de los metales se pudo hacer a mayor escala.