< Detras de la cortina

César Campos: Humala está tratando de encontrar un camino

Recién empezado el año, el gobierno tiene pendientes varios conflictos sociales, empezando por Conga. A eso se ha sumado, la demanda al Estado peruano para enjuiciar nuevamente a los comandos “Chavín de Huántar”, los permisos de salida de algunos terroristas que purgan pena y la crisis europea.

César Campos, experimentado periodista, ex conductor de “La hora verde” en Radio Miraflores, panelista de varios programas políticos como “En alta voz” de CPN y hoy conductor - junto a Raúl Vargas y Ricardo Gómez - de “Ampliación de Noticias” de RPP, le toma el pulso a la delicada coyuntura política.

Ddlc: ¿Hoy por hoy, queda algo del candidato Humala?

C.C: Creo que del candidato Humala queda un mensaje central: la idea que el Estado tiene que prestar más atención a los sectores marginales, empobrecidos, a las personas que de una u otra manera no tienen ni alcanzan la condición de ciudadanos. Considero que el gobierno del presidente Humala ha dado un giro en los procedimientos, mantiene una idea general que es precisamente de practicar y lograr la inclusión social. Para mí eso es un aporte importante y notable porque en un país no estructurado técnica, histórica, jurisdiccional y políticamente, como el Perú, se requería que alguien levantara la voz en ese aspecto y por lo menos buscar la fórmula para lograr objetivos comunes, y no lo ha abandonado. Ahora, la parte de los procedimientos…

Ddlc: ¿Su giro es pragmático o ideológico?

C.C: Es pragmático. Ya Humala en un giro importante de su campaña señaló que las ideologías no resultaban nada importantes para gobernar. Eso es muy cierto, gobernar es el arte de poder satisfacer la mayor cantidad de necesidades. No tenemos una biblia, no existe en el mundo ninguna experiencia histórica que alguien, a través de un cartabón ideológico, haya podido hacer un gran gobierno, y lo demuestra sobretodo la nefasta experiencia comunista, que a final de cuentas terminó privando de la libertad a la mayoría de personas en aras del interés común y el beneficio de los más pobres.

Creo que demuestra un pragmatismo sólido y está tratando de encontrar un camino. Su gran desventaja es que haya llegado al gobierno con nula experiencia pública, con un equipo de gente que se ha improvisado en el camino. Todos pueden ser muy conocedores de  áreas específicas pero no conocían - se nota - los vericuetos del estado, y ello trajo consecuencias negativas, sobre todo, en la desarticulación de su primer gabinete. No tenía coherencia, sus miembros terminaron - como suele acabar la gente que está en el poder - metiéndose zancadillas mutuamente, y eso llevó al presidente a cambiar, antes de cinco meses de iniciada su gestión, nada menos que alguien de su entera confianza como el ex premier Salomón Lerner Ghitis.

Ddlc: En ese escenario, ¿Cuáles son las expectativas para el país?  

C.C: Es un año muy difícil por lo económico, por los efectos de la crisis financiera internacional. Se afirma que lo de Europa va afectar en especial a Chile, Brasil y México por la forma cómo estos países están comprometidos con la estructura financiera europea. El Perú ha alcanzado gracias al ritmo sostenido de crecimiento, desarrollo y sobretodo acumulación de reservas un grado de importante de inversión, calificaciones sagradas que nos permiten acceder a crédito y tener posibilidades de cumplir con nuestros pagos. De esa manera vamos a tener un colchón, una forma de salir adelante. No va ser el mejor de los mundos, pero no nos encuentra como en otras épocas, en circunstancias más difíciles.

De todas formas vamos a tener un ajuste, una restricción en el gasto público, quizá no se vean las obras inmediatamente, de ahí el énfasis de Humala y su gobierno de arreglar aspectos tributarios y cobrar impuestos a mucha gente que en este momento no paga ningún tipo de tributo, y que ayuden a financiar los programas sociales como Pensión 65 y Beca 18, que esperemos se atiendan con prioridad y tengan resultados.

Ddlc: ¿Cómo manejar los conflictos sociales? ¿El proceso apresurado de regionalización (“departamentalización”), hecho sin marcos legales ni estudios, con escasos cuadros capaces, dentro y fuera de los partidos, serán, entre otros, algunos de los factores que los intensifican?

C.C: Efectivamente. Lo que ocurre es que no se ha impulsado un proceso de regionalización ni de descentralización en base a la creación de nuevas unidades económicas productivas. Para no pelearse y tener el mérito, el ex presidente Alejandro Toledo lo creó sobre bases departamentales, y desde la república se sabe que los departamentos han sido mal planteados.

Hay, por ejemplo, mayor entendimiento e integridad económica entre zonas de Ayacucho e Ica que deberían ser complementarias y ser parte de una misma región, mientras que en el sur donde Arequipa y Moquegua en vez de unirse se disputan los recursos hídricos. 

Ddlc: Está mal concebida…

C.C: Se ha hecho con criterios políticos para crear nuevas autoridades, darles atribuciones que son exageradas, como todo el mundo ha dicho, haciéndoles llamar presidentes en vez de gobernadores, lo que es un exceso. Ya vimos en el 2002 que la esposa del presidente regional de la región San Martín se hacía llamar primera dama, y donde se cree que estamos eligiendo a autoridades que tienen el equivalente del presidente de una república unitaria, como es el Perú. Ahí hay muchas distorsiones de carácter psicológico, práctico y político que han llevado a esta situación.

Pero, al mismo tiempo, estos conflictos son originados por una desarticulación en el diálogo interno, eso habla de la enorme fractura que tenemos los peruanos y donde cada uno busca cosechar en su propio beneficio.

Si supiéramos que dialogar significa ceder nuestras aprehensiones, puntos de vista para buscar consensos y emprender algunas tareas estaríamos mejor. Todos creemos tener la varita mágica para resolver los problemas y tratamos de imponernos. Hay una cultura autoritaria dentro de nosotros que no permite ni siquiera a autoridades democráticas entenderse. Es un tara cultural muy difícil de vencer y ojalá que creemos más espacios democráticos con capacidad de diálogo, para que los conflictos sociales no se entiendan únicamente como la idea fija que tiene un sector que una región se vea afectada por una inversión, como ocurrió en Puno donde se propaló una información según la cual para un proyecto energético el agua que se iba a emplear se iba a vender a Europa, no sé si en bidones…Eran respuestas de integrantes del frente de defensa.

Hay distorsiones que impiden ponernos de acuerdo en proyectos muy importantes para el desarrollo del Perú. Ojalá que en el futuro podamos incidir en ese aspecto cultural y educativo para este fin.

Ddlc: ¿En su opinión, sobre los voceados indultos para el ex presidente Fujimori y Antauro Humala, son pertinentes?

C.C: Políticamente se ha manejado muy mal, al abrir un debate sobre el indulto a Fujimori se ha dado la impresión que existe un arreglo bajo la mesa, tomas y dacas, como Alejandro Toledo que era socio inicialmente del gobierno o se alejaba, que la bancada de Perú Posible no apoyaba algunas propuestas de reformas del oficialismo. Se trabajó en base al miedo de pensar que el indulto a Fujimori estaba vinculado a un acuerdo político en el Congreso.

Abrir ese campo de especulación ha sido nocivo, porque el indulto es una gracia presidencial, la otorga el presidente porque lo desea. Alan García indultó a José Francisco Crousillat, luego informaciones periodísticas demostraron que no estaba tan mal, y eso ha creado un precedente al respecto. Se habla si tiene cáncer o no o está en una fase terminal. La discusión a mi juicio ha sido ociosa, claro que políticamente en este momento es muy riesgoso para el gobierno gestar cualquier indulto, y lo considero inviable.

Ddlc: ¿Y en el caso de Antauro Humala?

C.C: Con mayor razón, ¿en base de qué merecer un indulto? Antauro Humala es un hombre que propició una revuelta que ocasionó la muerte de 4 policías, arrastró a toda una legión a una tontería creyendo que iban a crear una enorme convulsión para derrocar a Toledo, que contó el apoyo del presidente Ollanta Humala que tuvo una expresión extrañísima desde Seúl donde era agregado militar, respaldando la acción de su hermano. Era un proyecto confuso y ridículo que no iba a llegar a buen puerto. Antauro Humala está bien preso y debe cumplir su condena sin beneficio, y tampoco Fujimori, salvo que se demuestre el grado terminal de su enfermedad.  

Ddlc: Los beneficios otorgados a los sentenciados por terrorismo, desde Lori Berenson hasta Osmán Morote y las acciones anunciadas por el estado peruano sobre el proceso contra los comandos “Chavín de Huántar” ¿no levantan fantasmas del pasado y crispan el ambiente?

C.C: Se está crispando el ambiente, es evidente. Los beneficios penitenciarios otorgados a esta gente que ha causado tanto daño al Perú, y que todo el mundo criticó en su oportunidad, producto de la norma que creó el presidente Alejandro Toledo, y que se dijo que iban a traer consecuencias, porque en ese momento la mayoría de los sentenciados por terrorismo no acumulaban años de cárcel con la posibilidad de hacer trabajos para reducir su pena.

Cuando se promulga esta ley se sabía que iba a traer problemas, y ya ocurrió en el gobierno de García y en este gobierno. Gente como Maritza Garrido-Lecca que hospedó a Abimael Guzmán va a cumplir su pena dentro de poco. El próximo año se cumplen 20 años de la captura de Guzmán y muchos terroristas que han sido condenados a 15 o 20 años de prisión van a ver la luz de la calle. Eso es un hecho, porque no se les condenó a cadena perpetua, igual va a pasar con muchos angelitos del fujimorismo que fueron condenados por delitos contra el patrimonio, agravio al estado, por haber robado recursos públicos, cumplen su condena y salen en libertad. La gente se horroriza… 

Ddlc: Claro, pero el problema es cuando salen antes de tiempo, por triquiñuelas o vacíos legales.

C.C: Pero eso agrava la situación y desconcierta más a la gente. Los beneficios son una tontería y no debieron darse. Los casos de Nancy Gilvonio y Lautaro Mellado son muy graves, porque se señala que ellos conocen las cifras y números de las cuentas que el MRTA abrió en el exterior en base a una red muy compleja de descubrir en todos sus hilos, y se afirma que cuando viajan es básicamente para activar las cuentas. Recordemos que la inversión, según se decía, que la intervención en la casa del embajador japonés en 1996 costó 100 mil dólares.

De hecho, estos son temas que deberían motivar que el estado peruano tenga mucho cuidado para no otorgar permisos a diestra y siniestra, creo que ahí se excedió el Poder Judicial y su presidente César San Martín al bautizar la tontería de los magistrados, y que en efecto merecen ser investigados por la OCMA una investigación, pues ya que hablamos de terroristas que usan cuentas y dinero, no vaya ser que los jueces hagan prevaricato y reciban algún estipendio o recursos. Es bueno que los vigilen.