Solo para románticos
El adjetivo romántico, en el argot profano, desde que tengo uso de razón (y sabe Dios cuánto tiempo atrás) ha sido víctima de un envilecimiento tanto luctuoso como ampliamente arraigado. De modo que su verdadero significado, de connotaciones variadas, excelsas y sublimes, fue reemplazado por una versión distorsionada y simplificada a su mínima expresión. Así pues, el vulgo adjetiva con romántico a la película, persona o situación atiborrada de frases (hechas) de amor, demostraciones elocuentes de cariño y regalos o sorpresas que rozan con lo grandilocuente. La cursilería se encuentra dos escalones arriba y por debajo situaciones tibias, personas desapasionadas y películas faltas de esencia.