Detras de la cortina

Dejar (de) hacer, dejar pasar

Siguiendo con su política de dejar (de) hacer, y dejar pasar, el gobierno sigue actuando como si nada ocurriera y a menudo, como si no supiera qué hacer. ¿Cuántos ministros del Interior o de Defensa han sido nombrados durante el primer año de gobierno? Todos anuncian radicalización de sus medidas, pero ningún ministro hace lo suficiente. ¿Los 53 maestros del CONARE – Sutep salen libres por la in(acción) de la fiscalía?

El presidente Humala inaugura la cumbre ASPA, un evento interesante, sin duda, pero ¿Para eso es necesario paralizar toda una ciudad? ¿O es que el estado es simplemente incapaz de brindarnos seguridad cuando ocurre una actividad de este tipo? Aunque claro, ya sin foros, Lima y el país son inseguros.

Para completar la situación, el fantasmal primer ministro, que ahora cuenta con un gabinete de asesores, habla de captar una inversión de 40 mil millones de dólares de los países asistentes. Cifra que francamente, suena exagerada. Ojalá que los países árabes prósperos y estables (que no son muchos), pudieran invertir, si es que se les dan las facilidades y no miran las noticias recientes sobre nuestro país. Porque si los ciudadanos nos asustamos, los inversionistas fugan.

El otro tema de discusión es el referido a la posibilidad de indultar al ex presidente Fujimori. Un acto que el presidente deberá sopesar muy bien, pues hacerlo le traería un mayor enfrentamiento entre sus bases, y también, por cierto, sectores próximos al vargasllosismo, como el ministro Cateriano.

Luego de comentar que “no hagan cálculo político”, el mandatario ha dicho que presenten la solicitud, y el premier señaló, para calmar las aguas, que no se puede adelantar opinión mientras no se tengan los partes médicos. Por último, el mandatario mencionó que no está en agenda, lo que evidentemente no es correcto. Quien parece estar haciendo cálculo político, en primera instancia, es el gobierno. El otro asunto sería un si existe un trasfondo. ¿Se animarían los fujimoristas a cambiar la ley para permitir que Nadine Heredia se lance como candidata, por la libertad de su líder? ¿Y en ese caso, cómo reaccionarían, de otorgarse el indulto, los toledistas, furgón de cola del régimen?

Párrafo aparte merece la iniciativa de cambiar la Constitución, impulsada por un sector de abogados y políticos. Como hemos señalado, no es el principal problema del país, pero hay quienes lo ven todo con un criterio normativo, y otros que desean volver a los ochenta. La Constitución del 93, que fue consecuencia del autogolpe, es pasible de reformas parciales, pero no es necesario cambiarla por la lirica y pomposa constitución moralista, que consagraba conquistas de la dictadura militar, y que llevó la economía peruana al colapso. ¿Por qué no promover más bien cambios en el sistema politico o la reforma del estado?

Mientras tanto, el gobierno sigue distraído en discusiones que en algunos casos pueden parecer importantes, pero demuestra una inacción que está llevando al país a una situación de ingobernabilidad, por la política de dejar (de) hacer y para empeorar la situación, dejar pasar.